El amor, un lenguaje universal

Foto: Cristian Garavito

IRIS & AJAY

Hinduismo

Del otro lado del mundo, en donde algunos matrimonios son arreglados, las parejas se eligen por castas y los novios se conocen el día de la boda, una bogotana se enamoró de la cultura y las tradiciones del hinduismo.

En 2007, Iris y Ajay se vieron en una fiesta en Colombia. Fue amor a primera vista. Él vivía en Londres y retornaba a los pocos días. Pasaron los años y, finalmente, se agregaron a Facebook. En 2013 él se iba a India y le escribió que quería comprar una cámara. La conversación trascendió y empezaron una relación a distancia, hasta que decidieron verse en Europa. Se citaron varias veces antes de comprometerse.

La noche fue una gran celebración, con comida vegetariana y bailes típicos, que culminó con una  coreografía de la película Slumdog Millionaire, al mejor estilo de Bollywood. 

El hinduismo considera que el matrimonio es el momento más importante de la vida.  En los rituales  invocan a distintas deidades para llamar a la prosperidad y estabilidad de la pareja.

La ceremonia duró varios días y contó con tres momentos claves:

1. Mehndi (henna): 

Es la despedida de solteras. Asistieron las mujeres más cercanas a la novia. Una artista de Henna pintó las manos y los pies de Iris. Dentro de las figuras se escondía el nombre del novio, quien en la ceremonia tuvo que encontrar dónde estaba escrito.  

2. Ganesh Puja: 

Un día antes de la boda se rindió homenaje a Ganesh, la deidad hindú que vence los obstáculos, y a Lakshmi, la deidad de la riqueza y la prosperidad, para que dejaran una bendición a la nueva pareja.

3. El día de la boda: 

Fue una ceremonia en donde prevaleció la felicidad y el apoyo entre las familias. La pareja realizó un intercambio de guirnaldas de flores como símbolo de aceptación, se encendió el fuego sagrado y el sacerdote recitó un mantra en sanscrito, mientras se daban ofrendas al fuego. 

En la boda celebrada en Londres se rindió tributo a las deidades Ganesh y Lakshmi. 

A Iris le fascina haber adoptado esta cultura, cumple con convicción sus festividades a lo largo del  año. Reconoce el valor de preservar las tradiciones como un compromiso de vida. Para ella, las diferencias que convergen en su unión no son una barrera, al contrario: alimentan el amor que nunca imaginó encontrar lejos de su tierra natal. Procura visitar Colombia acompañada del hombre que un día de 2007 vio en una reunión de amigos.

GISELLE & JEFFREY

Judaísmo 

Estudiaron en el mismo colegio. Un día un amigo en común le dijo a Giselle: “¿Ves a ese chico que está jugando fútbol? Ustedes van a estar juntos”. Los dos pertenecen a la comunidad judía de Venezuela, un grupo unido que funciona como gran familia. En una década  pasaron por todas las etapas: amigos, novios, esposos y, ahora, padres.

Los valores judíos no fueron negociables al momento de casarse. Ambos honran esa religión que lleva consigo la historia de un pueblo al que han querido exterminar. Vienen de madres y padres que cumplen las tradiciones hebreas. Quieren inculcar a sus hijos el mismo amor que sienten por las costumbres de su pueblo, para que no se pierdan.

La celebración estuvo acompañada de comida típica del medio oriente y bailes jasídicos alrededor de los novios. 

La boda se desarrolló en una sinagoga de Caracas, con rabinos de barbas largas y canciones en hebreo. El altar se llama jupá, está compuesto por cuatro columnas y un techo que simbolizan el hogar. Los hombres tienen puesta una kipá en la cabeza, que significa Dios está encima de todos. El novio lleva puesto un talit,  una pieza de tela con la que debe cubrirse para rezar. Antes de entrar al jupá, el novio levanta el velo de la novia, lo vuelve a bajar, la toma de la mano e ingresan juntos.

El kipá simboliza "Dios está  encima de nosotros". Los hombres lo usan en ceremonias religiosas. 

Ella da siete vueltas alrededor de él para representar las bendiciones del matrimonio. El novio le pone el anillo en el índice —el dedo con el que se toman decisiones—. El vino siempre está presente en las celebraciones judías. 

Antes de terminar la ceremonia se rompe un objeto de vidrio y los invitados gritan "¡Mazal Tov!". Lo hacen para destacar  los momentos trágicos que ha vivido su pueblo.
 

En diez años pasaron por todas las etapas: amigos, novios, esposos y, ahora, padres. Vienen de madres y padres que siguen las tradiciones hebreas. 
 

RICARDO & DERLY

Ceremonia de los cuatro elementos 

"Estamos aquí para recordar, como nos enseñaron nuestros antepasados alados, que el tejido del destino se construye desde el corazón”, pronunció Jahel, la hermana de la novia, para dar inicio a la boda. En ese momento, el cielo se despejó y el sol se unió a la celebración. 

Ricardo y Derly se conocieron al aire libre, haciendo yoga en un parque. Los dos son vegetarianos y han construido una relación basada en la naturaleza. Para ellos salud es lo que comes, piensas y dices. 

Los amigos asistieron con vestidos de colores alegres. La decoración fue hecha por la pareja.

Cuando decidieron que se iban a casar, coincidieron en elegir un concepto Boho-Chic —estilo hippie y bohemio— y  una marcada influencia maya. La ceremonia tuvo cuatro altares que simulaban los elementos aire, agua, fuego y tierra. 

Primero pasó Derly, simbolizando la energía femenina del hogar: la mujer, la mamá, la creadora. 

Después, Ricardo inició el recorrido hasta que llegó a un nido, donde era esperado. El nido representa el esfuerzo de pareja en la construcción de un proyecto de vida que debe refrendarse con actos de amor y compromiso. 

La celebración rompió todos los protocolos: no hubo alcohol, reggaetón, ni lechona. Pero sí una fiesta cargada de flores, música instrumental y alegría.

 No hubo argollas. Se ofrendaron plantas en un recipiente de cristal como símbolo de unión, protección y vida. Fue un encuentro familiar con 55 invitados.  

Fotos: Cristian Garavito - Marco Mancera - Capturing Dreams.