Nissan reconoció este lunes que encontró inconsistencias en las pruebas de emisión de gases y consumo de combustible en cinco plantas de ensamblaje en Japón, un episodio que recuerda de cierta forma el escándalo de Volkswagen, empresa que también manipuló este tipo de datos en algunos de sus productos.
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Aunque las pruebas no estaban en línea con la normativa del gobierno japonés, el incidente, basado en lo que se ha divulgado, podría no ser tan amenazante como el escándalo de las emisiones que involucró a Volkswagen.
El descubrimiento de Nissan se dio durante una auditoría propia de la compañía sobre los empleados que realizan estas pruebas. Durante estos controles, la compañía encontró que los empleados falsearon los datos de temperatura y humedad en la cámara de prueba y manipularon los datos de emisiones de monóxido de carbono y dióxido de carbono. La empresa informó que contrató a una firma de abogados para investigar más a fondo el asunto.
Nissan, socio de Renault, no aclaró cuántos vehículos estarían involucrados en las pruebas irregulares, así como tampoco ofreció explicaciones sobre el tiempo de duración de estos controles hechos sin todos los parámetros necesarios.
A petición de las autoridades, Nissan fue forzada desde septiembre a realizar inspecciones sobre la forma en que son o fueron controlados sus vehículos, después de reconocer que personas no certificadas habían firmado documentos de estas pruebas.
Vale la pena aclarar que las pruebas irregulares detectadas por la compañía no comprometen la seguridad de los vehículos.
No es la excepción
Las irregularidades se han convertido en un tema sensible en el seno de las empresas japonesas desde la salida a la luz en 2017 de varios casos que han afectado a gigantes como Mitsubishi Motors, la metalúrgica Kobe Steel y la propia Nissan.
El año pasado, Kobe Steel dijo que vendió a más de 500 compañías productos que no pasaron las pruebas de control de calidad. Subaru, que admitió haber adulterado los registros de datos de emisiones para equiparar el kilometraje presentado al gobierno, también estuvo involucrado en una controversia similar a la de Nissan. Yasuyuki Yoshinaga dejó el cargo de máximo ejecutivo de Subaru este año.
Nissan rescató a Mitsubishi Motors en 2016 después de que se descubriera que la compañía había falsificado las estimaciones de kilometraje de varios de sus vehículos. El presidente de Suzuki Motor Corp., Osamu Suzuki, dejó el cargo de CEO después de que el fabricante de automóviles admitiera haber utilizado métodos de prueba de consumo de combustible no aprobados en 2016.