Día de la Madre, un día de celebración y reflexión

Ahora que nos preparamos para honrar a nuestras madres y que por obligación nos sentimos tan lejos de ellas, no podemos ignorar que algo está sucediendo con los vínculos de vida que construimos y sostenemos.

Augusto Solano*.
10 de mayo de 2020 - 03:00 p. m.
La palabra naturaleza proviene del latín “natura” que significa nacimiento. / Cortesía - FCDS
La palabra naturaleza proviene del latín “natura” que significa nacimiento. / Cortesía - FCDS

En tan solo 19 días los colombianos desde el confinamiento habremos celebrado dos fechas que, aunque parecieran no tener relación ni la misma importancia, hoy nos recuerdan lo frágil del ser humano y la capacidad de olvido que nos caracteriza frente a los valores elementales que debemos tener y respetar como sociedad.

Tal vez por primera vez en la historia, como consecuencia de la pandemia que azota a la humanidad, la celebración del Día de la Tierra del pasado 22 de abril y sus titulares de prensa nos recordaron a todos, sin importar raza, religión o condición económica, la obligación de volver la mirada hacia la naturaleza.

Ahora que nos preparamos para honrar a nuestras madres y que por obligación nos sentimos tan lejos de ellas, no podemos ignorar que algo está sucediendo con los vínculos de vida que construimos y sostenemos.

El Día de la Madre, mezcla de mitología y realidad, ha sido desde la antigua Grecia un homenaje a la mujer creadora y a la maternidad como base de la familia y la sociedad. Por su parte, desde hace 50 años el Día de la Tierra busca generar conciencia mundial sobre la relación de interdependencia entre los seres humanos, los seres vivos y el medioambiente natural.

No en vano, la palabra naturaleza proviene del latín “natura” que significa nacimiento y la expresión “madre tierra” es una personificación grecorromana de la misma.

Es así como en este Día de la Madre, en el que los besos y los abrazos se han convertido en un arma letal, en gran parte por nuestra equivocada relación con la naturaleza, debemos rendirnos en nuestro esfuerzo por autodestruirnos y retomar lo esencial: la vida y la creación.

Recordemos que en el mes de mayo es cuando cambian las flores y todo se renueva. Durante este Día de la Madre volvamos la mirada hacia la mujer como la máxima expresión de la naturaleza y rescatemos los valores de la familia y nuestras relaciones con el planeta como la única manera de subsistir.

Sea este día la oportunidad de dejar atrás los discursos sobre sostenibilidad y apropiarlos, estructurarlos y apalancarlos desde la mujer y el medio ambiente como las verdaderas fuentes de vida y desarrollo.

Feliz día y un abrazo a todas las madres, base de nuestras familias y personificación de las mejores cualidades de la creación.

*Presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, Asocolflores.

Por Augusto Solano*.

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