Nobel de Economía a Robert Wilson y Paul Milgrom por sus aportes a la teoría de subastas
El premio de ciencias económicas en memoria de Alfred Nobel fue entregado a estos dos investigadores por sus aportes al diseñar nuevos formatos de subastas en beneficio de compradores, vendedores y la sociedad en general.
El Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel fue entregado este lunes a los estadounidenses Robert B. Wilson, de 83 años, y Paul R. Milgrom, de 72, por mejorar la teoría de subastas y la invención de nuevos formatos para este tipo de pujas.
El comité del premio basó su decisión en la importancia que tienen las subastas en la vida cotidiana de la sociedad: desde bienes suntuosos que cambian de propietario, hasta el mercado de energía, el de espectro radioeléctrico para la prestación de servicios de telecomunicaciones e incluso la publicidad en internet. Por el impacto que tienen, “diseñarlas de forma correcta es absolutamente clave”, resaltó el presidente del comité del premio, Peter Fredriksson.
“Las subastas están en todas partes y afectan nuestra vida diaria", explicó la Real Academia de las Ciencias de Suecia. Agregó que los formatos inventados por los laureados, ambos profesores en Stanford (Estados Unidos), han beneficiado a vendedores, compradores, contribuyentes tributarios y la sociedad en general.
La teoría de Robert Wilson, resaltó la Academia, apunta a un “valor común” en las subastas, que es en principio desconocido, pero, en últimas, el mismo para todos los interesados en la puja. Wilson mostró “por qué los postores racionales tienden a ubicar sus ofertas por debajo de su propia mejor estimación del valor común: están preocupados por la ‘maldición del ganador’, que es pagar mucho y terminar perdiendo”.
Paul Milgrom, por su parte, desarrolló una teoría de subastas que contempla no solo el valor común, sino los valores privados, que cambian según el postor. Analizó, de acuerdo con la Academia, las estrategias en formatos de subastas y demostró que un formato “otorgará al vendedor una ganancia mayor cuando los oferentes saben más sobre los valores estimados por los otros durante la subasta”.
La aplicación de estos aportes en formatos como las subastas de múltiples rondas simultáneas, desde 1994, para el mercado de telecomunicaciones fue destacada por Tommy Andersson, miembro del comité y experto en el campo. Según él, las teorías de los laureados hoy en día permiten escoger más sabiamente entre los formatos de subastas, para el beneficio de toda la sociedad.
El secretario general de la Real Academia de las Ciencias de Suecia, Göran K Hansson, explicó que los laureados recibirán el galardón —establecido en 1968 para reconocer el trabajo significativo en el campo de las ciencias económicas— antes de que termine el año y participarán de una ceremonia virtual, a causa de las restricciones por el coronavirus, y de las celebraciones tradicionales una vez las condiciones lo permitan. El valor (compartido) del premio es de 10 millones de coronas suecas (más de un millón de dólares).
Este reconocimiento en ciencias económicas es el último de la temporada de premios Nobel, en la que también fueron galardonados el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, con el Premio Nobel de Paz; la poetisa Louise Glück, con el de Literatura; Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez, con el de Física; Harvey Alter, Charles Rice y Michael Houghton, con el de Medicina; y Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, la sexta y séptima mujer que ganan un Nobel de Química desde 1901, y la primera vez que un Nobel científico es entregado a dos mujeres.
El Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel fue entregado este lunes a los estadounidenses Robert B. Wilson, de 83 años, y Paul R. Milgrom, de 72, por mejorar la teoría de subastas y la invención de nuevos formatos para este tipo de pujas.
El comité del premio basó su decisión en la importancia que tienen las subastas en la vida cotidiana de la sociedad: desde bienes suntuosos que cambian de propietario, hasta el mercado de energía, el de espectro radioeléctrico para la prestación de servicios de telecomunicaciones e incluso la publicidad en internet. Por el impacto que tienen, “diseñarlas de forma correcta es absolutamente clave”, resaltó el presidente del comité del premio, Peter Fredriksson.
“Las subastas están en todas partes y afectan nuestra vida diaria", explicó la Real Academia de las Ciencias de Suecia. Agregó que los formatos inventados por los laureados, ambos profesores en Stanford (Estados Unidos), han beneficiado a vendedores, compradores, contribuyentes tributarios y la sociedad en general.
La teoría de Robert Wilson, resaltó la Academia, apunta a un “valor común” en las subastas, que es en principio desconocido, pero, en últimas, el mismo para todos los interesados en la puja. Wilson mostró “por qué los postores racionales tienden a ubicar sus ofertas por debajo de su propia mejor estimación del valor común: están preocupados por la ‘maldición del ganador’, que es pagar mucho y terminar perdiendo”.
Paul Milgrom, por su parte, desarrolló una teoría de subastas que contempla no solo el valor común, sino los valores privados, que cambian según el postor. Analizó, de acuerdo con la Academia, las estrategias en formatos de subastas y demostró que un formato “otorgará al vendedor una ganancia mayor cuando los oferentes saben más sobre los valores estimados por los otros durante la subasta”.
La aplicación de estos aportes en formatos como las subastas de múltiples rondas simultáneas, desde 1994, para el mercado de telecomunicaciones fue destacada por Tommy Andersson, miembro del comité y experto en el campo. Según él, las teorías de los laureados hoy en día permiten escoger más sabiamente entre los formatos de subastas, para el beneficio de toda la sociedad.
El secretario general de la Real Academia de las Ciencias de Suecia, Göran K Hansson, explicó que los laureados recibirán el galardón —establecido en 1968 para reconocer el trabajo significativo en el campo de las ciencias económicas— antes de que termine el año y participarán de una ceremonia virtual, a causa de las restricciones por el coronavirus, y de las celebraciones tradicionales una vez las condiciones lo permitan. El valor (compartido) del premio es de 10 millones de coronas suecas (más de un millón de dólares).
Este reconocimiento en ciencias económicas es el último de la temporada de premios Nobel, en la que también fueron galardonados el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, con el Premio Nobel de Paz; la poetisa Louise Glück, con el de Literatura; Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez, con el de Física; Harvey Alter, Charles Rice y Michael Houghton, con el de Medicina; y Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, la sexta y séptima mujer que ganan un Nobel de Química desde 1901, y la primera vez que un Nobel científico es entregado a dos mujeres.