El desempleo en Colombia cedió en febrero, pero sigue ensañado contra las mujeres
La tasa de desocupación (15,9 %) creció menos que en los demás meses de pandemia. Mujeres, jóvenes, empleo formal y urbano, entre los más afectados.
María Alejandra Medina
Las más recientes cifras de desempleo llegaron con noticias mixtas. Por un lado, al comparar febrero de 2020 con el mismo mes de 2021, se registró el menor incremento anual de la tasa de desocupación (TD) en lo que llevamos de pandemia: la TD se ubicó en 15,9 %, esto es 3,7 puntos más que el dato de hace doce meses. La variación es aun menor que la vista en diciembre (3,8 puntos, que era la más baja hasta ese momento) y está ya muy lejos de los 10,8 puntos de variación vistos en mayo.
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Las más recientes cifras de desempleo llegaron con noticias mixtas. Por un lado, al comparar febrero de 2020 con el mismo mes de 2021, se registró el menor incremento anual de la tasa de desocupación (TD) en lo que llevamos de pandemia: la TD se ubicó en 15,9 %, esto es 3,7 puntos más que el dato de hace doce meses. La variación es aun menor que la vista en diciembre (3,8 puntos, que era la más baja hasta ese momento) y está ya muy lejos de los 10,8 puntos de variación vistos en mayo.
Puesto en otras palabras: el desempleo creció, pero menos que en meses anteriores. En total, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en el segundo mes del año se perdieron 1,2 millones puestos de trabajo en comparación con el mismo período de 2020, lo que deja un total de 20,8 millones de personas ocupadas en Colombia. En enero la destrucción de empleo había sido mayor (más de 1,5 millones de trabajos perdidos).
Por el lado del desempleo, Juan Daniel Oviedo, director del DANE, resaltó que el 90 % de las personas que quedaron desocupadas están en las 13 principales ciudades del país. La cifra en estos dominios subió hasta el 18,1 % (es decir, mayor al 15,9 % del total nacional). Puede decirse, entonces, que el desempleo está golpeando más duro al ámbito urbano. “Estas cifras son históricamente altas y lo que muestran es que la recuperación en la economía es gradual”, comentó Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria.
Aunque, como señala Olarte, los sectores más golpeados ya no son la manufactura y el comercio, hay una constante que se mantiene: la mayor afectación para las mujeres. De los 1,2 millones de personas que salieron de la población ocupada, 700.000 son mujeres; es decir, por cada dos hombres que perdieron el empleo, tres mujeres atravesaron por la misma situación. En las ciudades la relación aumenta a dos mujeres por cada hombre. En total, la tasa de desempleo masculino se ubicó en 11,7 %, 10 puntos menos que la de las mujeres (21,7 %). Por eso, María del Pilar López Uribe, profesora de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, destaca que, aunque puede haber mejorías en cuanto a la magnitud del desempleo, la brecha entre hombres y mujeres no mejora.
Entre los datos que se pueden interpretar positivamente está el menor ingreso de mujeres a los oficios del hogar en comparación con meses anteriores. En total, más de 800.000 personas se sumaron en febrero a la población denominada “inactiva”, que incluye a quienes no están buscando trabajo en el mercado laboral. En los momentos más críticos (abril-julio), cerca de 1,7 millones de mujeres habían pasado a la supuesta “inactividad” dedicándose a las tareas no remuneradas del hogar (frente a 500.000 hombres en la misma situación), probablemente como consecuencia de la destrucción de los empleos y lo demandante de tener personas enfermas o estudiando en casa. En febrero, esa cifra descendió a 365.000 mujeres, la más baja registrada en pandemia.
Por renglones, con 277.000 puestos destruidos, las actividades artísticas, de entretenimiento, recreación y otras labores de servicios (en las que se cuenta el servicio doméstico) fueron las más golpeadas. López Uribe resalta que se trata de actividades que cuentan con una alta participación laboral femenina. Por eso, la brecha entre sexos es aun más pronunciada al mirar de cerca, por sectores, que en el total nacional: 219.000 mujeres empleadas en estas labores perdieron su trabajo, frente a 59.000 hombres. En las actividades de “administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana” (las segundas más afectadas), 252.000 mujeres quedaron desocupadas, frente a 13.000 hombres: una relación de casi un hombre sin trabajo por cada veinte mujeres.
Según Oviedo, las contrataciones en el sector de educación que usualmente se hacen en febrero, cuando comienza el calendario escolar, no ocurrieron en la misma medida debido a la virtualidad. Para Rosmery Quintero, presidenta de Acopi —gremio de pequeñas y medianas empresas—, esta nueva tendencia “preocupa porque, cuando vemos el esquema de vacunación, los profesores no han sido priorizados. Es el momento de priorizar a los docentes para mayor tranquilidad en la recuperación del sector, tanto público como privado”.
Otro giro preocupante es la mayor proporción de destrucción de empleos formales, los más difíciles de recuperar: en febrero se perdieron 556.000 puestos en empresas de hasta 10 empleados (algo que se asocia a la informalidad), frente a 633.000 en empresas que tienen más de diez empleados, empresas como colegios, hoteles y restaurantes precisamente. “Si bien el año pasado los empleos se perdieron en la mayoría de las empresas pequeñas, de menos de diez trabajadores, desde enero hemos visto una asociación de pérdidas de empleo en empresas de más de diez trabajadores. De ahí la importancia que tiene la apertura de sectores como educación, hoteles, salud y entretenimiento con la disminución progresiva de la inactividad”, resaltó un análisis de BBVA.
Algo similar destaca Martha Elena Delgado, directora de Análisis Macroeconómico y Sectorial de Fedesarrollo, para quien, en primer lugar, llama la atención que, al ver las cifras desestacionalizadas, “hay más personas que están buscando trabajo activamente después de los confinamientos de enero”, lo cual es positivo. En el segundo mes del año, agrega, el comercio fue una de las pocas actividades que generaron empleo. “El comercio es fundamental en la recuperación porque fue uno de los sectores que más sufrieron, pero los demás mantienen números negativos, lo que quiere decir que falta una recuperación consolidada a nivel sectorial”.
Frente a las realidades que muestran las cifras, Quintero, de Acopi, hace un llamado a que en la reforma tributaria que está por ser presentada se creen incentivos para la recuperación del empleo perdido, con énfasis en el empleo femenino y juvenil (por ejemplo, el subsidio que se ha anunciado para apoyar durante cinco años el pago de seguridad social de este personal). La tasa de desempleo juvenil (menores de 28 años) está en 23,5 %.
La dirigente gremial también pidió que lo antes posible se den a conocer los resultados de la denominada Misión de Empleo (la comisión de expertos convocados para dar recomendaciones con el fin de mejorar el sistema laboral) porque “es importante seguir un camino expedito ante el Legislativo en materia laboral”. En cuanto a las proyecciones del mercado laboral para lo que resta del año, Olarte, de Scotiabank, afirmó: “Ratificamos que, hacia futuro, proyectamos con una visión constructiva la recuperación de la economía colombiana y esperamos que el desempleo se mantenga alto, pero por debajo del 14 % en promedio durante todo el año”.