'El campo, perdedor del TLC con EE.UU.': Oxfam

Luego de un año y medio de entrada en vigencia del acuerdo de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos, un estudio que presentará hoy la organización Oxfam concluyó que al analizar los datos comerciales disponibles de los primeros nueve meses del tratado, se encontró que los productos más vulnerables de la economía campesina ante las importaciones provenientes de EE.UU. son “el lactosuero seguido por el arroz, el maíz blanco, la leche en polvo y la carne de cerdo”.

Según la investigación, liderada por Fernando Barberi Gómez, los resultados son contradictorios frente a lo prometido por el Gobierno antes de que se firmara el acuerdo. “En estos primeros meses las importaciones desde Estados Unidos han crecido a un ritmo mucho mayor que las exportaciones a ese país, provocando un deterioro en la balanza comercial. Y el sector campesino colombiano se ve forzado a competir en desigualdad de condiciones con productos que disfrutan de importantes subsidios al sector agropecuario en EE.UU.”. Esto, dice el documento, hace prever una caída en la producción agropecuaria y por supuesto, en los ingresos de las familias campesinas.

De acuerdo con el autor del estudio, si se comparan los períodos junio de 2012-febrero de 2013 y junio de 2011-febrero de 2012 el intercambio comercial entre los dos países se ha deteriorado. “Han disminuido las exportaciones desde Colombia a ese país. Esto ha provocado una caída en la balanza comercial de bienes de más de US$3.000 millones. El sector agroindustrial en particular ha sido muy afectado, y las expectativas anunciadas por el Gobierno se han visto frustradas”.

En materia del comercio agropecuario y agroindustrial entre las dos naciones, las cifras de Oxfam muestran que las ventas de Colombia a EE.UU. se han reducido de un saldo de US$1.265 millones a US$712 millones en los primeros tres trimestres del tratado. “Los resultados son indicativos de una tendencia preocupante que se podría profundizar en el futuro”, advierte el documento.

Con el tratado en pie, según Oxfam, en un nivel de riesgo medio se encuentran productos campesinos colombianos como trigo, carne de pollo, zanahoria y arveja. Entretanto, los que menos peligran con el acuerdo son el sorgo, el maíz amarillo, cebolla, fríjol y tomate.

Tras el Paro Nacional Agrario de agosto y luego de los reclamos de los campesinos, el Gobierno puso en marcha salvaguardas de dos años para productos agropecuarios sensibles al libre comercio como papa fresca, papa prefrita, cebolla de bulbo, fríjol, arveja, tomate, pera, leche en polvo, quesos frescos y lactosueros.

Sin embargo, organizaciones de agricultores como Dignidad Agropecuaria señalan que estas medidas adoptadas por el Gobierno no han surtido los efectos prometidos y continúan pidiendo que se renegocie el acuerdo con EE.UU, e incluso, el que tiene Colombia con la Unión Europea.

“Estados Unidos ha incrementado significativamente su presencia en el mercado importador de productos lácteos, especialmente leche en polvo, pasando de menos de un 1% de participación a más de un 27%. En cuanto al arroz, el valor de las importaciones totales se multiplicó casi por ocho en los primeros nueve meses de vigencia del acuerdo. En ambos productos, EE.UU. ha penetrado de forma muy agresiva en Colombia adquiriendo una participación cercana al 80%”, explica un aparte del documento elaborado por Barberi que agrega que asimismo las compras de maíz blanco han aumentado 60% y las de carne de cerdo, un 37%.

Entretanto, desde el lado de los arroceros, el presidente de Fedearroz, Rafael Hernández Lozano, se mostró preocupado al asegurar que las importaciones crecientes de este cereal desde Estados Unidos son motivo de preocupación para los productores nacionales que también se ven enfrentados a un fenómeno de contrabando arrocero que no da visos de cesar.

“Ahora, corresponde al gobierno colombiano adoptar un sistema de seguimiento que permita actuar de forma oportuna para paliar los efectos negativos del tratado sobre la economía campesina y revertir las tendencias preocupantes que socavan aún más su viabilidad”, concluye el informe.

Luego de un año y medio de entrada en vigencia del acuerdo de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos, un estudio que presentará hoy la organización Oxfam concluyó que al analizar los datos comerciales disponibles de los primeros nueve meses del tratado, se encontró que los productos más vulnerables de la economía campesina ante las importaciones provenientes de EE.UU. son “el lactosuero seguido por el arroz, el maíz blanco, la leche en polvo y la carne de cerdo”.

Según la investigación, liderada por Fernando Barberi Gómez, los resultados son contradictorios frente a lo prometido por el Gobierno antes de que se firmara el acuerdo. “En estos primeros meses las importaciones desde Estados Unidos han crecido a un ritmo mucho mayor que las exportaciones a ese país, provocando un deterioro en la balanza comercial. Y el sector campesino colombiano se ve forzado a competir en desigualdad de condiciones con productos que disfrutan de importantes subsidios al sector agropecuario en EE.UU.”. Esto, dice el documento, hace prever una caída en la producción agropecuaria y por supuesto, en los ingresos de las familias campesinas.

De acuerdo con el autor del estudio, si se comparan los períodos junio de 2012-febrero de 2013 y junio de 2011-febrero de 2012 el intercambio comercial entre los dos países se ha deteriorado. “Han disminuido las exportaciones desde Colombia a ese país. Esto ha provocado una caída en la balanza comercial de bienes de más de US$3.000 millones. El sector agroindustrial en particular ha sido muy afectado, y las expectativas anunciadas por el Gobierno se han visto frustradas”.

En materia del comercio agropecuario y agroindustrial entre las dos naciones, las cifras de Oxfam muestran que las ventas de Colombia a EE.UU. se han reducido de un saldo de US$1.265 millones a US$712 millones en los primeros tres trimestres del tratado. “Los resultados son indicativos de una tendencia preocupante que se podría profundizar en el futuro”, advierte el documento.

Con el tratado en pie, según Oxfam, en un nivel de riesgo medio se encuentran productos campesinos colombianos como trigo, carne de pollo, zanahoria y arveja. Entretanto, los que menos peligran con el acuerdo son el sorgo, el maíz amarillo, cebolla, fríjol y tomate.

Tras el Paro Nacional Agrario de agosto y luego de los reclamos de los campesinos, el Gobierno puso en marcha salvaguardas de dos años para productos agropecuarios sensibles al libre comercio como papa fresca, papa prefrita, cebolla de bulbo, fríjol, arveja, tomate, pera, leche en polvo, quesos frescos y lactosueros.

Sin embargo, organizaciones de agricultores como Dignidad Agropecuaria señalan que estas medidas adoptadas por el Gobierno no han surtido los efectos prometidos y continúan pidiendo que se renegocie el acuerdo con EE.UU, e incluso, el que tiene Colombia con la Unión Europea.

“Estados Unidos ha incrementado significativamente su presencia en el mercado importador de productos lácteos, especialmente leche en polvo, pasando de menos de un 1% de participación a más de un 27%. En cuanto al arroz, el valor de las importaciones totales se multiplicó casi por ocho en los primeros nueve meses de vigencia del acuerdo. En ambos productos, EE.UU. ha penetrado de forma muy agresiva en Colombia adquiriendo una participación cercana al 80%”, explica un aparte del documento elaborado por Barberi que agrega que asimismo las compras de maíz blanco han aumentado 60% y las de carne de cerdo, un 37%.

Entretanto, desde el lado de los arroceros, el presidente de Fedearroz, Rafael Hernández Lozano, se mostró preocupado al asegurar que las importaciones crecientes de este cereal desde Estados Unidos son motivo de preocupación para los productores nacionales que también se ven enfrentados a un fenómeno de contrabando arrocero que no da visos de cesar.

“Ahora, corresponde al gobierno colombiano adoptar un sistema de seguimiento que permita actuar de forma oportuna para paliar los efectos negativos del tratado sobre la economía campesina y revertir las tendencias preocupantes que socavan aún más su viabilidad”, concluye el informe.