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El Disney de Luis Díaz

Así ha sido la “adaptación” futbolística y personal del guajiro de 25 años luego de su primer mes en el Liverpool. Impacto inmediato en el equipo de Jurgen Klopp.

Thomas Blanco
13 de marzo de 2022 - 01:30 a. m.
Díaz registra dos goles y una asistencia en sus primeros diez juegos con el Liverpool.
Díaz registra dos goles y una asistencia en sus primeros diez juegos con el Liverpool.
Foto: AFP - OLI SCARFF

Los primeros diomedazos de Luis Díaz en la tierra de los Beatles. Diez partidos en los que el principal mensaje de todos, en tantos idiomas, es fotocopiado: “Pareciera que llevara varios años en el Liverpool”. Y así, sin medir distancias, adaptaciones y tiempos prudentes, el guajiro los ha sorprendido a todos. Una explosión de acordeones y guacharacas que no han parado desde la Copa América.

Un pico de rendimiento sostenido por ocho meses que ha trasladado a todos los tonos, escalas y escenarios en sus clubes y selección. Pero los meses previos a ese terremoto, a decir verdad, no fueron tan sencillos...

Perdió su lugar en la titularidad del Porto, más que por rendimiento propio, por las convicciones de su entrenador, Sérgio Conceição, un hombre de control y más corte defensivo. En su habitual 4-4-2, Luis Díaz ofició de mediocampista ofensivo izquierdo con una maleta de responsabilidades defensivas en las que en varios momentos del juego terminaba como un quinto defensor.

(Lea: La historia de Luis Díaz, el flaco atrevido de la selección colombiana)

A pesar de que aquella campaña no fue un titular indiscutido, firmó 11 goles y metió cuatro asistencias. Pero tras esa temporada tomó un avión a Brasil con el tufillo interrogativo de si esas eran las aguas más ideales para explotar su juego.

En aquella Copa América, a pesar de que el funcionamiento de la selección colombiana no fue el mejor, Lucho Díaz se las arregló: fue el goleador del torneo con Lionel Messi (4) y el mejor jugador del equipo junto con Wílmar Barrios. Y también, con el argentino, el hombre con mayor promedio de gambetas efectivas, ambos con un índice de 5,5 por partido. Neymar quedó atrás con 5,2 y solo en el duelo de semifinales ante Argentina, en el que Lucho se inventó por su propia cuenta el gol del empate que derivó a los penales, hizo un récord con 11 regates esa noche. Jugó fútbol playa en Brasilia.

Con ese golpe de confianza regresó al Porto. Rechazó una oferta seductora del Everton, que incluía a James Rodríguez como parte de pago, porque quería disputar la Champions League en los mejores estadios del mundo: el Porto quedó en el mismo grupo que el Milan, el Atlético de Madrid y el Liverpool, partidos en los que terminó de enganchar a Klopp en vivo y en directo.

En el primer semestre de esta temporada, Lucho dejó el Porto como goleador y mejor jugador de la Liga de Portugal con 14 goles y cinco asistencias en 18 partidos. Desde el primer partido hasta el último fue un indiscutido para su entrenador. Y llegó una oferta del Tottenham en el mercado invernal por 45 millones de euros, en la que Jorge Mendes, el empresario más poderoso del mundo, era el intermediario. Y el no rotundo del colombiano a negociar con alguien que no fuera su representante de toda la vida, lealtad.

La hoja de ruta del Liverpool cambió, pero salió favorecido por el timonazo del Tottenham: igualó la oferta que había hecho el equipo londinense y fichó al colombiano, a quien tenía pactado para llevárselo en junio. Pero no tuvo que pagar los 80 millones que podría valer en ese entonces y tantear el terreno ante una posible disputa con otros equipos europeos con mayor espalda que el Tottenham. Klopp fue el que más insistió en todo el proceso.

(Entrevista Johan Neeskens: “Las épocas del fútbol no pueden compararse”)

“Parte de nuestra decisión, como todas las de su carrera, fue que vimos al Liverpool como el lugar adecuado para él tácticamente. Por la forma en la que juegan: la presión, el juego directo, el juego por las bandas, el volumen ofensivo... son características que se adaptaban muy bien a lo que es Lucho y Lucho a lo que es el Liverpool”, las palabras de Carlos Van Strahlen, su representante.

Kostas Tsimikas, el lateral izquierdo griego, ha sido su “panita” en este primer mes largo en Inglaterra. También el contingente de brasileños por la cercanía geográfica y el idioma: Fabinho, Firmino y Allison. Así como los españoles Thiago y Adrián. Pero la verdad es que todos, todos, así sea con señas, mientras Lucho y su pareja avanzan en sus clases de inglés, lo han hecho sentir como en casa. Y Pep Lijnders, asistente y mano derecha de Klopp, con pasado en las inferiores del PSV y del Porto, con su español y portugués, también se ha encargado de que disfrute cada uno de los entrenamientos.

“Su amor por el fútbol es tan obvio. Es que en los entrenamientos no puede parar de sonreír, no había tenido a un jugador así... es una locura. Tengo el presentimiento de que esta será una historia muy especial en Liverpool”, dijo Klopp en una de sus primeras ruedas de prensa tras el aterrizaje del colombiano. “Es cierto, ya parece un jugador del Liverpool”, agregó.

Adaptación... ¿qué? La misma partitura del Porto: en su primera temporada, titular indiscutido, fue campeón de la Liga y catalogado por el diario O’Jogo como el fichaje del año en Portugal. Firmó 14 goles y cuatro asistencias. “Todos pensamos que era un país nuevo, el idioma, el clima, la liga, pero ya no sé si utilizar la palabra adaptación con Lucho, no funciona mucho. Cuando llegó al Porto tampoco tuvo problemas. Él se siente en familia”.

En noviembre pasado, buena parte del cuerpo técnico del Liverpool llamó al centrocampista serbio Marko Grujic, quien pasó por el club y era compañero de Díaz en el Porto. “Me preguntaron cómo era como persona y sobre su comportamiento. Yo les dije que era un gran chico que iba a encajar muy fácil en cualquier grupo. Hablé con Luis sobre la vida en Liverpool y él estaba muy feliz de que un club así estuviera interesado en él”, apuntó el croata en una entrevista con The Athletic.

Y también destacó cuál ha sido el mayor salto que le ha dado a su juego: “Yo pienso que es el defensivo. Estaba defendiendo muchísimo mejor y siempre entrando en el equipo titular. Siempre tuvo esa habilidad en el uno contra uno para anotar y hacer asistencias, pero su materia defensiva no estaba al más alto nivel. Eso lo ha desarrollado trabajando con Sergio Conceicao. Lo extrañamos mucho, estaba haciendo cosas muy locas en el último tercio”.

En el Liverpool ha disputado 10 partidos, seis de ellos como titular con un rendimiento cualitativo muy alto. Como extremo por izquierda en el 4-3-3 aprovechó la ausencia de Mané por la Copa Africana y luego las posteriores lesiones de Firmino y Diogo Jota, los hombres que jugaban como falsos nueves. Ese vacío lo llenó el senegalés y el guajiro ha tenido la banda izquierda para él, pero también, a diferencia de lo que hacía en Portugal, con el semáforo verde para cambiarse de banda o jugar por el centro, no hay coreografía. Y Díaz ha rendido en la principal firma del heavy metal de Jurgen Klopp: la contrapresión.

“Es un equipo que ejerce mucha presión sobre el rival en la salida. Esta temporada estaba haciéndolo bastante en el Porto y por eso no le ha costado tanto. Él tiene un físico envidiable, no para de correr, no para. De hecho, en Liverpool le tocan recorridos más cortos que los que hacía en Porto, donde él a veces hacía una línea de cinco en el fondo. Eso lo hacen ahora Fabinho o un interior para que no le toque defender tanto. Y arriba Klopp les da libertad a los tres para moverse y Lucho siempre tiene a un compañero cerca. Los interiores llegan, tiene a un lateral como Robertson que siempre le pasa por la espalda cuando le hacen una marca escalonada, todo eso ha ido sumando para que se sienta tan cómodo. Es una plantilla de un nivel tremendo”, añade Van Strahlen.

¿Los goles? Ya van a llegar, ha estado cerca. En diez partidos, Díaz solo ha cuadrado dos, pero con el estimulante de que está buscando el gol como nunca en su carrera. El año pasado disparaba 2,31 veces por partido, mientras que en este semestre en el Porto ese promedio lo tenía en 3,74, con un porcentaje de gol de 0,23. Un disparo de cada cuatro iba al fondo de la red.

En sus primeros nueve juegos con el Liverpool -antes del duelo del sábado ante Brighton-, el promedio de disparos por partido lo tenía en 4,36, eso sí, con un porcentaje de gol de 0,06. Ya van a llegar...

(Lea: El juego de posición está traicionando las raíces de la selección brasileña?

En los otros matices de su juego, tras un rastreo que hizo la agencia Driblab desde que el guajiro llegó al Liverpool, Díaz es el segundo atacante de las cinco ligas grandes de Europa con mayor número de toques en el área rival cada 90 minutos (9,33), solo lo supera su compañero Salah (9,99). Y si se habla de progresar la pelota a punta de pases o conducciones de más de 10 metros, está muy por delante que Salah y Mane, es el tercero con 12,9 por partido. Neymar está arriba con 13,9. En cuanto a la faceta más espectacular de su juego, los regates exitosos, está en el puesto 15 con 2,77 por partido. Por detrás de hombres como Kingsley Coman (3,73) y Adama Traoré (6,06). Electricidad.

Es un arranque platónico de Luis Díaz en el Liverpool, con tantas jugadas en su playbook y la bendición cómplice de su entrenador para hacerlas. Podrán sacar a Lucho de las canchas de arena de Barrancas, pero no las canchas de arena de Lucho.

“Luis es un chico que nació para jugar fútbol, Dios le dio ese don de salir a disfrutar, no piensa en otra cosa. Él desayuna, almuerza y cena fútbol, y ahora mismo está en Disney: un club espectacular, en la mejor liga del mundo, con un DT y compañeros que lo hacen sentir cómodo y le dicen ‘acá te queremos y acá vas a estar bien’”, cierra Van Strahlen.

Y en la costa, con Diomedes de fondo y las de Old Parr, retumba el “¡hey, hey, Lucho la está rompiendo, jodaaaaaa!”.

Por: Thomas Blanco Lineros- @thomblalin

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