En la era del taxi digital

“No hemos encontrado límite”. Con esa frase describe Sebastián Salazar, country manager de Easy Taxi, la rápida expansión que el aplicativo móvil ha protagonizado en su primer año en el mercado colombiano, donde ya ha establecido operaciones en nueve ciudades: Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Cúcuta, Pereira, Ibagué y Cartagena. Pero esa cifra se queda corta, pues la compañía trabaja contrarreloj para cerrar el año con actividades en 12 ciudades al sumar en su portafolio a Villavicencio, Santa Marta y Manizales.

Un año que, en cifras corporativas, culmina con 20.000 taxistas afiliados, 808.000 descargas de su aplicación para sistemas operativos iOS (Apple) y Android y 151.000 usuarios únicos. Y, aunque suene difícil de entender, ninguna ganancia operativa. “Hemos acordado con nuestros inversionistas una primera fase de creación de mercado, de conseguir que más y más usuarios utilicen nuestra aplicación para así, en el momento de completar operaciones en 20 o 25 ciudades, iniciar la fase de monetización”, explica Salazar.

Aquel plan indica que el objetivo se alcanzaría en 2014, y hasta entonces la firma tendrá que seguir operando con el millón de dólares que Rocket Internet, la incubadora de empresas alemana que en los últimos dos años ha obtenido US$1.400 millones en capital para invertir en negocios tecnológicos, y Millicom, la operadora de telecomunicaciones que en el país funciona a través de la marca Tigo, han destinado para su expansión colombiana.

Ese presupuesto hace parte de los US$4 millones invertidos en Easy Taxi en octubre de 2012, cuando la idea de cuatro jóvenes brasileños echó a andar por las calles de Río de Janeiro; desde entonces, la compañía se ha expandido a 10 países de América Latina y el Sudeste Asiático.

En Colombia, la aplicación ha tenido que ganarse un lugar entre los usuarios frente a otras opciones como Tappsi (elegida por The App Date como la más importante del país, con 600.000 usuarios registrados y más de 11.500 conductores afiliados) o Taxis Libres (suma alrededor de 10.000 descargas). En este punto, su apuesta ha consistido en una agresiva política de afiliación con los taxistas, que incluye subvención de dispositivos móviles, incentivos a los conductores y un esquema de cobros que incluye bajas tarifas (solo en Bogotá).

El otro pilar ha consistido en la generación de valor agregado, de allí que la compañía trabaje en una nueva aplicación que facilitará los pagos electrónicos. De esa manera, el usuario solo tendrá que pulsar su dedo en la pantalla del celular para que el importe de la carrera sea cargado a su tarjeta de crédito.

“Creemos que esta funcionalidad le va a traer más transparencia a la operación, pues el usuario no necesitará deslizar su tarjeta a través de un datáfono. Los cobros se realizarán dentro del mismo aplicativa y de esa forma los importes se transferirán de inmediato al taxista”, comenta Salazar, cuyo objetivo es que esta nueva funcionalidad esté disponible en el mercado a partir de febrero de 2014.

Pero no es la única vía por la que Easy Taxi busca generar ingresos. Entre sus planes también está un esquema de cobros a conductores por carreras completadas que no excedería los $30.000, al igual que la posibilidad de incluir publicidad dentro de la interfaz gráfica del aplicativo y atacar al segmento corporativo con una estrategia de vales.

“La adoptaremos tan pronto consolidemos operaciones en más de 20 ciudades. Para ello queremos aprovechar las proyecciones de crecimiento en el uso de celulares inteligentes, que indican una adopción de equipos de entre el 30% y el 40% en el país, al igual que sumar a aliados a nuestra plataforma”, agrega.

En este último apartado, la compañía ha firmado un convenio con Unicef por el cual destina $100 por cada carrera completada, estrategia con la que busca, además de fortalecer su posición en el mercado, hacerse un lugar de peso en el mundo de las redes sociales.

dmayorga@elespectador.com

“No hemos encontrado límite”. Con esa frase describe Sebastián Salazar, country manager de Easy Taxi, la rápida expansión que el aplicativo móvil ha protagonizado en su primer año en el mercado colombiano, donde ya ha establecido operaciones en nueve ciudades: Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, Cúcuta, Pereira, Ibagué y Cartagena. Pero esa cifra se queda corta, pues la compañía trabaja contrarreloj para cerrar el año con actividades en 12 ciudades al sumar en su portafolio a Villavicencio, Santa Marta y Manizales.

Un año que, en cifras corporativas, culmina con 20.000 taxistas afiliados, 808.000 descargas de su aplicación para sistemas operativos iOS (Apple) y Android y 151.000 usuarios únicos. Y, aunque suene difícil de entender, ninguna ganancia operativa. “Hemos acordado con nuestros inversionistas una primera fase de creación de mercado, de conseguir que más y más usuarios utilicen nuestra aplicación para así, en el momento de completar operaciones en 20 o 25 ciudades, iniciar la fase de monetización”, explica Salazar.

Aquel plan indica que el objetivo se alcanzaría en 2014, y hasta entonces la firma tendrá que seguir operando con el millón de dólares que Rocket Internet, la incubadora de empresas alemana que en los últimos dos años ha obtenido US$1.400 millones en capital para invertir en negocios tecnológicos, y Millicom, la operadora de telecomunicaciones que en el país funciona a través de la marca Tigo, han destinado para su expansión colombiana.

Ese presupuesto hace parte de los US$4 millones invertidos en Easy Taxi en octubre de 2012, cuando la idea de cuatro jóvenes brasileños echó a andar por las calles de Río de Janeiro; desde entonces, la compañía se ha expandido a 10 países de América Latina y el Sudeste Asiático.

En Colombia, la aplicación ha tenido que ganarse un lugar entre los usuarios frente a otras opciones como Tappsi (elegida por The App Date como la más importante del país, con 600.000 usuarios registrados y más de 11.500 conductores afiliados) o Taxis Libres (suma alrededor de 10.000 descargas). En este punto, su apuesta ha consistido en una agresiva política de afiliación con los taxistas, que incluye subvención de dispositivos móviles, incentivos a los conductores y un esquema de cobros que incluye bajas tarifas (solo en Bogotá).

El otro pilar ha consistido en la generación de valor agregado, de allí que la compañía trabaje en una nueva aplicación que facilitará los pagos electrónicos. De esa manera, el usuario solo tendrá que pulsar su dedo en la pantalla del celular para que el importe de la carrera sea cargado a su tarjeta de crédito.

“Creemos que esta funcionalidad le va a traer más transparencia a la operación, pues el usuario no necesitará deslizar su tarjeta a través de un datáfono. Los cobros se realizarán dentro del mismo aplicativa y de esa forma los importes se transferirán de inmediato al taxista”, comenta Salazar, cuyo objetivo es que esta nueva funcionalidad esté disponible en el mercado a partir de febrero de 2014.

Pero no es la única vía por la que Easy Taxi busca generar ingresos. Entre sus planes también está un esquema de cobros a conductores por carreras completadas que no excedería los $30.000, al igual que la posibilidad de incluir publicidad dentro de la interfaz gráfica del aplicativo y atacar al segmento corporativo con una estrategia de vales.

“La adoptaremos tan pronto consolidemos operaciones en más de 20 ciudades. Para ello queremos aprovechar las proyecciones de crecimiento en el uso de celulares inteligentes, que indican una adopción de equipos de entre el 30% y el 40% en el país, al igual que sumar a aliados a nuestra plataforma”, agrega.

En este último apartado, la compañía ha firmado un convenio con Unicef por el cual destina $100 por cada carrera completada, estrategia con la que busca, además de fortalecer su posición en el mercado, hacerse un lugar de peso en el mundo de las redes sociales.

dmayorga@elespectador.com