El juego "¿Dónde está Javier?" regresa
Esta vez lo hizo en una aplicación que, como en la idea original, permite que los jugadores busquen a este icónico personaje, el rockero de gorra roja y jeans desgastados.
Edwin Bohórquez aya
Era domingo de 1989. El 9 de abril. Ese día, en la primera página de El Espectador, en medio de noticias políticas, económicas y judiciales, se veía el perfil de un joven rockero rubio de jeans ajustados, chaqueta corta de cuello alto, gafas negras, nariz aguileña y tenis rojos de tela. Ese día, a pesar de que el martes siguiente saldría el primer gran escenario para jugar, nació el personaje que se convertiría en uno de los íconos más recordados de los medios de comunicación en la historia reciente del país: Dónde está Javier.
Con una idea europea acoplada a Colombia, el departamento de mercadeo de El Espectador, junto con el artista Fernando Mancera, le dieron vida a Javier. Y como lo decía el nombre del juego, el objetivo era que los lectores del periódico, tras seguir una serie de pistas, lograran encontrar a Javier, quien estaba escondido entre la gente que frecuentaba playas, aeropuertos, calles de las grandes ciudades, todos escenarios recreados en las páginas centrales de este periódico.
El éxito del concurso fue tal que el periódico logró romper el récord de circulación de América Latina en medios impresos. Se crearon concursos basados en la imagen del rockero, se lanzó un álbum de figuritas coleccionables, y a El Espectador llegaban miles de páginas que buscaban ganarse algún tipo de premio que entregaba el concurso. Era único, innovador, tanto que el premio mayor era un carro. Pocos concursos lograron la atención que se alcanzó con Javier.
Por eso, en medio de la era digital, el afamado Javier regresa. Esta vez de la mano de una aplicación desarrollada por MDS digital, en cabeza de Lucas Cardona, de la familia Mancera y El Espectador. “Basta con entrar a la tienda de aplicaciones de su celular, sea para iOS o Android, buscarla y descargarla. Es muy fácil y rápido”, explicó Cardona en el conversatorio que se hizo durante la Feria del Libro, espacio en donde fue lanzada oficialmente la app. “El reto era cómo poder traer este personaje, esta experiencia, al mundo digital, pero que fuera muy fiel al Javier que todos conocemos”, agrega.
Descargarla y jugar es gratis. Existe un reloj, porque como en todos los juegos exitosos de este perfil, tipo Candy Crush, el tiempo para jugar no es infinito. Por nivel hay entre seis y ocho pistas, para cumplirlas antes de dos minutos, que es el promedio de tiempo que se tarda en pasar, precisamente, cada nivel. Si el tiempo se acaba, se pierde la vida. En total son 14 niveles, pero se espera habilitar uno semanalmente, hasta completar, al final de este año, unos 40. Ah, y si se queda sin vidas, después de media hora le habilitan una.
“Esto es increíble. Ninguna obra de ficción se pensó jugar a través de un celular. Ese tipo de dispositivos sólo los tenía Dick Tracy cuando hablaba con su reloj, por eso digo que esto es increíble, el poder llegar a tanta gente y poder usar a Javier como un comunicador de mensajes publicitarios en la era digital. Eso hace 27 años era impensable, la gente se reía de que pudiera pasar esto”, señala Mancera.
Aunque la app es gratuita y se mantendrá así siempre, advierte Cardona, la gerente de Mercadeo de El Espectador, Marcela Moreno, cuenta que “la monetización de este juego se dará gracias a la presencia de las marcas que buscan gratas experiencias para sus clientes y usuarios”. Eso quiere decir que no existirá publicidad invasiva. La forma de vender será, por ejemplo, que una marca que paute dentro del juego les pueda dar vidas a los jugadores y de esta forma se mantengan en línea. Las cifras ya indican que el 15 % de la gente que lo ha descargado está por encima de los 30 años, pero la porción de entre los 18 y 29 que escuchó a sus padres hablar de Javier es la que se queda con la mayor participación.
Era domingo de 1989. El 9 de abril. Ese día, en la primera página de El Espectador, en medio de noticias políticas, económicas y judiciales, se veía el perfil de un joven rockero rubio de jeans ajustados, chaqueta corta de cuello alto, gafas negras, nariz aguileña y tenis rojos de tela. Ese día, a pesar de que el martes siguiente saldría el primer gran escenario para jugar, nació el personaje que se convertiría en uno de los íconos más recordados de los medios de comunicación en la historia reciente del país: Dónde está Javier.
Con una idea europea acoplada a Colombia, el departamento de mercadeo de El Espectador, junto con el artista Fernando Mancera, le dieron vida a Javier. Y como lo decía el nombre del juego, el objetivo era que los lectores del periódico, tras seguir una serie de pistas, lograran encontrar a Javier, quien estaba escondido entre la gente que frecuentaba playas, aeropuertos, calles de las grandes ciudades, todos escenarios recreados en las páginas centrales de este periódico.
El éxito del concurso fue tal que el periódico logró romper el récord de circulación de América Latina en medios impresos. Se crearon concursos basados en la imagen del rockero, se lanzó un álbum de figuritas coleccionables, y a El Espectador llegaban miles de páginas que buscaban ganarse algún tipo de premio que entregaba el concurso. Era único, innovador, tanto que el premio mayor era un carro. Pocos concursos lograron la atención que se alcanzó con Javier.
Por eso, en medio de la era digital, el afamado Javier regresa. Esta vez de la mano de una aplicación desarrollada por MDS digital, en cabeza de Lucas Cardona, de la familia Mancera y El Espectador. “Basta con entrar a la tienda de aplicaciones de su celular, sea para iOS o Android, buscarla y descargarla. Es muy fácil y rápido”, explicó Cardona en el conversatorio que se hizo durante la Feria del Libro, espacio en donde fue lanzada oficialmente la app. “El reto era cómo poder traer este personaje, esta experiencia, al mundo digital, pero que fuera muy fiel al Javier que todos conocemos”, agrega.
Descargarla y jugar es gratis. Existe un reloj, porque como en todos los juegos exitosos de este perfil, tipo Candy Crush, el tiempo para jugar no es infinito. Por nivel hay entre seis y ocho pistas, para cumplirlas antes de dos minutos, que es el promedio de tiempo que se tarda en pasar, precisamente, cada nivel. Si el tiempo se acaba, se pierde la vida. En total son 14 niveles, pero se espera habilitar uno semanalmente, hasta completar, al final de este año, unos 40. Ah, y si se queda sin vidas, después de media hora le habilitan una.
“Esto es increíble. Ninguna obra de ficción se pensó jugar a través de un celular. Ese tipo de dispositivos sólo los tenía Dick Tracy cuando hablaba con su reloj, por eso digo que esto es increíble, el poder llegar a tanta gente y poder usar a Javier como un comunicador de mensajes publicitarios en la era digital. Eso hace 27 años era impensable, la gente se reía de que pudiera pasar esto”, señala Mancera.
Aunque la app es gratuita y se mantendrá así siempre, advierte Cardona, la gerente de Mercadeo de El Espectador, Marcela Moreno, cuenta que “la monetización de este juego se dará gracias a la presencia de las marcas que buscan gratas experiencias para sus clientes y usuarios”. Eso quiere decir que no existirá publicidad invasiva. La forma de vender será, por ejemplo, que una marca que paute dentro del juego les pueda dar vidas a los jugadores y de esta forma se mantengan en línea. Las cifras ya indican que el 15 % de la gente que lo ha descargado está por encima de los 30 años, pero la porción de entre los 18 y 29 que escuchó a sus padres hablar de Javier es la que se queda con la mayor participación.