Nicolás Mejía, el recambio del tenis colombiano

El tenista caleño es uno de los candidatos al premio de Deportista del Año de El Espectador y Movistar 2018. La ceremonia de premiación de la edición 58 de nuestro concurso, el más tradicional y prestigioso del país, se realizará este lunes 3 de diciembre en el Centro Empresarial Connecta de Bogotá, a partir de las 11:00 a.m..

Thomas Blanco Lineros
02 de diciembre de 2018 - 02:50 p. m.
 El vallecaucano ganó dos medallas de bronce en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla.  / FCT
El vallecaucano ganó dos medallas de bronce en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla. / FCT

Llegó de forma repentina, sin dar aviso. Un vestigio, algo: la cachetada que torció el timón de su vida para siempre. En abril de 2017 un paro cardíaco se llevó a Gustavo Adolfo, su padre, mientras hacía, paradójicamente, lo que más atesora su familia: jugar tenis.

Un tema del que Nicolás Mejía, el recambio del tenis masculino de Colombia, prefiere no hablar mucho. La herida sigue abierta. “Lo extraño muchísimo. Es un vacío y una figura que nunca volverán a llenarse. Veo a mi mamá superarse cada día con entusiasmo, a pesar de su ausencia, al igual que a mis hermanos, y eso me da fuerzas para seguir”, cuenta Nicolás luego del año más importante de su carrera.

Y así, súbitamente, también llegó su llamado a integrar por primera vez, con 18 años, el equipo de Colombia en la Copa Davis. “La verdad es que me tomó por sorpresa, porque Pablo González (capitán), en los Juegos Centroamericanos, donde gané dos medallas de bronce, me había comentado que algún día me iba a tener en cuenta. Pero no me avisó. Esto es un premio al esfuerzo y a los resultados en este corto proceso”.

A los 6 años le peloteaba a esa generación del tenis colombiano, del equipo Colsánitas, conformada por Santiago Giraldo, Juan Sebastián Cabal, Robert Farah, Alejandro Falla y su hermana, Gabriela Mejía, quien ya no es profesional. Doce años después sus ídolos se han convertido en sus compañeros. Misión cumplida.

“He tenido una conexión con ellos gracias a mi hermana. De hecho, hace un año estuve jugando de sparring mientras entrenaban para enfrentarse contra Croacia y me mostraron mucho cariño. Me recibieron con los brazos abiertos. Representar a mi país es lo más lindo que me ha dado el tenis”, dice quien en 2018 fue el cuarto mejor tenista del mundo en el circuito juvenil.

Y a quien le debe todos sus logros es a su hermana, quien es entrenadora de IMG, una de las academias más reconocidas del mundo en Florida (EE. UU.). También a su cuñado Juan Mateus, quien además es su entrenador. “Desde los 10 años han sido la columna vertebral de mi proceso. Aparte son mi familia, sin ellos no sería lo que soy”, señala Nicolás, quien vive en Estados Unidos con ellos desde los 12 años persiguiendo su sueño.

¿Colombia no es el lugar ideal para progresar en el tenis profesional? “La verdad es que no lo sé. No hay una fórmula, todos somos diferentes. Pero desde pequeño jugaba torneos todos los fines de semana, eso no ocurre en nuestro país. Por ejemplo, Daniel Galán y María Camila Osorio sí se han formado en Colombia, mientras Emiliana Arango, al igual que yo, también decidió crecer en Estados Unidos”.

No olvida otra de sus pasiones: su Deportivo Cali del alma. Y su ídolo: Nicolás Benedetti. “Espero conocerlo algún día, me encanta cómo juega. Desde pequeño iba al estadio con mi papá y sigo los partidos del equipo, a pesar de la distancia”.

Otro de sus logros fue la medalla de plata en dobles mixto en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires junto a María Camila Osorio.

Ellos dos, al lado de Emiliana Arango, son los tres deportistas llamados a ser el recambio generacional del tenis colombiano. “Somos muy amigos, hemos jugado Suramericanos y Mundiales desde muy pequeños. Tenemos química y siempre nos reímos mucho de todas nuestras bobadas”.

Fue subcampeón de dobles masculino y semifinalista de individuales masculino de Wimbledon Júnior. Además viene de quedar entre los ocho mejores del US Open. El vallecaucano es el quinto colombiano, tras Alejando Falla, Santiago Giraldo, Mariana Duque y Emiliana Arango, en llegar a una semifinal de Grand Slam Júnior. Este fue el año en el que demostró que tiene todas las cualidades para ser un gran jugador en el circuito profesional.

Nicolás, el futuro que empieza hoy, es uno de los candidatos en la categoría Juvenil al premio de Deportista del Año de El Espectador y Movistar 2018, que se entregará mañana 3 de diciembre en el Centro Empresarial Connecta, al occidente de Bogotá.

En la edición número 58 de nuestro concurso otorgaremos premios en las categorías Mayores y Juvenil, Mejor Técnico, Mejor Equipo y Dirigente, así como Revelación, Vida y Obra, y el más importante para El Espectador, el Juego Limpio Guillermo Cano.

 

Por Thomas Blanco Lineros

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