Equidad de género para la competitividad

“Lo que no se mide no se puede gestionar”, dice la jefa de operaciones de Aequales, consultora en cierre de brechas de género en el trabajo y que acaba de abrir el plazo para que entidades públicas y privadas evalúen aspectos como su estructura y cultura organizacional.

María Alejandra Medina C. - @alejandra_mdn
28 de febrero de 2020 - 02:00 a. m.
Solo 24 % de presencia femenina hubo en las juntas directivas de las empresas medidas en 2019.  / Getty Images
Solo 24 % de presencia femenina hubo en las juntas directivas de las empresas medidas en 2019. / Getty Images

En el mundo corporativo o institucional es extraño escuchar a una empresa u organización decir que aspira a algún día volverse obsoleta. Sin embargo, es una frase común en las que trabajan en equidad de género: ojalá que algún día, cuando haya igualdad, dejemos de necesitarlas.

Eso también piensa María Paulina del Castillo, socia y jefa de operaciones de Aequales, una empresa que se describe como proveedora de “herramientas para el cierre de brechas de género en el ámbito laboral”, a través de servicios de consultoría, entre otros.

Desde 2015 publican una medición anual sobre equidad de género en las organizaciones (Ranking PAR), que incluye empresas privadas y entidades públicas. Arrancaron en Colombia con 40 empresas que se le midieron a ser evaluadas y el año pasado llegaron a 348.

Además, han hecho mediciones para Perú y México (mercado en el que se están consolidando), así como una para América Latina, que tuvo en cuenta 16 países. En esta última se dice que en el top cinco están Konecta Perú, Accenture Argentina, Manpower Group México, Johnson & Johnson Colombia y Pepsico Colombia.

Aunque debería bastar con que estemos hablando de derechos humanos para convencer a las empresas de que la igualdad de género es algo fundamental, para esas organizaciones existe el aliciente de que la diversidad (incluyendo la de género) tiene una relación con la rentabilidad: por ejemplo, al contar con distintos puntos de vista es posible innovar y tomar mejores decisiones.

En esta entrevista, Del Castillo cuenta cómo ha sido su experiencia de expansión como empresa durante los últimos años, así como lo que ha podido ver en cuanto a retos y avances en Colombia y la región. A propósito, desde el pasado 24 de febrero, y durante dos meses, está disponible el cuestionario para que de forma gratuita las empresas que quieran medirse lo llenen.

¿Cómo han logrado expandirse a 16 países?

Hemos llegado a tantos países gracias al Ranking PAR, que es la medición de las condiciones de equidad de género en América Latina. Por primera vez el año pasado se abrió la oportunidad para que empresas de todo el continente pudieran medirse de manera gratuita, pare ver cómo estaban en equidad de género, lo que nos llevó a llegar a más de 762 empresas en 16 países.

¿Por qué hablan de “equidad” y no de “igualdad” de género?

Igualdad es darles a todos lo mismo, considerando que estamos en las mismas condiciones. La equidad es darle a cada uno lo que necesita. Cuando hablamos de equidad es reconocer la problemática de género que ha existido: la mujer siempre ha estado en niveles inferiores y así sigue pasando en el ámbito empresarial y corporativo. Debemos reconocer que aún no estamos en igualdad de condiciones. Pero, trabajando por la equidad, vamos a llegar a la igualdad. La idea es que en un futuro nos volvamos obsoletos, porque ya estaremos en igualdad de condiciones, pero aún hombres y mujeres se enfrentan a barreras diferentes que necesitamos eliminar.

¿Cómo es su modelo de monetización?

Trabajamos con las empresas que necesitan consolidar el camino hacia la equidad, para mejorar sus procesos y proyectos, y hacer formación a los individuos, porque esto parte de lo que creemos que hombres y mujeres son capaces o no de hacer. Hemos creado líneas de negocio alrededor de esto y hemos consolidado la comunidad Aequales, que es la red de empresas que promueve la equidad de género. Ya estamos en tres países, Colombia, Perú, México, con más de 100 empresas (en la red), y con miras a duplicarnos en 2020.

¿Qué implica pertenecer a la red?

Las empresas pagan una membresía y lo que reciben a cambio es conocimiento alrededor de equidad de género para replicarlo en sus organizaciones.

Después de varias ediciones del ranking, ¿se puede decir que hay avances o retrocesos?

En 2015 empezamos con 40 empresas, el año pasado fueron 348: a las organizaciones les interesa medirse y entender por qué es importante medirse: lo que no se mide no se gestiona. A medida que nutrimos la muestra no necesariamente es que en las cifras haya retrocesos, sino que la muestra se amplía y va dando información más real.

¿Cómo está Colombia frente al resto de la región?

Colombia se encuentra mejor en equidad de genero que la región. Perú y México están un poco más atrás, y la región también, un poco, en términos de equidad de género. Todavía vemos el “techo de cristal”: las mujeres se concentran en posiciones de gerencia media, pero en las posiciones más altas, presidencia o juntas directivas, ahí encontramos la barrera más importante. Las empresas no están tomando todavía acciones específicas para romper esas barreras. Eso vemos en América Latina. A medida que se mide vemos mejoría en la toma de decisiones, porque ya saben qué hacer. La empresa u organización recibe un pequeño informe diagnóstico que dice cuáles son las oportunidades de mejora y, con eso, tiene una pequeña ruta de acción.

¿Por qué Colombia está mejor? ¿Tiene que ver con el marco normativo?

Estamos en el proceso de entender qué hace diferente a Colombia y por qué ha tenido esos mejores resultados. En términos de normatividad Colombia tiene la ley de brecha salarial, pero no se ha reglamentado y se habla de la ampliación de licencia de paternidad, con lo que estaríamos a la avanzada en América Latina, porque en esto, si no vinculamos a los hombres estamos dejando por fuera al 50 % de la población. Existe la normatividad, pero creo que va más allá de eso, y tiene que ver con la voluntad que tienen las empresas. Creo que Colombia está en un momento en el que se está hablando mucho de esto como algo importante y las empresas lo han visto así y lo han aprovechado.

¿Qué se puede hacer desde las leyes laborales, teniendo en cuenta que se avecina una reforma, para favorecer la participación de las mujeres?

Es importante que la normatividad se haga con enfoque de género, que la reforma laboral tenga en cuenta las diferentes necesidades. Es importante hablar de la economía del cuidado [trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, como aseo, preparación de alimentos y cuidado de niños y enfermos, que equivale al 20 % del PIB del país], que es una subeconomía que recae en las mujeres, y que implica jornadas dobles y hasta triples para algunas mujeres; es importante tenerlo en cuenta para tomar acciones.

¿Los empresarios son receptivos a la idea de que una empresa con equidad es más rentable?

Creemos que esto es un tema de competitividad y productividad: si usted no lo está haciendo, su competidor sí, y a largo plazo le va a generar pérdidas, porque cada vez hay consumidores más conscientes no solo en cuanto a medio ambiente, sino también frente a la diversidad y equidad de género. No es que esto sea una moda, sino algo que hay que hacer por competitividad. Tratamos de corroborar el caso de negocio para América Latina, para que vean que no son las empresas por allá en Estados Unidos o Europa las que están haciendo esto, sino que es una realidad y que las empresas que están ejecutando acciones a propósito de la equidad de género son más rentables y tienen mejores resultados.

Por María Alejandra Medina C. - @alejandra_mdn

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