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La otra ‘bonanza’ cafetera

En Colombia hay más de 300 mil hectáreas de café que deben renovarse, es decir, que habrá madera para rato.

Jairo Chacón González
28 de febrero de 2010 - 09:00 p. m.

Un palito de café de diez centímetros de diámetro y 52 centímetros de largo, que durante más de 150 años ha sido basura para miles de familias que han vivido del café, podría ser más rentable que el mismo grano. Se abre la posibilidad de que el tronco y las ramas del arbusto generen una nueva bonanza que beneficiaría a unas 527 mil familias, que mal contadas superarían los 2,1 millones de personas.

Pero esto no es un cuento chino ni una propuesta electoral para captar votos, sino un proyecto tan sólido y fino como la madera de café.

Se trata de una iniciativa que arrancó ‘accidentalmente’ en una de las cientos de fincas que hay en el suroeste antioqueño, corazón cafetero del departamento.

Uno de los troncos de café que resultó del corte de los arbustos para hacer la renovación de los cafetales, también conocido como soqueo, terminó en los talleres del Grupo Monarca, empresa que trabaja en la transformación de la madera.

Allí se hizo el análisis del palito y se encontró que éste se reventaba mucho, razón por la cual este tallo se utilizaba únicamente para cocinar. Sin embargo, en este proceso encontraron que la densidad era superior a la de maderas como  la teca, una de las más finas del mundo, y siguieron adelante.

Este ejercicio sirvió para que se hicieran experimentos con principios químicos italianos y alemanes, y se definiera que era posible utilizar este tallo para procesarlo. ¿Por qué no hacer pisos con la madera de café?

La idea de Henry Madrid Gómez, presidente del grupo Monarca, llegó a oídos de Álvaro Vásquez Osorio, gerente del Instituto de Desarrollo de Antioquia (Idea), quien de inmediato pidió una audiencia con el entonces gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Gabriel Silva, quien no pudo atender a Vásquez. Sin embargo, lo remitió a donde Gabriel Trujillo, quien ya sabía de qué le iba hablar.

Al ver a Vásquez, Trujillo  le dijo: “ Ni me cuente. Como industrial y cafetero le digo que esto no funciona. No creo en productos maderables aglomerados de café. Ahorrémonos estos 10 minutos,” y se fue.

Unos meses después el Idea logró que se viabilizará el proyecto a través de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y se pudiera construir una planta para el aprovechamiento de la madera de café.

Acto seguido se eligió a Hispania, uno de los municipios del corazón cafetero de Antioquia, a 77 kilómetros de Medellín, que salió favorecido para la instalación de la planta, en la que se invirtieron US$16 millones.

La factoría, en donde se procesan 500 toneladas de madera al año, que se originan en las 1,1 millones de hectáreas sembradas con el grano en el país, se convirtió en la esperanza de miles de cafeteros que aspiran a doblar sus ingresos con los palitos de café.

Luego de varios meses de trabajo, en enero pasado, la empresa  Madera de Café exportó su primera producción de pisos a Estados Unidos. Estos 20 mil metros cúbicos, que tuvieron un costo de US$40 mil, se convirtieron  en el camino para que los millones de palitos de café que hay en las laderas de cientos de municipios colombianos terminen en esta y otras dos plantas que se construirán para el procesamiento de 8.000 toneladas de madera, en las que se invertirán US$40 millones.

Este primer envío fue recibido por la empresa Monarca Coffe Wood, con sede en Carolina del Norte, que se encarga de importar la madera semiprocesada desde Colombia para  distribuirla y venderla en ese país.


La historia de la planta de Hispania se regó como pólvora entre los caficultores, que vieron en este proyecto una opción para renovar sus cultivos y como una nueva fuente para generar ingresos.

Coffe Wood Energy

Mientras por una hectárea de café, compuesta por unas 5.000 matas, su propietario obtiene en promedio $1 millón, si se le incluye la madera de café podría recibir $1,3 millones.

Pero en el proceso de aprovechamiento del producto maderable el 70% se desperdicia. Para utilizar el sobrante hay proyectos para transformarlo en etanol. Se tiene prevista la construcción de una planta de destilación que producirá 20 mil litros del combustible al año.

De igual manera, se considera construir una de producción de energía eléctrica alimentada con una especie de aserrín que se quemaría para producir vapor que movería las turbinas para generar 14 megavatios de energía por hora, los cuales se agregarían al sistema interconectado del país.

La inversión para la construcción de estas dos plantes supera los US$40 millones y estarán listas en 18 meses. Para ello se creó la empresa Coffe Wood Energy.

En Colombia hay unas 300 mil hectáreas viejas de café, que en el proceso de renovación pasarían a mejor vida a través de los proyectos maderables y así generar más beneficios para el sector cafetero, el cual ha visto las verdes y las maduras en los últimos años.

Cómo se hace el negocio

Uno de los negocios inconvenientes de este proyecto es que no toda la madera se puede utilizar para el procesamiento.

La empresa antes de comprar la madera que se genera en el soqueo visita las fincas para inspeccionar las condiciones de los palos y proceder a pactar la compra, con lo cual se da la orden de corte y de embarque hacia la planta de Hispania.

De acuerdo con el gerente de la planta, Miguel Galindo, por cada 52 centímetros de largo del palo, puestos en la factoría, se pagan $300.

El directivo explicó que la madera se está exportando semiprocesada y que en Carolina del Norte se contrata el acabado final.

Por Jairo Chacón González

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