“El ponqué de las regalías podría acabarse en 2024”: minminas

El 80 % de las regalías vienen del petróleo y quedan seis años de reservas petroleras. Si seguimos sin hacer exploraciones y viviendo de los campos existentes, ya no habrá $18 billones sino $4 billones de presupuesto, advierte la ministra María Fernanda Suárez.

Jorge Sáenz V. / @jorges_v
31 de mayo de 2019 - 03:00 a. m.
Las regalías podrían sufrir una fuerte caída de no reactivarse la búsqueda de petróleo, alerta María Fernanda Suárez. / Mauricio Alvarado
Las regalías podrían sufrir una fuerte caída de no reactivarse la búsqueda de petróleo, alerta María Fernanda Suárez. / Mauricio Alvarado

El Gobierno está seguro de que con el acto legislativo de reforma a las regalías que avanza en el Congreso podrá reparar el daño que se hizo a la minería y a la explotación de hidrocarburos al restarle recursos a las regiones productoras. Según la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, en el país hay discrepancias sobre cómo repartir las regalías, pero nadie defiende la industria para que siga habiendo regalías, que explican el 20 % de la reducción de la pobreza en el país.

¿Cuál es el detonante que exacerba el rechazo a la exploración minera y de hidrocarburos en las regiones?

Hubo tres temas que complicaron las cosas sobre la licencia social. El primero fue la reforma a las regalías, porque, si bien era deseable e importante que se dieran regalías para todo el país, el porcentaje que quedó para los municipios y departamentos productores fue muy poco. Hoy, de regalías directas les están llegando cerca de 11 % a las regiones productoras. Las menores regalías coincidieron con la caída de los precios (petroleros) y eso hizo que se deprimiera la inversión en esas regiones, lo que generó un problema social. A esta situación se agrega que los grupos medioambientales y de ideología opositora han ido ganando fuerza en el país.

¿Qué hace el Gobierno para apaciguar la protesta social?

Con el acto legislativo de las regalías, que está en trámite en el Congreso y va por el tercer debate en el Senado, se busca que la Constitución tenga lo esencial en materia de regalías, porque hoy hasta el más mínimo detalle sobre este tema está puesto a ese nivel. Lo esencial es el porcentaje que debe llevarse a las regiones productoras, que va a estar entre 30 y 40 %, y la reforma para los temas de paz la vamos a dejar intacta. Lo que se busca en el desarrollo de la ley es que haya un sistema administrativo mucho más ágil, eficiente y descentralizado. Para dar un ejemplo, del período 2017-2018 el presupuesto de regalías de ese momento fue de $14,5 billones y $6 billones se quedaron sin ejecutar. No solo se está generando una cantidad de recursos muy importantes, sino que no están siendo ejecutados, entonces buscamos hacer una mejor distribución para los productores, una reforma más eficiente, pero lo más importante es que no solo hay que preocuparse por cómo se va a repartir sino porque haya regalías en el futuro. Las regalías son las fuentes más importantes para las regiones y, como vamos, se nos van a acabar las regalías.

Una voz de alerta

¿Se van a acabar las regalías?

Hay que poner atención a las reservas; las de petróleo son de seis años. Del presupuesto de regalías de $24 billones que se aprobaron para 2019-2020, unos $18 billones son recurrentes y los seis restantes son por mayores precios pasados. De ese total, el 80 % viene de petróleo. Entonces, si hay seis años de petróleo, hasta 2024, y seguimos sin hacer exploraciones, ni hacer actividad y viviendo de los campos existentes, ya no va a haber $18 billones sino $4 billones de presupuesto. Andamos en el país peleando por cómo nos repartimos las regalías, pero nadie sale a defender la industria para que siga habiendo regalías que explican el 20 % de la reducción de la pobreza en el país. No hay que preocuparnos por la tajada del ponqué que me va a quedar, sino porque haya ponqué, y como vamos no va a haber ponqué en 2024.

¿El Gobierno cree que con el acto legislativo de regalías se va a solucionar el problema de rechazo a la minería que se vive en el país?

Creemos que hay que hacer dos cosas: una, el acto legislativo a las regalías, porque lo que está pasando en todas partes es que digan minería sí, pero no aquí. Ese es un problema de alineación de intereses en que no son importantes los recursos que les llegan a los productores. Pero a eso de las regalías hay que unir otro tema que vamos a presentar en la siguiente legislatura: el proyecto de ley de coordinación y concurrencia que ordenará la articulación entre el Gobierno Nacional y el territorio.

¿Cómo hacer para que las regalías se vean más en obras en las regiones y no se pierdan?

El flagelo de la corrupción ha hecho mucho daño. La gente vive brava porque no ve en su región el desarrollo que le prometieron y le echa la culpa al sector de la minería o de los hidrocarburos, pero realmente la culpa es de la corrupción, porque las regalías no se invirtieron, pero las compañías sí pagaron. Con el dinero que se ha recaudado desde la reforma a las regalías, desde 2012 hasta 2018, se habrían podido hacer tres veces los acueductos y las plantas de tratamiento de agua para solucionar el problema en La Guajira. El problema entonces es de la industria extractiva o del Estado que no logró invertir los recursos bien.

¿El acto legislativo endereza la situación de la minería y los hidrocarburos?

Sí, va a mejorar mucho, porque lo que estamos proponiendo es llegar a entre 30 y 40 %, mientras el nivel de regalías directas del saldo actual es de 11 %, eso es multiplicar por tres o por cuatro lo que les va a llegar. Sin embargo, creo que la reforma de 2011 era necesaria, pero no se puede olvidar que fue por unos excesos que se llegó a esa reforma: piscinas de olas, elefantes blancos, un desperdicio absoluto de las regalías. Pero se fue al extremo, porque les dejó muy poco a los productores y se dejó el 11 % de regalías directas. Estamos devolviendo el péndulo y yo espero que esta reforma sea el equilibrio justo en donde hay más plata para los productores de manera importante y para los no productores también.

¿De dónde se van a recortar recursos para que la cobija alcance para todos?

Se va a reducir el ahorro, eso es muy importante. Va a haber mayor inversión para los productores, mantener la inversión para los nos productores, y va a haber un menor ahorro. Vamos a poder tener un menor ahorro porque con el sistema de regalías actual ya hay un saldo de $10 billones y la idea es apalancarnos en esa cantidad.

¿Cómo blindar esos recursos para que cumplan su función social?

Hay $30 billones de regalías por ejecutar en los próximos dos años, entonces debemos poner la vigilancia de la veeduría ciudadana ahora. En el presupuesto de regalías se creó un mecanismo de obras por regalías, que le permite a la empresa que está desarrollando su actividad en el territorio involucrarse de una manera profunda para que ese dinero se vuelva obras. Esa reglamentación debe estar lista en junio.

¿Cuál es la diferencia entre obras por regalías y por impuestos?

La diferencia es que en obras por impuestos debe tener un cupo, en cuanto a las regalías no, porque la región recibe un billón de pesos y el sector privado ayuda a estructurar los proyectos, pero tiene que consignar las regalías en una fiducia para asegurar que las compañías mineras o petroleras sí consignen los recursos de las regalías.

¿Cuándo se empezarán a ejecutar obras por regalías?

En el segundo semestre de 2019. Yo esperaría que del presupuesto de regalías de 2020 por lo menos el 10 o 15 % se hiciera a través de este mecanismo de obras por regalías. Mi expectativa es que pueda ser más, porque puede ser un modelo exitoso, muy provechoso para las regiones.

Por Jorge Sáenz V. / @jorges_v

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