¿Washington, capital del béisbol? Así parece

Ocho décadas después la capital de Estados Unidos vuelve a vivir una Serie Mundial y la novedad cambia paradigmas. El hockey, el año pasado, y el béisbol, ahora, contrarrestan la frustración con los ahora menospreciados Redskins del fútbol americano.

Fidel Cano Correa / Washington DC
23 de octubre de 2019 - 04:43 p. m.
Y se va, se va, se va, se fue... Juan Soto envía la pelota por encima de la cerca en el quinto episodio del primer juego de la Serie Mundial para llevar a los Nationales a vencer 5-4 a los Astros. Este miércoles el segundo juego en Houston. / John G. Mabanglo / EFE
Y se va, se va, se va, se fue... Juan Soto envía la pelota por encima de la cerca en el quinto episodio del primer juego de la Serie Mundial para llevar a los Nationales a vencer 5-4 a los Astros. Este miércoles el segundo juego en Houston. / John G. Mabanglo / EFE

El dicho por allá en la primera mitad del siglo pasado rezaba así: “Washington: Primero en la guerra, primero en la paz… último en la Liga Americana”. El béisbol no era algo que animara ni congregara a los washingtonianos.

El martes todo cambió dramáticamente, mientras la ciudad se preparaba para ver por televisión el primer juego de la Serie Mundial en Houston entre los Astros de esa ciudad y los Nacionales de Washington. Bares de deportes repletos con sus pantallas encendidas por toda la ciudad y horas antes, en el metro, aficionados ataviados con banderas, camisetas y cachuchas del equipo camino al National Park, el estadio al que este viernes se trasladará la final tras el segundo juego de miércoles en Houston y donde el equipo instaló pantallas gigantes con entrada gratuita para los aficionados.

En el país de las estadísticas, los Nacionales de Washington llegaron este 2019 a romperlas con la primera Serie Mundial de su historia. Bueno, sí, hace ochentaytantos años la capital había presenciado otra con los Senadores, el equipo que dio origen al dicho aquel pero que ya solo los más viejos recuerdan pues abandonó la ciudad en 1971. Por eso, cuando la franquicia de los Nacionales se instaló en la ciudad, en 2005, nadie daba un peso porque Washington se convirtiera en una ciudad del béisbol.

Hasta entonces los Redskins de la NFL del fútbol americano capturaban la atención de la afición deportiva local. Ese sí era protagonista de finales –cinco títulos de la NFL, 14 de división y seis de la Conferencia Este--. Sin embargo, esos días de gloria han ido pasando y hoy el equipo es último en su división y sufre el desprecio de sus aficionados que ya en estos tiempos aborrecen el racismo de su mismo nombre (“los pieles rojas”) y critican al dueño, el errático e impulsivo Dan Snyder, bajo cuyo mandato el equipo ha perdido su gloria en los últimos años.

Ese vacío estaba por llenar. Y el año pasado fue el hockey el que dio el primer impulso con el dramático recorrido de los Capitals en las series finales hasta llegar en el séptimo juego ante los Golden Knights de Las Vegas a coronarse por primera vez en la historia campeones de la Stanley Cup. Entonces se comenzó a hablar de Washington como capital de hockey.

Pero aquí están los Nationales para romper las estadísticas en el país de las estadísticas. No son los favoritos, y sin embargo este martes dieron el primer golpe con su triunfo 5-4 en Houston.

“¿Mi predicción para el primer juego? Tengo a Cole ganando 3-2 sobre Scherzer. No ha perdido un juego desde mayo 22 y ha obtenido 19 triunfos consecutivos abriendo. ¿En serio? ¿Cómo voy a ir contra eso? No puedo”, decía desde Houston Jim Bowden en el previo del primer juego por CBS.

Y, vaya sorpresa, fue al abridor de los Astros, Gerrit Cole, a quien le cayó la noche en el peor momento posible para los Astros, pues permitió cinco carreras en siete entradas, incluidos dos cudrangulares, en el primer juego de la Serie Mundial. Quien sí brilló fue el el joven jardinero dominicano de 21 años Juan Soto con su saltavallas solitario y el impulse doble de dos carreras.

En los previos a ese primer juego había discusión sobre qué equipo llegaba mejor a las finales, dado que los Nationaless habían ganado su clasificación en cuatro juegos ante los Cardenales de San Luis y entrenaban tranquilos mientras sus rivales seguían en su dura disputa ante los Yankees de Nueva York hasta el sexto juego. ¿Mejor el descanso o la mano caliente para comenzar la serie?, se preguntaban en los programas radiales.

Neil Greenberg, el duro de las estadísticas deportivas en el Washington Post, publicó un detallado análisis de la historia hace un par de días en el que concluía que según las cifras sí había una ventaja en descansar menos antes de llegar al Clásico de Otoño. Bueno, otra estadística rota en el primer juego por los Nationales. Lo decía el jardinero central Adam Eaton en ese mismo artículo: "En un equipo lleno de veteranos como los Nationales, este descanso es una bendición". Así fue.

Washington enloquece entonces con el béisbol. Las mismas imágenes del martes por las calles y el transporte de la ciudad comienzan a vivirse para el juego del miércoles, mientras la ciudad espera la llegada de la serie este viernes a la capital. Todo luce rojo, muy rojo, en Washington.

La entrada ya no será gratis al National Park. En los sitios de reventa –solamente los abonados a la temporada tienen acceso a adquirirlas directamente—no se consiguen por menos de USD $600= las más baratas, y la gran mayoría superan los USD $1.000.

¿Washington capital del béisbol? Puede ser, puede ser.

Por Fidel Cano Correa / Washington DC

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