

La palabra, al parecer, es una evolución de la francesa lingerie. Aunque su nacimiento se remonta al antiguo Egipto, la historia de la lencería permite también examinar de cierta forma la evolución de las ideas alrededor de la feminidad, concepciones sobre el cuerpo de las mujeres y el nacimiento de una industria que hoy vale miles de millones de dólares a escala mundial.
Hay registros históricos del uso de prendas u objetos de protección para los genitales desde la prehistoria, y hasta en versículos bíblicos.
Estamos en un período en el que conviven todas las formas de entender el cuerpo y la belleza. Por eso, en términos de ropa interior, el mercado ofrece una variedad de prendas de todas las épocas. La tecnología también ha permitido crear textiles que controlan olores y protegen de bacterias.

“La lencería es un término más moderno para referirse a la ropa interior femenina, aquella que tiene un aire de delicadeza y está atravesada por cierto romanticismo y erotismo. Igual es una palabra genérica para referirse a esas prendas que tienen un contacto directo con la genitalidad humana”, William Cruz Bermeo, historiador de moda y docente de la UPB.
El país siempre ha importado ropa interior. Se encuentra publicidad de corsés desde el siglo XIX y de la fabricación industrial que trajeron desde Inglaterra, la cual producía por montones. También hay publicidad de los primeros brasieres en copas A, B y C, que se ofrecieron al final de los 30 del siglo XX.
Otro momento clave fue a finales de la década del 50, con la fundación de Leonisa, la compañía de ropa interior más longeva del país. “Es la que pone al alcance de cualquier mujer en el país lucir ropa interior linda. Esta ha cumplido con la idea del cuerpo latino. Han estado a la vanguardia y tienen línea de ropa interior masculina. Es una compañía líder en Colombia y América Latina”, dijo William Cruz, docente de la UPB.

“La ropa interior históricamente en Colombia ha sido una de nuestras fortalezas. Contamos con tradición e historia con varias marcas que entendieron que es una categoría de producto que hacemos bien y el mercado lo ha identificado”, Juan Fernando Loaiza, especialista en investigación económica de Inexmoda.

En 2021, las marcas de ropa interior tuvieron un crecimiento de entre el 12 y 14 % en sus ventas frente a 2020.

De acuerdo con Raddar, el gasto de los hogares colombianos en ropa interior para hombres, mujeres y niños superaron los $826.000 millones en 2021.

Entre enero y marzo de 2022 el gasto ha sido de $218.050millones, según el Observatorio de Moda en Raddar.

Entre enero y febrero de 2022 se exportaron US$11 millones.

“Sigue siendo una de las categorías en que más mano de obra calificada se requiere, debido a la confección, principalmente, de brasieres. Son prendas que requieren la mayor cantidad de insumos para su confección. La ropa interior tiene un movimiento importante en el sector textil”, señala Viviana Páez, gerente comercial de Encajes S. A.
Jackie Sasson creó Soreil en 2015. Decidió emprender y aprendió sobre lencería. Su padre le ayudó para comprar las primeras telas. Sasson tuvo trabajos adicionales para invertir en su marca de lencería, que tiene una estética victoriana y está inspirada en Agnes Sorel, la amante del rey Carlos VII y una de las pocas mujeres de la época que sabían leer. Su primera colección tuvo seis diseños y seis piezas. Su sueño es que se convierta en una marca de lujo.

“La lencería siempre ha estado dirigida a los hombres y yo quería darle un giro a eso con mi marca. No quería que estuviera enfocada en la satisfacción masculina”, Jackie Sasson, directora creativa de Soreil.

Apoya el periodismo en el que crees

Según la RAE, la palabra sostén viene del inglés brassiere y esta del francés brassière, que significa “especie de corsé”.

El sostén, sujetador o brasier era conocido como apodesme en Grecia.

Se ha demostrado que los brasieres de varilla pueden ser dañinos para la salud.

Cuando se crearon los sostenes, solo había cuatro tallas: A, B, C y D.
Michell González creó La Michelle en 2015. La diseñadora y consultora de empresas de moda creó una sociedad llamada La Belle, con otra mujer que se encargaba de la confección mientras ella se dedicaba al diseño de las prendas y el negocio. La inversión inicial fue de $100.000. González se independizó y cambió el nombre a La Michelle. La marca estuvo presente en cuatro ediciones dela feria para emprendedores Buró. En 2019 tuvo una pasarela en BCapital, entró a mercados internacionales y abrió una franquicia en Perú.

“El propósito de La Michelle es inspirar a millones de mujeres a encontrar su poder a través de la ropa interior”, Michell González, creadora de La Michelle

Para 2025 se espera que la industria de la lencería tenga un valor de mercado de más US$325.000 millones en todo el mundo.

China es uno de los mercados de más rápido crecimiento para estas prendas.

Se estima que el mercado de la lencería en China vale unos US$61.000 millones anuales.

US$30 millones es el valor de la pieza de lencería más cara jamás fabricada, con diamantes de 150 quilates.

“La ropa interior siempre ha estado sujeta a los ideales de belleza física que existen en cada período histórico y a los adelantos tecnológicos en materia textil que haya en cada momento, desde la seda hasta la aparición delos materiales sintéticos. Uno podría decir que la ropa interior ha dado pasos agigantados en su evolución”, asegura William Cruz.
Fuentes: Inexmoda, Raddar, Procolombia, Wikipedia y Museo del Traje. Michell González, Jackie Sasson y William Cruz.