Melbourne, ciudad en la que está prevista la organización del primer Grand Slam del año entre el 20 de enero y el 2 de febrero, amaneció tanto el pasado viernes como el pasado lunes con una densa niebla propiciada por los incendios desatados en East Gippsland, a unos 360 kilómetros de la capital victoriana.
El buró de meteorología competente en la ciudad determinó este lunes que la calidad del aire es “muy pobre” y recomendó el uso de mascarillas para evitar la inhalación de este aire entre los ciudadanos.
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El problema no sólo reside en Melbourne, sino que afecta a un gran número de ciudades del país, entre ellas Sídney, Melbourne o Canberra, las cuales mantienen un vínculo muy estrecho con la organización de torneos de tenis de primer nivel.
El tenista serbio explicó que posponer el Abierto de Australia sería probablemente la última opción aunque si se compromete la salud y la condición física de los jugadores se podría valorar.
“Si la situación continua por el mismo camino y la calidad del aire está afectada del mismo modo que lo está en Sídney, entonces Tennis Australia se verá forzada a tomar decisiones al respecto”, añadió.
Por su parte, el presidente de Tennis Australia, Craig Tiley, ha comentado que no consideraría la medida de retrasar el inicio de la competición. "Basándonos en la información que tenemos en este momento -con la fase previa que comenzará la próxima semana- el pronóstico es bueno. No esperamos retraso alguno y tenemos medidas adicionales en marcha para asegurar que el Abierto de Australia pueda seguir adelante según lo previsto", ha señalado, en informaciones que publican los diarios The Age y The Herald Sun.
"Los incendios más cercanos se encuentran a varios cientos de kilómetros de la ciudad. La salud y la seguridad de los jugadores, el personal y los aficionados es una prioridad. Hemos dedicado considerables recursos adicionales al análisis, el seguimiento y la logística durante todo el torneo. Habrá expertos en meteorología y calidad del aire en el lugar para analizar todos los datos en vivo disponibles y evaluar la calidad del aire en Melbourne Park en tiempo real", ha añadido.
De esta forma, la presencia de posibles humos tóxicos será tratada de la misma manera que el calor o la lluvia excepcional como se venía haciendo en el Abierto, y los árbitros podrán detener el partido si la vigilancia atmosférica muestra que es demasiado peligroso continuar. Dado que Melbourne Park tiene tres estadios cubiertos y ocho canchas cubiertas, el riesgo de un retraso en el calendario parece mínimo.