Pese a riesgo de desplome, Coviandes no oficializa plan de demoler parte del puente Chirajara

Gustavo Torrijos - El Espectador

Coviandes, concesionario de la doble calzada Bogotá-Villavicencio, aclaró este viernes a través de un comunicado que “hasta el momento no se ha entregado información oficial, ni resultados de las investigaciones que adelanta la comisión de expertos que analizan las posibles causas del colapso de una de las pilas del puente atirantado de Chirajara, registrado el pasado 15 de enero” y que dejó nueve víctimas mortales.

La razón es que Caracol Radio informó ese mismo día que Coviandes decidió demoler la parte del puente que quedó en pie. Según la emisora, a más tardar el próximo martes se dará a conocer oficialmente el informe de la firma, esperado por el Gobierno. Por lo pronto, el concesionario informó que la vía opera con normalidad e incluso invitó a no descartar los Llanos Orientales como destino turístico de Semana Santa, que se celebrará la semana del 26 de marzo. Es decir, el corredor vial estará disponible.

Desde que se supo que la parte restante del viaducto de Chirajara estaba en riesgo inminente de desplome, en un diagnóstico emitido primero por ingenieros del Instituto Americano del Concreto, ACI, varias voces han abogado por la demolición de la estructura por razones de seguridad. Esta es una decisión que recae exclusivamente en el concesionario de la obra.

Al tiempo que el informe preliminar de la interventoría (contratado con la empresa mexicana Mexpresa) aseguró que el viaducto colapsó por fallas en su diseño, el documento también recomendó la demolición de la estructura que quedó en pie. La investigación de la compañía mexicana concluyó que las deficiencias de diseño de una torre se replican en la otra porque las dos fueron construidas bajo los mismos parámetros.

Lo cierto es que, incluso desde antes de que se conociera el diagnóstico preliminar de los expertos del ACI, ya circulaba el rumor que Coviandes había tomado la determinación de demoler la torre que quedó en pie luego de la tragedia. El 31 de enero se conoció que la empresa había contratado a la firma Modjeski and Masters (con sede en Estados Unidos) para realizar su propio análisis. En su momento, el concesionario aseguró a través de un comunicado que se sometería a las recomendaciones de los expertos que contrató para este diagnóstico.

Lo que viene ahora en el caso Chirajara es la presentación de un plan para la demolición controlada de la estructura, cuyos puntos primordiales son la implosión de la torre que quedó en pie, así como el manejo del tráfico sobre la vía Bogotá-Villavicencio. El diseño de esta suerte de coreografía puede demorar unos 15 días y la limpieza de la zona después de demoler puede llevarse hasta mes y medio.

Luego de esto, se espera saber con más claridad cuál es el cronograma de reconstrucción y apertura de la obra, clave para la movilidad hacia los Llanos Orientales. Varios expertos consultados por este diario han resaltado la importancia de saber qué va a suceder con la cimentación del proyecto. Los ingenieros de Mexpresa aclararon que, en sus análisis, de poco más de 10 días, no habían encontrado indicios sobre afectación en la cimentación de las estructuras luego del desplome.

Esto es clave porque, de tener que rehacer la cimentación, se le pueden estar sumando hasta 18 meses más al tiempo para, finalmente, tener abierto el viaducto de Chirajara. La demolición controlada de la estructura no debería afectar la cimentación del proyecto, aunque un ingeniero experto en puentes atirantados aseguró que el concesionario podría elegir reforzar esta parte del puente como una medida extra de seguridad.

“Bien que se tomen decisiones y que se elija la demolición, pero es necesario que se divulgue toda la verdad sobre el caso Chirajara. Lo que hay hasta ahora son análisis preliminares, pero es necesario saber las causas exactas e ir hasta el fondo de la investigación. Saber qué encontró Modjeski and Masters. Lo que está en juego acá es la credibilidad del modelo APP, sobre el que está basado buena parte de la llamada revolución de la infraestructura. Coviandes puede poner el dinero para construir y reconstruir, pero al final esos son bienes del Estado, de todos, y es necesario saber a ciencia cierta qué pasó y por qué se están tomando las decisiones que se están tomando”, asegura un ingeniero experto en la construcción de este tipo de estructuras, quien pidió la reserva de su nombre, pues trabaja con empresas vinculadas al sector.