Fueron casi dos meses fuera de las canchas, tiempo de vacaciones, pero de trabajo, y mucho sobre todo en las rodillas que a lo largo de su carrera han hecho las veces de talón de aquiles. Este martes, Rafael Nadal regresó a las pistas en el Kooyong Classic, torneo de exhibición que sirve para la puesta a punto a menos de una semana de que comience el Abierto de Australia. El estreno no fue el esperado, pues un viejo conocido, Richard Gasquet, lo superó con parciales de 6-4 y 7-5 en lo que fue el primer partido del año para el número uno del mundo.
A lo largo del encuentro, Nadal no dio muestras de dolor, sí de falta de ritmo, jugando poco profundo y no causando daño con su derecha cruzada. Eso lo aprovechó el francés, quien con un quiebre se quedó con el primer capítulo. Ya en el segundo, Gasquet tomó una ventaja de 3-0 y, cuando todo parecía acabado, de nuevo el espíritu de lucha, de hacer jugar al rival una bola más, de correrle a todo.
El de Manacor igualó todo, incluso llevó el duelo al 5-5 cuando cometió dos errores no forzados, entregó su saque y terminó cayendo. “Era un choque para medir sensaciones, nada oficial. La rodilla está bien. Ahora necesito seguir entrenando para mi debut en Australia”, apuntó Nadal, quien comienza su primera temporada sin Tony, su tío, como entrenador (su lugar lo tomó el ex tenista Carlos Moya).
Recordemos que el cuadro principal del primer Grand Slam del año empezará el próximo 15 de enero y que Nadal deberá defender los puntos de la final, ronda en la que cayó el año pasado con el suizo Roger Federer.