El cuerpo dijo no, el corazón que sí: Del Potro venció a Federer y es campeón de Indian Wells

Cuando escaló a la cúspide de su carrera, las lesiones en su muñeca izquierda lo sacaron del camino. Pensó en el retiro, tuvo depresiones, pero nunca bajo los brazos. Y este domingo los levantó más alto que nunca alzando su primer trofeo Masters 1000.

Thomas Blanco Lineros- @thomblalin
18 de marzo de 2018 - 11:52 p. m.
Del Potro, campeón de Indian Wells 2018.  / AFP
Del Potro, campeón de Indian Wells 2018. / AFP

"Ya no tengo nada que perder en el tenis, por eso lo estoy disfrutando tanto", aseguró Juan Martin del Potro tras vencer al alemán Philipp Kohlschreiber y clasificarse a las semifinales de Indian Wells. Y en la final, ante un viejo conocido como Roger Federer, con el que los recuerdos son más dulces que amargos, levantó su primera copa de Masters 1000 -tras tres subcampeonatos-. Las muñecas dijeron tres veces que no, el corazón de Delpo respondió siempre que sí. 

El tenista, argentino, sexto del escalafón ATP, venció a la primera raqueta del mundo en tres sets de 6-4, 6-7 (8/10), 7/6 (7/2) en dos horas y 42 minutos.

Por si fuera poco, a sus 36 años Federer venía de firmar el mejor arranque de temporada de su carrera, con 17 triunfos al hilo y los títulos del Abierto de Australia y de Róterdam, cediendo únicamente cuatro sets de los 44 que había jugado en 2018.

La Torre de Tandil cosechó el título individual más importante de su carrera casi una década después del Abierto de Estados Unidos, en 2009, tras salvar tres bolas de partido del suizo. Y es que él lo había dicho: nada que perder. Pero sí mucho por ganar.

Tuvo mucho para ganar luego de ese 2009 de ensueño en el que consiguió su único Grand Slam con 20 años y con el mismo rival que hoy atestiguó su regreso a su mejor versión. Pintaba para ser el mejor, pero unos cuantos meses después en el Abierto de Australia 2010, empezó su suplicio: sus muñecas. Las lesiones truncaron su carrera y tuvo que reconstruírse su muñeca izquierda tres veces.

Desapareció del radar. Los años pasaron, llegaron las depresiones, las recaídas. Pensó en retirarse, el cuerpo decía que no. Del Potro, viejo zorro, nunca bajó los brazos.

Y hoy, los alzó más alto que nunca con esa copa de Indian Wells que le devuelve en su cabeza su película en cámara rápida. Todo, todo ha terminado en final feliz. Y lo que viene, pinta bien: Wimbledon, Roland Garros, US Open. Porque con 29 años Juan Martín Del Potro por fin puede decir que está entero. El Del Potro modelo 2009 está listo para andar en las carreteras de los Grand Slams. 

Por Thomas Blanco Lineros- @thomblalin

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