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Este viernes se conoció la decisión de Estados Unidos de incluir a Colombia en la denominada lista negra de violación de propiedad intelectual, clasificación de la cual también hacen parte otras naciones como China, India, Rusia, Chile, Venezuela y Argentina, entre otras.
La entrada de Colombia está relacionada con las demoras para aprobar reformas al derecho de autor con las cuales se comprometió al firmar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) explicó que con este listado Estados Unidos evalúa a los países con los que tiene relaciones comerciales categorizándolos en tres listas: la Priority Watch List (los casos que merecen atención), la Watch List (los que hay que mantener en observación) y la lista de quienes no tienen mayor problema según la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR). Colombia se ubica en la primera.
¿Cuáles son las consecuencias de que Colombia esté en esta lista?
Según lo dicho por la cartera de Comercio Exterior el hecho de que el país ahora integre dicho listado no implica que esto acarree sanciones, lo que hace es que Colombia ahora sea objeto de atención en dicha materia durante el próximo año, puesto que dicha clasificación se renueva anualmente.
“Colombia está en estos momentos en la Priority Watch List principalmente en atención a las demoras que se han presentado con la implementación de algunos compromisos del Acuerdo de Promoción Comercial. No obstante, actualmente, el Congreso de la República tramita un proyecto de ley que permitirá al país modernizar su marco jurídico sobre derechos de autor, que data de 1982, y cumplir sus compromisos internacionales en materia de derecho de autor”, explicó el ministerio.
Canadá, vecino y socio de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), también pasó este año a ser parte de este grupo. México, el tercer socio del TLCAN, está sin embargo considerado un infractor menor.
La "Lista de vigilancia prioritaria" del reporte especial 301 de la USTR sobre propiedad intelectual está encabezada por China, que ha sido parte del listado por 14 años, seguida de Indonesia, India, Argelia, Kuwait, Rusia y Ucrania.
¿Esto pone en problemas el ingreso de Colombia a la OCDE?
Una noticia reciente fue el aval que recibió el país por parte del Comité de Trabajo, Empleo y Asuntos Laborales de la OCDE, que dejó a Colombia a un paso, el visto bueno en materia comercial, para ingresar al selecto grupo de naciones.
Para el MinCIT la entrada de Colombia en esta lista negra “no tiene relación alguna con el proceso de adhesión a la OCDE y tampoco es un requisito de acceso”. Además, para esto también es importante tener el referente de Chile, país que hace parte del selecto grupo, pero también integra el listado negativo de violación de propiedad intelectual, por lo que la cartera de comercio descarta la posibilidad de que esto se convierta en una piedra en el zapato en el proceso que actualmente adelanta la nación.
Ahora bien, modificar los regímenes de propiedad intelectual y derecho de autor por cuenta de acuerdos comerciales, como el TLC, es un camino común y bien conocido para Estados Unidos. Esto no significa que sea un mecanismo exento de errores o bien pensado del todo.
En esencia, muchas de las modificaciones obedecen a un carácter comercial y esto representa un peligro, pues el derecho de autor afecta actividades que se salen muchas veces del ámbito comercial: toca funciones esenciales como el acceso a la información y el conocimiento, que a su vez pueden ir de la mano con derechos como la libertad de expresión en ciertos casos.
En países como Australia, por ejemplo, las modificaciones vía acuerdos comerciales llevan más de 10 años de discusión entre una serie de actores, que van mucho más allá de los titulares de los derechos. En Chile se hicieron años de reuniones en las regiones para intentar incluir la mayor cantidad de excepciones y limitaciones para bien de los usuarios, así como de los creadores.
El punto básico es que, por más que haya una presión comercial, la tarea de modificar el derecho de autor y la propiedad intelectual es un asunto delicado, que ampliamente excede los asuntos comerciales. No es un tema para tratar a la ligera y el hecho de que Colombia haya intentado en por lo menos seis ocasiones pasar esta ley da cuenta de los retos y peligros en este camino. Es evidente, también, que a EE.UU. le conviene presionar por este tema, pero no resulta tan claro que la rapidez sea una ventaja a la hora de decidir cómo se accede a la información en tiempos de internet.