Esta historia llegó a nosotros, como muchas otras, por un chat: “Edwin, tengo un tema super chévere sobre un emprendimiento colombiano que le apuesta a la creación de empaques desechables a base de caña de azúcar y así aportar a la disminución de residuos plásticos en el país y la región. Recientemente ganaron el premio “Bibo” por su aporte al cuidado del medio ambiente y están buscando expandirse en América Latina con la apertura de su primera oficina en México”. Se leía interesante, entonces pedimos más información.
“Todos los productos que conocemos, todo lo que consumimos, viene en un empaque. El empaque es una unidad de protección y transporte para que algo llegue bien de donde fue hecho a donde será consumido. En la naturaleza, esta unidad son las cáscaras, y las cáscaras naturales son altamente funcionales y duran lo que algo se demora en descomponerse. En “Cáscara” diseñamos sistemas de empaques altamente ecológicos, para todo tipo de productos, hechos y concebidos para durar lo menos posible. Usamos la estética, la geometría y la comunicación para crear en los empaques una nueva dimensión para las marcas y los productos”.
El responsable de esta idea, tan necesaria en estos tiempos de tanta contaminación, es Martín Ramírez, CEO y CPO de Cáscara, quien pasó por nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos:
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
40 años, Diseño Industrial en la universidad de Los Andes.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
Hacer empaques de comidas y productos completamente ecológicos y compostables, estéticos y experienciales. Que duren lo menos posible, como las cáscaras de las frutas. La idea nace del absurdo que es que la caja de una hamburguesa dure 500 años y la hamburguesa no más de 12 horas. Es inviable que los empaques duren más que los productos que cargan. Un vaso de icopor, que vale muchísimo menos que un café, dura y contamina desproporcionadamente.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?
Empecé validando y haciendo prototipos y demostraciones, maquetas, pruebas, pruebas preindustriales hasta llegar a productos. Levanté capital semilla, armé un equipo de diseñadores y trabajé con una banca de inversión que me asesoró para tener una estructura empresarial sólida y ordenada para poder crecer.
4. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?
Recursos propios, de familia y amigos, de inversionistas semilla.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?
Que los empaques de las mejores marcas de Colombia están hechas de materiales ecológicos, que las marcas entiendan que un empaque debe durar lo menos posible, no lo más posible. Hemos querido resaltar, mediante mejores productos, lo mal diseñados que están los productos hechos en plástico e icopor. Los usuarios y el ambiente merecen mejores empaques.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
6. ¿Soy feliz?
Sí, muy feliz.
7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?
Lo necesario para expandirme más, pero no lo vendería entero.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Duro, pero necesariamente duro. Mi práctica de diseño siempre estaba en el diseño de espacios y mobiliario, y para poder fundar Cáscara tuve que ahorrar y viajar a investigar antes de poder dedicarme del todo a hacerlo, por lo que el trabajo que hacía debía servir para vivir y para costear mi investigación. Ya, cuando está armada la empresa, requiere de toda la energía y toda la cabeza entender todas las aristas que tiene una empresa, muchas que sobrepasaban mi formación de diseñador industrial, pero de no entenderlas, como las dimensiones tributarias, financieras, normativas, no puedes tomar decisiones y ser una empresa confiable. Emprender require de todo lo que tienes y lo que no.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
Sí, está empezando. Me falta expandirme a más mercados, poder investigar e inventar procesos y materiales propios.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Expandirme en Latinoamérica y Centroamérica. Con los productos de comida y licor, entendimos que la carencia de productos ecológicos no son solo en Colombia sino en el mundo. Con el apoyo suficiente y orden, podemos ofrecer los productos al mundo, porque así lo creamos obvio, estamos lejos de tener productos ecológicos.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sí, muy, los moldes que creamos están hechos para sacar cientos de miles de copias, por lo que podemos atender mercados de modo simultáneo. El capital de trabajo es el mayor reto, pero teniéndolo, la escalabilidad no es solo posible, sino necesaria, porque bajará los costos y penetrará más mercados.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?
No.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Negociar en condiciones que no son benéficas por ganarme un cliente, sobre todo en condiciones de pago. No calcular bien los tiempos y los pagos de los clientes son la fórmula perfecta para perder una empresa. Las empresas se quiebran por caja, no por PyG.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
A un creador japonés llamado Tetsuro Tsurotsawa, creador de Wasara, los que considero los mejores platos desechables del mundo. Él cambio una empresa de empaques plásticos de su familia, por fundar Wasara, y elevar el estado de los productos ecológicos.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Un par de veces. Pero me ha motivado más cuando se pone difícil, me gusta probar a la gente que se equivocó.
16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
No.
17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?
Muchísimo, las generaciones que vienen son nativas ecológicas, y las generaciones futuras mirarán esta época como la época en la que se detuvo la contaminación innecesaria del plástico de un solo uso.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?
Como una fuerza global de productos ecológicos y que creé un estándar de cómo deben ser los empaques en el mercado.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Alto, han sido los primeros creyentes, mi novia y mi padre han sido fundamentales.
20. lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?
Claro que sí, de modo activo, colaboro con talleres, charlas, visitas y trato de ayudar a cada persona que me pide consejo. Estamos empezando, en marco de responsabilidad social, a dar una asesoría a pymes de modo gratuito.
21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?
El equipo es la empresa. Cuento con unos diseñadores excelentes que han plasmado la visión. Cuando un equipo está conectado, se conoce y confía, los resultados no son suma sino multiplicación. Tengo la fortuna de tener un equipo diverso, compuesto por 6 mujeres y 3 hombres, que han crecido en su posición. Esto creo que es fundamental, entender que cada persona crece en su rol más que estar lista para él.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Creo productos altamente estéticos y altamente ecológicos. Muchos productos ecológicos son genéricos, nosotros invertimos en moldes para tener productos únicos y empujamos los límites de los productos y los procesos, en donde sea en el mundo. Cáscara es belleza y geometría compostable.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
Que una empresa depende de la caja que tenga y aprender a tenerla y protegerla es tan importante como los demás aspectos de emprender. En Colombia el ciclo del dinero es muy complejo y emprender sin caja es imposible.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚