Arroz: el sabor agridulce de tener una producción récord

Los productores marcharán este martes para protestar por la caída en los precios que se les paga. La industria asegura que ha cumplido los compromisos. Una de las mejores soluciones, exportar, aún no está cerca de ser una realidad.

María Alejandra Medina C. / @alejandra_mdn
06 de junio de 2017 - 12:00 p. m.

Los arroceros marcharán este martes en Bogotá, luego de no haber llegado a un acuerdo con el Ministerio de Agricultura la semana pasada, con respecto a los precios que se les pagan a los productores. Así lo manifestó la Dignidad Arrocera a través de un comunicado.

La movilización, que irá desde la Plaza de Toros hasta la Plaza de San Francisco, busca llamar la atención sobre el que los productores señalan como un incumplimiento por parte del gobierno en el pago del incentivo al almacenamiento de arroz en los primeros tres meses del año.

Este incentivo se implementó en 2016 con el fin de evitar los efectos negativos en el mercado de una cosecha histórica que registró el sector. En resumen, quien guardara el arroz -principalmente la industria- recibiría una compensación para correr con los gastos de almacenamiento y, a la vez, no tener razones para bajar el precio que se paga al productor.

Para Rafael Hernández, gerente de la Federación Nacional de Arroceros, no se trata de “que haya habido incumplimiento del Ministerio, sino un retraso en la disponibilidad de los dineros para pagar” el incentivo.

Hernández se refiere a que los recursos vienen con la adición presupuestal que se le hizo a la cartera, “pero eso –dice– tiene un proceso de aprobación en el Congreso y en el Minhacienda”. Lo que para él es cierto es que el agricultor está “desesperado” por ser quien recibe el “golpe” de una baja en los precios de entre 11 y 18 %.

Jeffrey Fajardo, director ejecutivo de la Cámara Induarroz de la Andi, resaltó que la resolución que estableció el incentivo tuvo vigencia hasta el 31 de diciembre de 2016, sin embargo, los industriales aceptaron prolongar el compromiso hasta el 31 de marzo de este año.

De acuerdo con el director de Induarroz es una “infamia que se acuse a los industriales de incumplir. El compromiso se ha cumplido en 100%”. Agregó que “cuando dejó de existir el compromiso de mantener los precios, estos empezaron a bajar, pero desde abril”.

“El ministro (Aurelio Iragorri) nos presentó la adición presupuestal, para, en los próximos días, a finales de junio, empezar a saldar esa deuda”, afirmó Fajardo al término de una reunión con el jefe de la cartera agropecuaria la semana pasada y posterior al encuentro entre el ministro Iragorri y la Dignidad Arrocera.

¿Y el segundo semestre?

En el sector, existe la expectativa de que la producción de arroz este año iguale o incluso supere la del año pasado, que, en cifras redondas, dejó 2,6 millones de toneladas de arroz paddy seco, mientras que el promedio de los últimos 10 años había sido de 2 millones. Por eso, incluso, se había tenido que solicitar importaciones.  Ahora, la copiosa producción podría tener tanto de bueno como de malo si el Gobierno y la cadena no maniobran o se ponen de acuerdo.

En sus peticiones, de cara a la movilización, Dignidad Arrocera solicita una “apropiación de recursos para el programa de incentivo al almacenamiento correspondiente al segundo semestre del año 2017 que garantice la absorción de la cosecha a unos precios justos y remunerativos para el productor”.

De acuerdo con Induarroz, de la reunión con el Ministerio de Agricultura quedó como conclusión que las discusiones sobre el mecanismo a través del cual se garantizará la absorción de la cosecha se dará con base en estadísticas que sacarán el Dane y Fedearroz acerca de cuánto se sembró y cuánto se cosechará, una información que podría estar disponible a mediados de julio.

Las dificultades de exportar

Por cuenta del repunte en la producción que se ha presentado en los últimos meses, el Gobierno y los arroceros han afirmado que finalmente el país es autosuficiente en arroz y que las únicas importaciones que llegan al país se explican por los contingentes acordados en el TLC con Estados Unidos.

Incluso, el Ministerio de Agricultura ha hablado de la posibilidad de exportar, algo que, sin embargo, no se antoja tan cercano.  

“Hoy -dice Fajardo- no es posible económicamente exportar porque Colombia tiene un arroz más caro que los competidores de la región. Tiene que haber un precio competitivo y eso hace más preocupante que tengamos estos niveles de producción sin posibilidad de exportación”.

Así, para los industriales, los precios del arroz en Colombia deberían empezar a converger con los precios internacionales, al tiempo que se reducen los costos para el productor, como el del arriendo de las tierras y fomentando el uso racional de insumos. Para Fajardo, esto es una necesidad -y una preocupación también para la industria- teniendo en cuenta que a partir de 2018 el arancel para la importación de arroz bajará de 80% a 73%, y seguirá descendiendo 6,6% cada año, hasta que en 2030 sea cero.

Por María Alejandra Medina C. / @alejandra_mdn

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