En Kenia, vender o importar bolsas de plástico le costará US$19.000 o ir a la cárcel

La medida es una de las más agresivas para controlar los daños ambientales que causan este tipo de elementos, aunque hay dudas sobre su drástica implementación en el país africano.

Kimiko De Freytas Tamura - The New York Times.
30 de agosto de 2017 - 02:01 a. m.
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Kenia ahora castigará con hasta cuatro años de prisión a quien fabrique, venda o importe bolsas de plástico y así pondrá en vigor una de las prohibiciones más estrictas del mundo a este artículo omnipresente al que se culpa por obstruir océanos y acabar con la vida marina.

La nueva regla, anunciada en marzo y puesta en vigor este lunes, también significa que las bolsas de basura desaparecerán de los estantes del supermercado y a los visitantes que entren a Kenia se les pedirá que dejen sus bolsas de compras libres de impuestos en el aeropuerto. (Lea Uso de bolsas plásticas ha caído 25 % en 2017")

Kenia se une a más de 40 países, entre ellos China, los Países Bajos y Francia, que han implementado impuestos a las bolsas, o bien limitado o prohibido su uso.

En Ruanda, las bolsas de plástico son ilegales, y se inspecciona a los visitantes en el aeropuerto. El Reino Unido implementó un cargo de cinco peniques en las tiendas en 2015, lo cual provocó un desplome de más del 80 por ciento en el uso de bolsas de plástico. No hay restricciones nacionales en torno al uso de bolsas de plástico en Estados Unidos, aunque estados como California y Hawái prohíben las bolsas no biodegradables.

Se cree que los compradores kenianos usan 100 millones de bolsas de plástico al año, de acuerdo con Naciones Unidas, y las nuevas reglas generaron preocupación en la capital, Nairobi, cuando se anunciaron.

Los vendedores de frutas y verduras no sabían cómo comercializar sus productos, y algunos residentes confundían a los controladores ordinarios de tráfico con funcionarios de las fuerzas policíacas que buscaban castigar a los consumidores que violaban la nueva ley. En los asentamientos informales, donde viven la mayoría de los residentes de la ciudad, las bolsas de plástico se usan como “baños voladores”, pues en ellas se almacenan excrementos humanos a falta de un sistema de drenaje adecuado. 

Judy Wakhungu, la ministra del Medio Ambiente de Kenia, intentó acabar con los miedos de la gente, y le dijo a Reuters que la prohibición tenía como objetivo principal a los fabricantes y proveedores. “Los wananchi (palabra kiswahili que significa “personas comunes”) no resultarán afectados”, dijo.

Kenia intentó prohibir el uso de bolsas de plástico en 2007 y 2011, pero las limitaciones no entraron en vigor.

Las nuevas regulaciones exigen una multa de US$19.000 a US$38.000 o un periodo de cuatro años en prisión para quienes fabriquen o importen bolsas de plástico en Kenia. Los plásticos utilizados en los empaques industriales principales están exentos, de acuerdo con la Autoridad de Gestión Ambiental Nacional, aunque indicó que las nuevas regulaciones prohibirán que las tiendas minoristas vendan bolsas de plástico.

Los kenianos han tenido varios meses para acostumbrarse a la idea de las nuevas reglas, un periodo durante el cual las grandes cadenas de supermercados como Nakumatt y el gigante francés multinacional Carrefour han comenzado a ofrecer bolsas de tela en vez de plástico. El Tribunal Supremo del país rechazó la semana pasada un caso presentado por dos importadores de bolsas de plástico para eliminar la prohibición, y dijo que proteger al medioambiente era más importante que los intereses comerciales de las empresas.

Antes de que la prohibición entrara en vigor, Chege Kariuki, el presidente de la Asociación Ambiental y de Desperdicios de Kenia, dijo que los recolectores de basura no podrían operar sin forros de plástico para los contenedores. “El manejo de los desperdicios en Nairobi se volverá imposible para todas las empresas de desperdicios”, le dijo a The Star, un diario keniano.

Samuel Matonda, un vocero de la Asociación de Fabricantes de Kenia, dijo que las nuevas regulaciones podrían costar hasta 60.000 empleos. “Los efectos colaterales serán muy severos”, le dijo Matona al diario The Standard. “Incluso afectará a las mujeres que venden verduras en el mercado. ¿Cómo se llevarán a casa sus clientes lo que les compren?”. (Lea "A pagar 20 pesos por cada bolsa plástica")

En lugar del plástico, el gobierno keniano ha animado a la gente a optar por alternativas reusables, como bolsas de papel, tela y sisal, una planta con hojas rígidas.

En todo el mundo, las bolsas de plástico contribuyen a los ocho millones de toneladas de plástico que se filtran al océano cada año, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. “Con los índices actuales, para 2050 habrá más bolsas de plástico en el océano que peces, lo cual podría causar estragos en la industria pesquera marina, la vida salvaje y el turismo”, indicó el programa mediante una declaración cuando la prohibición de Kenia se anunció en marzo.

Las bolsas de plástico pueden tardar cientos de años en degradarse, y las bolsas de polietileno pueden estrangular a las tortugas marinas y llenar los estómagos de las ballenas y delfines hasta que mueren de hambre. En Kenia, el ganado a menudo pasta basura, por lo que se encuentran bolsas en los estómagos de las vacas cuando las matan, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Njeri Kabeberi, la directora ejecutiva de Greenpeace África, dijo que los kenianos debían cambiar a las alternativas de materiales de empaque “100%” reutilizables y amigables con el medioambiente.

“Todos instamos a los kenianos a que conozcan la importancia de preservar el medioambiente”, comentó.

The New York Times 2017

Por Kimiko De Freytas Tamura - The New York Times.

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