“La economía colaborativa es una tendencia mundial”: CEO de Mensajeros Urbanos

Santiago Pineda lidera la aplicación especializada en entregas y domicilios que compite directamente con Rappi. Habló con El Espectador sobre su modelo de negocio, el manejo de datos personales y su posición frente a la regulación de este tipo de plataformas.

Valeria Cortés Bernal.
19 de febrero de 2020 - 12:00 a. m.
En el centro, Santiago Pineda, CEO de Mensajeros Urbanos. / Cortesía.
En el centro, Santiago Pineda, CEO de Mensajeros Urbanos. / Cortesía.

En 2013, dos años antes del nacimiento de Rappi y dos después de que Domicilios.com se convirtiera en una aplicación, entró en operación una plataforma bogotana con un modelo de negocio similar. Se trata de Mensajeros Urbanos, una herramienta que conecta a usuarios y empresas que solicitan servicios de mensajería con repartidores independientes.

La plataforma, que comenzó con cinco mensajeros en la capital, hoy tiene presencia en nueve ciudades colombianas y dos mexicanas. Tiene casi 18.000 colaboradores activos y crece a una tasa del 10 % en el número de entregas mensuales. Además, este año proyecta llegar a otras dos ciudades en Colombia y tres en México, en donde prestará sus servicios a una de las cadenas de conveniencia más grandes del país. 

Santiago Pineda, CEO de Mensajeros Urbanos, habló con El Espectador sobre el auge (y los grandes retos) de la llamada economía colaborativa.  

¿Cómo definen ustedes el modelo de negocio de Mensajeros Urbanos?

Desde hace seis años nos hemos enfocado en optimizar todos los procesos logísticos de última milla para grandes, medianas y pequeñas empresas a través de tecnología y de una red colaborativa de mensajeros. Ellos se movilizan tanto a pie, como en motocicletas, bicicletas y camiones. Ahora estamos empezando a vincular otro tipo de recursos para generar más eficiencias logísticas en ciudades con problemáticas de transporte, como Bogotá, Medellín y Ciudad de México.  

¿Qué servicios ofrecen?

Tenemos servicios inmediatos, que van desde la mensajería interna en una empresa, hasta temas de e-commerce. También tenemos domicilios en establecimientos y nos conectamos directamente con el canal de venta del cliente. Tú no entras a la aplicación de Mensajeros Urbanos a comprar un producto sino directamente a la tienda, farmacia o almacén. La otra línea está pensada en distribución de periódicos, entregas masivas con camiones, entrega de tarjetas de crédito, samplings, etcétera.

En general es un modelo muy similar, pero nosotros consideramos que es fundamental brindar otro tipo de beneficios, como que estén bien asegurados, que tengan buenos ingresos con nosotros, que tengan un buen soporte, es decir, que puedan comunicarse con un call center nuestro si tienen algún tipo de problema (como que no encuentran una dirección o el cliente no los atiende). 

¿Hasta dónde llega la empresa a la hora de garantizar la seguridad e integridad de sus mensajeros? 

Hoy cualquier mensajero que tome mínimo un servicio mensual con nosotros queda cubierto por una póliza de seguro contra accidentes y de vida. Es una póliza que funciona 24 horas durante los 7 días de la semana, es decir, no solo mientras está trabajando. También los capacitamos en temas de seguridad vial y bodegaje. Independientemente de que no tengan relación laboral con la compañía, buscamos que se cuiden.   

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Entonces no considera que hay una relación laboral con ellos...

No la hay. De hecho, no les exigimos que porten un distintivo o chaqueta de la compañía. Están en libertad de comprar esas herramientas. No les asignamos servicios, ellos pueden escoger si los toman o no. Tampoco los penalizamos si no lo hacen. Nos apegamos al modelo de negocio en un 100% para no caer en zonas grises.  

¿Cuál es su lectura sobre los derechos laborales de las personas que obtienen ingresos de este tipo de plataformas?

La economía colaborativa es una tendencia a nivel mundial. Creo que hay muchas empresas responsables, pero también pueden haber otras que no lo son, por eso es tan importante la regulación: para que haya un estándar que todos debamos cumplir, por ejemplo, al garantizar la seguridad de las personas que se conectan a estas plataformas, entendiendo muy bien que no hay una relación laboral. Estas personas tienen total libertad para conectarse en Mensajeros Urbanos o en otras aplicaciones y no necesariamente tienen esto como un ingreso fijo. Lo que hacen las plataformas es dinamizar la economía y permitirles tener más ingresos.

En Mensajeros Urbanos, por ejemplo, todos los colaboradores que ganan más del mínimo tomando servicios con nosotros deben, sí o sí, aportar a seguridad social y ARL. Hoy son un 20 %. Además, ya hemos estado en mesas con el Ministerio de Trabajo y con congresistas. Estuvimos construyendo el proyecto del ley de Mauricio Toro y nos parece una posición equilibrada en la mesa, una primera aproximación a una regulación. 

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¿Toman medidas para que los mensajeros no invadan el espacio público? 

Como atendemos múltiples industrias, la demanda que tienen ellos a lo largo del día es muy constante. Nuestros mensajeros no se quedan quietos en un solo lugar. Además, al momento de vincularlos les pedimos que no ocupen espacios públicos que no deben y buscamos generar cierta conciencia ciudadana. Obviamente habrá personas que no lo hacen, pero cuando nos lo reportan los bloqueamos o los enviamos nuevamente a capacitaciones. 

En octubre de 2019 se conoció un fallo de seguridad que dejó expuestos los datos de millones de usuarios. ¿Cómo están blindados ahora en esta materia?

Lo que vivimos el año pasado fue un tema aislado, netamente de un error personal de alguien que dejó mal configurado un servidor. Basados en esa experiencia fortalecimos protocolos y contratamos a una empresa que constantemente está haciendo validaciones e intentos de ataques para cerrar vulnerabilidades en el sistema. Aunque hemos sido responsables en este tema, hoy en día es uno de nuestros pilares para no volver a tener ese tipo de problemas. Es importante aclarar que en ese entonces no hubo extracción de datos, simplemente fue un servidor que tuvo una grieta en el sistema. 

¿Qué tipo de datos solicitan a sus usuarios?

Su número celular, en caso de que haya dificultades con la entrega, y las direcciones donde hay que hacer las entregas. A los aliados (los mensajeros) les pedimos un poco más de información, como un recibo público para verificar su dirección, su cédula, número celular y el IMEI del celular, para evitar un mercado negro de cuentas. Esto garantiza que la persona que se registró con nosotros sea quien presta el servicio y evita que la cuenta se pueda vender. 

¿Guardan datos financieros? 

Nada. Todo eso lo manejamos con nuestra pasarela de pagos. En nuestros servidores no hay ningún tipo de información transaccional.

¿En qué van sus planes de expansión?

El año pasado fue nuestra primera apertura en otro país, en México. Uno de nuestros clientes en Colombia con el que nos va muy bien nos pidió replicar el modelo allá. Vamos a hacer el delivery de última milla a una de las cadenas de conveniencia más grandes del país, que tiene 70 % de participación en el mercado. En Colombia queremos poder conectar a ciudades en un lapso de dos o tres años: que si, por ejemplo, quieres enviar algo de Bogotá a Medellín, lo puedas hacer con nosotros.

Por Valeria Cortés Bernal.

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