Con 36 años, Roger Federer ha ganado todo. Seis Abiertos de Australia, ocho Wimbledon, cinco US Open y un Roland Garros. Son 20 títulos de Grand Slam en total. El único tenista masculino en la historia en lograr esta marca. El suizo parece no tener límites, desafía al tiempo y sigue manteniendo un buen nivel a pesar de la edad. Pero al momento de enfrentar a la afición parece un niño. Se emociona con facilidad cuando lo aplauden. Este domingo en Australia se quebró, no pudo contener las lágrimas mientras los asistentes a la cancha Rod Laver lo ovacionaba.
“Ganar es un sueño hecho realidad”, dijo como si fuera la primera vez que lo lograra, como si fuera aquel joven de 21 años que conquistó Wimbledon en 2003 (su primer Grand Slam) y que unos meses más tarde ganó el Abierto de Australia de 2004. Federer es un deportista que va más allá, desafía a la lógica y está reventando todos los récords. No existe un techo para él, por eso Melbourne y el mundo este domingo se pusieron a sus pies.
"I'm happy I can show emotions and share it with the people. If I got emotional, it's because it was a full crowd again. No people in the stadium wouldn't make me emotional, I'll tell you that. This is for them really also." - @rogerfederer 😢#RF20 #AusOpen pic.twitter.com/NXvxAifev3
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A Federer aún le queda mucha batería. Ahora está un escalón por encima del resto, en la estratosfera del tenis. No es de extrañar. Federer tiene 36 años, rumbo hacia los 37, pero no deja de sorprender. Su repertorio de trucos es infinito y su deseo de vencer es inagotable. Es único, irrepetible y este domingo, bañado en lágrimas ante los aplausos del mundo entero, lo confirmó.