En la práctica profesional el dinero no importa
Es un período educativo no laboral y por ello lo más importante es aprender habilidades y adquirir experiencia para la vida profesional. Conozca los tips para elegir la mejor opción y sus derechos.
Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.
A mitad y final de año, miles de estudiantes se encuentran en el proceso de elegir su práctica profesional. Para muchos es su primera experiencia compitiendo, pues es normal que deban adelantar varios procesos y enfrentarse a sus propios amigos o compañeros de clases para ser seleccionados. Se trata de un proceso clave en la vida, pues es el principal puente entre el sistema educativo y el mercado laboral.
Es por esto que en Economía de Bolsillo explicamos lo que debe tener en cuenta para elegir práctica, los derechos que se pueden exigir en este período y las recomendaciones para sacarle el mejor provecho para la vida profesional.
¿Cómo elegir la práctica?
Es claramente tentador basarse en los salarios que pagan algunas empresas a sus pasantes, pero no necesariamente puede ser la mejor opción. Hay que tener siempre presente que este es un período de formación y no laboral, por lo que resulta conveniente elegir opciones que se acomoden a las expectativas y brinden las mejores oportunidades de crecimiento así no impliquen una remuneración.
La entrevista durante el proceso de selección es crucial para elegir la práctica, pues no solo los aspirantes deben ser evaluados, sino también las empresas. Siempre habrá oportunidad para que se indague sobre las oportunidades de crecimiento dentro de la organización, sobre la ética laboral, horarios de trabajo, probabilidades de contratación y las tablas salariales. Es información que se debe tener disponible antes de aceptar o rechazar una vacante.
Asimismo, en lo posible hay que tener varias opciones. Aunque ya haya sido seleccionado en algunas organizaciones, procure dejar un espacio de algunas semanas para esperar si llegan más opciones. Es decir, puede que la primera opción no sea la mejor, por lo que vale la pena esperar por esa práctica soñada.
El tema legal
De acuerdo con Iván Daniel Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, “los practicantes no son trabajadores, pues están en cumpliendo un requisito del pénsum académico. Aunque en muchas partes las pasantías son pagas, esto no constituye salario. En realidad, la remuneración dependerá más del convenio universitario que se tenga con la empresa”.
Jaramillo lamenta que, al no considerarse trabajadores, los practicantes no cuentan con las protecciones y derechos laborales. Sin embargo, en lo que respecta a los horarios, la regulación establece que las jornadas deben permitir las actividades formativas.
Asimismo, en caso de alguna queja o un problema durante el período de práctica, las entidades educativas son las que interceden por el pasante. Y siempre estarán las vías ordinarias del Estado para defenderse en caso de un incidente. Muchas condiciones se pactan vía contrato y el derecho civil servirá en estos casos. Pero para hechos alarmantes como acoso sexual o maltrato psicológico, se puede recurrir a las instancias penales.
Durante la práctica
El practicante debe fijar varios objetivos: poner a prueba los conocimientos adquiridos en la entidad educativa, adquirir experiencia, realizar conexiones laborales (contactos) y ser enganchados por el mercado laboral (ya sea en esa organización u otra). Son grandes retos y cada quien debe exigirse, pero ir a su ritmo: hay que procurar disfrutar este período.
De acuerdo con Patricia Vargas, gerente general de Right Management para Colombia, “los casos más exitosos que conocemos de práctica profesional e incluso posterior vinculación a la empresa han implicado un factor común: que el practicante, luego de un par de meses de aprendizaje y observación, se atreva a proponer y hasta a ejecutar alguna innovación que agregue valor a la compañía. Es decir, dar el máximo aporte y tener la actitud de aprendizaje trae réditos al practicante y promueve el desarrollo de habilidades que pueden ser validadas por los líderes de la empresa y podría ser invitado a participar en una convocatoria interna con la posibilidad de quedarse permanentemente”.
A mitad y final de año, miles de estudiantes se encuentran en el proceso de elegir su práctica profesional. Para muchos es su primera experiencia compitiendo, pues es normal que deban adelantar varios procesos y enfrentarse a sus propios amigos o compañeros de clases para ser seleccionados. Se trata de un proceso clave en la vida, pues es el principal puente entre el sistema educativo y el mercado laboral.
Es por esto que en Economía de Bolsillo explicamos lo que debe tener en cuenta para elegir práctica, los derechos que se pueden exigir en este período y las recomendaciones para sacarle el mejor provecho para la vida profesional.
¿Cómo elegir la práctica?
Es claramente tentador basarse en los salarios que pagan algunas empresas a sus pasantes, pero no necesariamente puede ser la mejor opción. Hay que tener siempre presente que este es un período de formación y no laboral, por lo que resulta conveniente elegir opciones que se acomoden a las expectativas y brinden las mejores oportunidades de crecimiento así no impliquen una remuneración.
La entrevista durante el proceso de selección es crucial para elegir la práctica, pues no solo los aspirantes deben ser evaluados, sino también las empresas. Siempre habrá oportunidad para que se indague sobre las oportunidades de crecimiento dentro de la organización, sobre la ética laboral, horarios de trabajo, probabilidades de contratación y las tablas salariales. Es información que se debe tener disponible antes de aceptar o rechazar una vacante.
Asimismo, en lo posible hay que tener varias opciones. Aunque ya haya sido seleccionado en algunas organizaciones, procure dejar un espacio de algunas semanas para esperar si llegan más opciones. Es decir, puede que la primera opción no sea la mejor, por lo que vale la pena esperar por esa práctica soñada.
El tema legal
De acuerdo con Iván Daniel Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, “los practicantes no son trabajadores, pues están en cumpliendo un requisito del pénsum académico. Aunque en muchas partes las pasantías son pagas, esto no constituye salario. En realidad, la remuneración dependerá más del convenio universitario que se tenga con la empresa”.
Jaramillo lamenta que, al no considerarse trabajadores, los practicantes no cuentan con las protecciones y derechos laborales. Sin embargo, en lo que respecta a los horarios, la regulación establece que las jornadas deben permitir las actividades formativas.
Asimismo, en caso de alguna queja o un problema durante el período de práctica, las entidades educativas son las que interceden por el pasante. Y siempre estarán las vías ordinarias del Estado para defenderse en caso de un incidente. Muchas condiciones se pactan vía contrato y el derecho civil servirá en estos casos. Pero para hechos alarmantes como acoso sexual o maltrato psicológico, se puede recurrir a las instancias penales.
Durante la práctica
El practicante debe fijar varios objetivos: poner a prueba los conocimientos adquiridos en la entidad educativa, adquirir experiencia, realizar conexiones laborales (contactos) y ser enganchados por el mercado laboral (ya sea en esa organización u otra). Son grandes retos y cada quien debe exigirse, pero ir a su ritmo: hay que procurar disfrutar este período.
De acuerdo con Patricia Vargas, gerente general de Right Management para Colombia, “los casos más exitosos que conocemos de práctica profesional e incluso posterior vinculación a la empresa han implicado un factor común: que el practicante, luego de un par de meses de aprendizaje y observación, se atreva a proponer y hasta a ejecutar alguna innovación que agregue valor a la compañía. Es decir, dar el máximo aporte y tener la actitud de aprendizaje trae réditos al practicante y promueve el desarrollo de habilidades que pueden ser validadas por los líderes de la empresa y podría ser invitado a participar en una convocatoria interna con la posibilidad de quedarse permanentemente”.