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“Todo ha valido la pena”: Jorge Mario Murillo

El nadador paisa fue semifinalista olímpico en Río e impuso récord nacional en los 100 metros pecho. Mañana aspira a hacer lo mismo en los 200. Su gran objetivo ahora es Tokio 2020.

Luis Guillermo Ordóñez, enviado especial Río de Janeiro
08 de agosto de 2016 - 02:00 a. m.
“Con la lengua afuera” quedó Jorge Mario Murillo luego de batir un récord nacional en Río. / EFE
“Con la lengua afuera” quedó Jorge Mario Murillo luego de batir un récord nacional en Río. / EFE
Foto: EFE - Lavandeira jr

El antioqueño Jorge Mario Trucha Murillo ha sido hasta ahora el deportista colombiano más destacado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Ganó su serie eliminatoria en los 100 metros pecho e impuso nuevo récord nacional, con un tiempo de 59,93 segundos. Luego quedó fuera en la semifinal, en la que era segundo hasta la mitad de la competencia.

Ayer, al reiniciar sus prácticas para la prueba clasificatoria de los 200 metros, que será mañana, le contó a El Espectador cómo se ha sentido en sus primeros Juegos Olímpicos y por qué considera que puede seguir mejorando sus registros para aspirar a ser finalista en un Mundial.

¿Qué le dejó su estreno olímpico?

Pues venía con la idea de dejar el alma en esa primera carrera y por fortuna eso me sirvió. Dí mi ciento por ciento en la mañana y nadé más rápido que nunca; esa es la mejor prueba de que hice las cosas bien. Ya en la semifinal estaba un poco cansado por el esfuerzo y la tensión previa. No es fácil mejorar tu marca dos veces en un día, pero eso me sirve de experiencia para el futuro.

Ningún colombiano había bajado del minuto en los 100 metros pecho. ¿Qué necesita para seguir mejorando?

Entrenar, trabajar, seguir luchando. Eso no es algo que se logre de un día para otro. Yo llevo aproximadamente nueve años soñando con esto que me pasó acá. Tengo que mejorar mi fuerza, mi masa muscular, que es menor con respecto a mis rivales, como se pudo ver; seguir afinando detalles en la técnica, utilizar videos y tecnología; corregir, probar, seguir implementando cambios para tratar de ganar medio segundo o uno y llegar a una final a este nivel.

¿Cuándo aspira a lograrlo?

Ahora comienza mi nuevo ciclo rumbo a Tokio, aunque hay mundiales y otras competencias. Iré subiendo poco a poco, pero entre más pronto mejor. Serán cuatro años en los que tendré que ir cumpliendo metas y sueños. Esto me amplió los horizontes.

¿Han valido la pena todos sus sacrificios: parar sus estudios y dejar a su familia para irse a vivir solo al exterior?

Absolutamente. Aunque no ha sido nada fácil. Lo he demostrado con medallas para Colombia y para Antioquia. Voy en un proceso muy bueno y los resultados se han visto. Yo creo que con mayor roce internacional, no solamente mío sino de todos mis compañeros, la natación colombiana seguirá creciendo.

¿Cómo la ha pasado en la Villa de los Deportistas?

He estado en siete mundiales y en muchos eventos del ciclo olímpico, pero esto es otro cuento, un ambiente maravilloso, se vive el deporte de una manera muy amigable, hay un ambiente de hermandad único. Y el nivel, lógicamente, lo más top posible. Es muy chévere compartir con gente tan diferente, incluso en el mismo edificio, en el comedor, en los buses. Uno va caminando por ahí y no sabe si al lado van un par de medallistas de oro (risas).

¿De quién se acuerda en estos momentos en los que vive su mejor experiencia deportiva?

Siempre de mi casa, de mi familia . Ellos me inculcaron que creyera en mí y que podía hacer lo que quisiera. Creer en uno mismo es el primer paso para lograr grandes cosas. También pienso en todos los entrenadores que me han enseñado algo y en mis amigos de toda la vida, esos que me llaman y están pendientes de mis actuaciones.

¿Qué espera mañana en los 200 metros?

Pues lo mismo. Darlo todo en la primera carrera y hacerlo lo mejor posible. Todos los colombianos venimos a Río con la idea de llegar lo más lejos posible.

¿Preocupa que pasen los días y no comencemos a sumar medallas?

Realmente no creo. Acá todos soñamos con medallas, pero no es nada fácil. Eso sí, seguro ya pronto llegarán.

Por Luis Guillermo Ordóñez, enviado especial Río de Janeiro

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