La lista de útiles en tiempos digitales

La demanda de textos escolares parece estar reduciéndose, los materiales sostenibles toman cada vez más fuerza y las carátulas de cuadernos con modelos en bikini han sido desplazadas por mensajes incluyentes. Así se han transformado estas listas en los últimos años.

Valeria Cortés Bernal / @cortesbernal_v.
03 de febrero de 2020 - 02:00 a. m.
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Según Fenalco, la temporada escolar del primer semestre representa cerca del 40 % de las ventas anuales del sector de papelerías y artículos escolares. Solo en Bogotá y Cundinamarca se venden aproximadamente $450.000 millones en útiles escolares durante este período.

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Pese a que se trata de un mercado que suele permanecer estable, este sector, como tantos otros, se ha visto obligado a adaptarse a los cambios tecnológicos y a evolucionar de la mano de sus consumidores, en este caso, de los colegios, estudiantes y padres de familia.

“Las listas de hoy son una tercera parte de las que teníamos hace 10 años”, afirma Sandra Moreno, coordinadora académica de bachillerato del colegio Gimnasio Moderno, en Bogotá. “La cultura digital ha permeado la vida de nuestros estudiantes y para vincularla de una mejor manera hemos reducido, mas no eliminado, los libros de texto”.

Según Moreno, la innovación digital ha traído consigo nuevas formas de interacción y de aprendizaje que generalmente no se encuentran en los libros tradicionales. En eso coincide Patricia Álvarez, vicerrectora del colegio San Patricio. “Desde hace unos siete años hemos incorporado plataformas tecnológicas, aunque en ciertas materias los libros de texto tienen una importancia fundamental, como en el campo de literatura y español”.

Álvarez afirma que hoy en día hay más empresas especializadas en desarrollar plataformas educativas, particularmente en las áreas de matemáticas, inglés y ciencias naturales, y cuenta que algunas estudiantes de la institución toman apuntes en computadoras o tabletas en vez de cuadernos.

Según la Cámara Colombiana del Libro, durante 2018 se vendieron más de 47 millones de libros en el país, de los cuales 18 millones corresponden a textos escolares. Es la segunda categoría que más se comercializa después de los ejemplares de interés general y mueve alrededor de $267.000 millones anuales. Sin embargo, la organización no tiene un histórico que permita confirmar si las ventas de estos artículos han disminuido en los últimos años.

Ante los cambios tecnológicos, una de las estrategias de las editoriales es complementar sus libros y materiales didácticos con recursos digitales, como libros electrónicos y plataformas.

“Hablamos más de contenidos educativos que tienen un componente impreso y otro digital”, asegura Sandra Molina, directora comercial de Vicens Vives, una de las mayores editoriales de material educativo en el país. “A diferencia de muchos de los materiales que encontramos disponibles en la web, los contenidos educativos tienen una propuesta pedagógica definida que responde a los lineamientos definidos desde el Ministerio de Educación”, indica.

Aunque están incursionando en nuevas tecnologías, de acuerdo con la Cámara, el 93 % de los libros vendidos en la categoría escolar durante 2018 son impresos, mientras que los E-books o libros electrónicos corresponden al 4,5 % y las plataformas digitales, al 1,8 %. Los audiolibros participan con menos del 1 % de las ventas registradas.

De carátulas con modelos a mensajes “incluyentes”

Otros sectores que han evolucionado en años recientes son los de cuadernos y material de papelería. Los estantes que antes exhibían carátulas con modelos en bikini, peluches Giordano o Frutikas con stickers de olor hoy tienen ediciones con equipos de fútbol, youtubers, caricaturas de televisión, cantantes y emojis.

Algunas marcas, incluso, han desarrollado líneas con mensajes “incluyentes”. Este año Jean Book desarrolló una edición limitada de cuadernos que hace alusión al orgullo LGBTI. Según la marca, esta línea es parte de su campaña #SinCarátulas, que busca fomentar la inclusión entre niños y jóvenes. De acuerdo con Jean Book, esta edición “invita a romper las barreras de género y a construir entre todos una sociedad más igualitaria, más incluyente y libre de prejuicios, en donde el respeto por el otro sea fundamental”.

Otra de las tendencias de este sector es procurar utilizar materiales ambientalmente sostenibles. Ese es el caso de Scribe, que lleva más de 27 años en Colombia y cuyo papel de cuadernos está compuesto en un 80% por fibras recicladas. Recientemente la marca lanzó en Colombia una resma de papel reciclado de color blanco. 

“Hay que darle tiempo al consumidor para que conozca el producto. Lo tenemos bien ubicado y es para personas que están dispuestas a pagar un poco más por contribuir a proteger el medioambiente”, explicó Silvio Castro, gerente general de Scribe. 

Esta “onda verde” también llegó al segmento de papelerías y artículos de oficina. Así lo indica Pelikan, empresa que fabrica borradores de nata, témperas, marcadores, plumones y micropuntas, entre otros artículos.

“Hace unos 10 años se empezó a hablar de este tema en el interior de la compañía, pero en ese entonces el consumidor se guiaba más por el precio. Desde hace tres años hemos visto una tendencia a comprar empaques y productos ecológicos”, asegura Yamil Valencia, gerente de la firma en Colombia.

Hoy en día, Pelikan utiliza cartones de cadenas de bosques reforestados, piezas más delgadas o compactas y un mayor porcentaje de material reciclado en sus partes plásticas. Afirman que algunos productos pueden tener hasta un 70 % de material reciclado.

La marca es una de las que participan en la campaña de Fenalco “Cumple con tu papel, recicla ya”, que desde octubre de 2019 tiene como objetivo hacer que los artículos escolares que ya finalizaron su vida útil retornen a las empresas y sean reciclados. Actualmente, hay 50 instituciones educativas de Bogotá participando en el proyecto.

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“La gente joven está pidiendo cambios fundamentales. Uno de ellos es que haya proyectos que ayuden al medioambiente”, asegura Álvarez, del colegio San Patricio. “La industria escolar no puede seguir gastando tanto papel. Uno tiene la responsabilidad de dejarles a estos alumnos un mundo viable”, concluye.

Por Valeria Cortés Bernal / @cortesbernal_v.

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