Bancos privados llegarán a zonas de conflicto

El embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker, dijo que esta iniciativa hace parte de la contribución que hará su país al posconflicto. “Como estuvimos del lado de los colombianos en la guerra, también estamos en la paz”.

El programa, que empezó a materializarse con tres bancos: Bancamía, Bancompartir y Davivienda, consiste en invertir 22 millones de dólares para capacitar al personal banquero que llegará puerta a puerta a las zonas rurales de los Montes de María, bajo Cauca antioqueño, sur de Córdoba, sur del Tolima, Meta, norte del Cauca, sur del Valle, Caquetá y Tumaco, a ofrecer créditos a los agricultores (ver gráfica).

La idea es que los banqueros le pierdan el miedo a prestarle dinero al sector rural y desplacen parte de su logística a las poblaciones seleccionadas por la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), quien coordina el proyecto.

Adicionalmente, la iniciativa otorgará garantías de crédito a las entidades financieras, que estarán respaldadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, para compartir el riesgo de otorgar préstamos a clientes que nunca han tenido un crédito. Es decir, si una persona no cumple con su obligación, Usaid responderá al banco por el 50% del préstamo. La garantía puede utilizarse para amparar créditos desde 50 hasta 100.000 dólares.

Para lograrlo, primero está el reto de aumentar la bancarización en la zona rural. Actualmente, doce millones de colombianos viven en ella, pero sólo el 6% tiene un producto financiero. No obstante, el desafío se concentra en cerrar la brecha que hay en la entrega de créditos: de ese porcentaje, sólo el 2,6% del sector rural y el 1,5% del sector rural disperso tienen algún crédito en la actualidad.

Por ahora se firmó la primera garantía para respaldar un portafolio de 120 millones de dólares de colocaciones de créditos productivos rurales con los tres bancos que suscribieron el compromiso de llegar a la ruralidad y se espera firmar otra con seis nuevos socios financieros para respaldar créditos por 100 millones de dólares.

De todas maneras queda el reto de superar la estadística: el 75% de colombianos a septiembre de 2015 tenían un producto financiero, es decir, 24 millones de personas adultas. El resto, o sea, 8 millones no tenían este producto y están ubicados en el sector rural disperso, reportó la Banca de Oportunidades.

De ese total, el 70% contaban con una cuenta de ahorros. Pero hay otro escollo: el 30% la tenía inactiva. “Por eso no podemos hablar de una real inclusión financiera. Tenemos que ser muy estrictos y que las personas las estén usando regularmente”, señaló Juliana Álvarez, directora de la entidad.

Los bancos llegarán con oficinas a sitios donde el poder de las balas tienen vedado el manejo legal del dinero. Lugares en donde todavía reina el revólver de los prestamistas gota a gota que cobran hasta el 200% por encima de lo legal, que es 30,81%, monto fijado esta semana por la Superintendencia Financiera para el segundo trimestre del año y que incrementó 1,29%.

El embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker, dijo que esta iniciativa hace parte de la contribución que hará su país al posconflicto. “Como estuvimos del lado de los colombianos en la guerra, también estamos en la paz”.

El programa, que empezó a materializarse con tres bancos: Bancamía, Bancompartir y Davivienda, consiste en invertir 22 millones de dólares para capacitar al personal banquero que llegará puerta a puerta a las zonas rurales de los Montes de María, bajo Cauca antioqueño, sur de Córdoba, sur del Tolima, Meta, norte del Cauca, sur del Valle, Caquetá y Tumaco, a ofrecer créditos a los agricultores (ver gráfica).

La idea es que los banqueros le pierdan el miedo a prestarle dinero al sector rural y desplacen parte de su logística a las poblaciones seleccionadas por la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), quien coordina el proyecto.

Adicionalmente, la iniciativa otorgará garantías de crédito a las entidades financieras, que estarán respaldadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, para compartir el riesgo de otorgar préstamos a clientes que nunca han tenido un crédito. Es decir, si una persona no cumple con su obligación, Usaid responderá al banco por el 50% del préstamo. La garantía puede utilizarse para amparar créditos desde 50 hasta 100.000 dólares.

Para lograrlo, primero está el reto de aumentar la bancarización en la zona rural. Actualmente, doce millones de colombianos viven en ella, pero sólo el 6% tiene un producto financiero. No obstante, el desafío se concentra en cerrar la brecha que hay en la entrega de créditos: de ese porcentaje, sólo el 2,6% del sector rural y el 1,5% del sector rural disperso tienen algún crédito en la actualidad.

Por ahora se firmó la primera garantía para respaldar un portafolio de 120 millones de dólares de colocaciones de créditos productivos rurales con los tres bancos que suscribieron el compromiso de llegar a la ruralidad y se espera firmar otra con seis nuevos socios financieros para respaldar créditos por 100 millones de dólares.

De todas maneras queda el reto de superar la estadística: el 75% de colombianos a septiembre de 2015 tenían un producto financiero, es decir, 24 millones de personas adultas. El resto, o sea, 8 millones no tenían este producto y están ubicados en el sector rural disperso, reportó la Banca de Oportunidades.

De ese total, el 70% contaban con una cuenta de ahorros. Pero hay otro escollo: el 30% la tenía inactiva. “Por eso no podemos hablar de una real inclusión financiera. Tenemos que ser muy estrictos y que las personas las estén usando regularmente”, señaló Juliana Álvarez, directora de la entidad.

Los bancos llegarán con oficinas a sitios donde el poder de las balas tienen vedado el manejo legal del dinero. Lugares en donde todavía reina el revólver de los prestamistas gota a gota que cobran hasta el 200% por encima de lo legal, que es 30,81%, monto fijado esta semana por la Superintendencia Financiera para el segundo trimestre del año y que incrementó 1,29%.