Una apuesta que vale la pena

Beatriz López es directora del Instituto de Visión, un modelo de investigación que destaca obras nacionales.

Por Beatriz López

20 de noviembre de 2018

Foto: Natalia Pedraza Bravo.

Foto: Natalia Pedraza Bravo.

Su galería, ubicada en el barrio San Felipe, hace parte del circuito de ArtBo.

“El arte en Colombia es difícil, ¿cómo puedes priorizarlo, si la gente aún se muere de hambre? Con instituciones culturales débiles y el presupuesto destinado a la guerra, estar en este mundo  y trabajar por él es  una apuesta a ciegas, decidida con las tripas. No puedo proyectar mi vida lejos de aquí.

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Tengo una relación emocional con lo que hago, soy afortunada porque me puedo dedicar a lo que me apasiona. Los artistas con los que trabajamos desde el Instituto de Visión son amigos de largos años. Esto permite que nuestro proceso sea una sinergia  en la que ambas partes conocemos nuestras necesidades.

En el 2012 comenzó a hablarse del boom en el arte colombiano, que significó dejar por fuera propuestas que habían desarrollado obras importantes. Esta exclusión se dio por un sesgo histórico. Antes no se consideraban arte expresiones como la fotografía, los soportes audiovisuales y el performance. El país no estaba preparado para las narrativas que proponían estos creadores. 

Por eso, el programa ‘Visionarios’ del Instituto está basado en una investigación sobre las mujeres y los hombres que quedaron marginados. El fin es rescatarlos y darles la ventana de exhibición que nunca tuvieron. Este es un ejercicio  amoroso para quienes lo hacemos. 

Un caso para recordar es el de Miguel Ángel Cárdenas, artista colombiano que, cansado del moralismo de nuestra sociedad, emigró a Holanda en la década del 60. Allá se convirtió en un representante del lenguaje queer. Cuando estaba en proceso de eutanasia, debido a un parkinson degenerativo, organizamos Calentamientos (2015), la única exposición que se realizó en el país. A través de ella, Miguel Ángel pudo despedirse de una escena artística que lo acogió, al menos, antes de su muerte. 

En la actualidad, los artistas están apostando por ver el amor más allá de una pulsión romántica, lo estudian, lo analizan, lo miran desde el compromiso social, como lo hace Carolina Caycedo y Alicia Barney en la naturaleza. Se está sacando al amor del foco tradicional que se le ha dado.

Con mi labor intento poner énfasis en aquellos a los que nunca se les dio visibilidad. Y esta apuesta, en un país donde el arte tiene poco espacio, definitivamente es movida por amor”.

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