Terminó la participación de Colombia en la SheBelieves Cup, un torneo que dejó más dudas que certezas de cara a la Copa América Femenina 2025. La selección dirigida por Ángelo Marsiglia finalizó en la tercera posición tras una victoria ante Australia, pero con dos derrotas contundentes ante Japón (4-1) y Estados Unidos (2-0). A pesar de las expectativas previas, el desempeño del equipo fue, en la mayoría de tramos de los partidos, decepcionante, y generó preocupación sobre el nivel de juego mostrado en territorio norteamericano.
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Desde los pasados Juegos Olímpicos de 2024, la selección femenina de Colombia ha tenido dificultades para mantener el nivel mostrado en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023. A pesar de que muchas de sus jugadoras han emigrado a ligas de élite en Inglaterra, Turquía, Estados Unidos y Brasil, el funcionamiento colectivo del equipo ha decaído considerablemente. La falta de cohesión y la poca claridad en el juego han sido evidentes en los amistosos recientes y, más aún, en la SheBelieves Cup.
Marsiglia, entre ojos
El principal señalado es el entrenador Ángelo Marsiglia, quien asumió el cargo tras la salida de Nelson Abadía después de la Copa del Mundo. Desde su llegada, el equipo no ha logrado consolidar un estilo de juego efectivo y, si las dudas ya estaban presentes antes del torneo, la SheBelieves Cup las profundizó aún más. Colombia dejó una imagen preocupante, sin ideas claras en ataque y con muchas falencias defensivas, lo que ha aumentado la incertidumbre sobre el futuro del equipo.
Contra Estados Unidos, la selección comenzó bien, resistiendo los primeros ataques rivales y generando peligro con Linda Caicedo y Mayra Ramírez. Sin embargo, tras el gol de Catarina Macário en el minuto 32, Colombia perdió el rumbo y fue dominada por las locales. En la segunda mitad, un error en salida permitió que Ally Sentnor ampliara la ventaja, sentenciando el partido. Aunque la Tricolor intentó reaccionar en los minutos finales, nunca encontró claridad en su juego y terminó cayendo 2-0.
Después, el partido contra Japón fue el más preocupante de todos. Colombia sufrió un gol antes del primer minuto y otro tras un tiro de esquina mal defendido, lo que mostró sus graves deficiencias en defensa. A pesar de un descuento de Linda Caicedo antes del descanso, el equipo fue completamente superado en la segunda parte. Las japonesas sentenciaron el 4-1 final con un penalti en los minutos finales, mientras Colombia se desmoronaba físicamente y perdía a dos jugadoras por lesión, sumando más problemas de cara al futuro.
El único respiro llegó contra Australia, cuando Colombia logró ganar 2-1 con goles de Wendy Bonilla y Catalina Usme. Aunque el equipo mostró una leve mejoría, también dejó dudas en su funcionamiento defensivo y en la transición de juego. Australia presionó constantemente y logró el empate parcial en el segundo tiempo, pero la Tricolor respondió rápidamente para sellar el triunfo. A pesar de la victoria, el balance del torneo sigue siendo negativo.
Mucho para corregir, viene la Copa América
Tras esta presentación, la selección femenina se prepara para la Copa América Femenina 2025, que se disputará en Ecuador entre el 12 de julio y el 2 de agosto. Colombia fue subcampeona en la última edición y sueña con cobrarse revancha ante Brasil, que ha ganado ocho de las nueve ediciones del torneo. Además, la competición tendrá un valor extra, pues definirá cupos a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 y a los Juegos Panamericanos de Lima 2027.
El tiempo es corto y los desafíos son grandes. En los próximos meses, Marsiglia deberá encontrar soluciones rápidas para mejorar el funcionamiento del equipo, ya que no habrá muchas oportunidades para ajustar detalles antes de la Copa América. Si bien la clasificación al Mundial ya no está en juego en la Copa América, debido a la creación de unas futuras eliminatorias femeninas de Conmebol, el torneo sudamericano sigue siendo clave.
Además de los boletos a Los Ángeles y Lima, el campeón enfrentará al ganador de la Eurocopa Femenina 2025 en la Finalissima 2026. El margen de error es mínimo y la selección debe mejorar cuanto antes si quiere competir a un alto nivel.
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