Las ilusiones que despierta la selección femenina sub-17

Las dirigidas por Carlos Paniagua lograron puntaje perfecto en la fase de grupos del Suramericano que se realiza en Uruguay. Sus buenos resultados reafirman el proceso de las divisiones menores.

Andrés Osorio Guillott
11 de marzo de 2022 - 02:00 a. m.
Colombia terminó con puntaje perfecto la fase de grupos del Suramericano Sub-17.  Celebró 15 goles. / Conmebol
Colombia terminó con puntaje perfecto la fase de grupos del Suramericano Sub-17. Celebró 15 goles. / Conmebol

Proceso es una palabra clave en el fútbol. No hay resultados que no estén justificados en la importancia de apostarle a un proyecto que garantice el seguimiento de jugadores o jugadoras que tengan sentido de pertenencia por una institución y que entiendan y apliquen en la cancha los conceptos que construyen la identidad del equipo. Esa idea y la ilusión de creer en el trabajo se ven con la selección de Colombia femenina sub-17, que terminó esta semana con puntaje perfecto su participación en la fase de grupos del Suramericano que se realiza en Montevideo (Uruguay).

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“El saldo es muy positivo. Que un grupo venga a un Suramericano a jugar esta primera fase, con cuatro partidos en menos de ocho días, y que las jugadoras tengan una gran respuesta como lo han hecho desde el primer día. Ese es un mensaje que me sorprendió. Tenemos tres o cuatro futbolistas que han salido del país y que han competido a escala internacional. El 80 % de las jugadoras acaban de sacar su pasaporte para salir de Colombia. Llegaron acá con mucha jerarquía. No es fácil lo que lograron, clasificar al cuadrangular final faltando una fecha”, dijo Carlos Paniagua, técnico de la selección nacional.

De las 22 jugadoras convocadas, cuatro de ellas están en equipos que disputan la Liga Femenina: Juanita Escobar (Nacional), Laura Garavito (Santa Fe), Linda Caicedo (Cali) y Cristina Motta (Fortaleza). Las demás pertenecen a equipos que juegan las ligas de Antioquia, Risaralda, Valle y Bogotá.

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En una mirada rápida a esa radiografía del fútbol femenino en Colombia, vale la pena destacar el rol que cumplen Santa Fe, Nacional y Cali, que además de ser equipos que se han comprometido a garantizar condiciones laborales dignas a las jugadoras, están aportando al proceso y progreso del balompié nacional con el surgimiento de futbolistas que cada vez más encuentran oportunidades para vivir del fútbol aquí o en el exterior.

Yendo más allá, no solo es el caso de los conjuntos en particular, sino de las regiones y los espacios que en ellos hay para impulsar el fútbol femenino. Jugadoras como Mary Álvarez o Yésica Rojas son parte de Formas Íntimas, equipo liderado por Liliana Zapata en Medellín y que desde hace ya dos décadas ha trabajado en pro de crear garantías para que las mujeres puedan competir en el deporte más popular del mundo con las condiciones mínimas para ello.

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Antioquia y Valle son las regiones que más aportan en la selección, y que en la Liga Femenina se han destacado, en especial los equipos de Cali, pues América tiene un título local y un subcampeonato en Copa Libertadores, mientras que las azucareras son las actuales campeonas del torneo colombiano. Seguir apostando al crecimiento de las competencias en estos sectores del país es parte de un proceso que no arranca con las divisiones menores de los equipos y el combinado nacional, sino que surge justamente de los barrios y municipios donde existen talentos que muchas veces no se dieron a conocer justamente por olvidar que las promesas del deporte no aparecen por arte de magia en certámenes profesionales, sino que muchas veces están en los campeonatos aficionados.

Da ilusión ver jugar a esta selección sub-17. Si bien se deben mantener los pies sobre la tierra, como bien las jugadoras lo han dicho en ruedas de prensa, hay que destacar que el rendimiento de las colombianas en el Suramericano ha sido superlativo. La fase de grupos la cerraron como líderes del Grupo A con puntaje perfecto, producto de vencer a Perú 7-0, a Chile 3-1, a Ecuador 4-0 y a Uruguay, que quedó eliminada, por la mínima diferencia. Un total de 15 goles a favor y apenas uno en contra deja un saldo más que positivo, que no solo motiva para afrontar la fase final con aire en la camiseta, sino que obliga a mantener esa base de jugadoras para un recambio generacional que se avecina en la selección de mayores.

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“Vamos a dar lo mejor de nosotras. Va a ser todas contra todas, entonces empezamos de cero por el objetivo. Vamos a seguir mostrando nuestro juego con el balón, tocando la pelota y moviendo al rival”, dijo Juanita Escobar.

“No nos creemos favoritos. Nos creemos una selección que viene creciendo desde su llegada a Uruguay. Se están haciendo las cosas bien. Sabemos que tenemos un gran potencial. De la mitad para arriba tenemos jugadoras muy desequilibrantes que pueden ganarte un partido. Es el colectivo lo que nos da importancia”, concluyó Paniagua.

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