Puerta abierta para Uber y app de transporte

En un encuentro con medios de comunicación, representantes del gremio de los taxistas, como Uldarico Peña, y el CEO de Uber, Michael Shoemaker, pero con ausencias como las de Tappsi y Easy Taxi, el Gobierno Nacional dio a conocer el decreto que crea la categoría de servicio individual de pasajeros de lujo, o taxis de lujo.

La nueva normatividad da vía libre no sólo para que Uber opere de manera legal, sino para que también lo haga cualquier plataforma tecnológica que quiera participar de este segmento del sector transporte. La gran condición es que trabajen de la mano con las empresas que entrarán a prestar el nuevo servicio de lujo.

La medida, que se hizo pública por parte de la ministra de Transporte, Natalia Abello, y el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, se había estado formulando desde el año pasado, en medio de un fuerte debate entre conductores, empresas de transporte y de tecnología. “Hemos cumplido la tarea de concertar con ambas partes, señor presidente”, le dijo Vargas Lleras al presidente de la República, Juan Manuel Santos.

La nueva categoría de lujo tiene exigencias en cuanto a calidad, seguridad, accesibilidad y comodidad. Los conductores que quieran prestar este servicio deberán capacitarse no menos de 50 horas y las empresas de transporte deberán demostrar un capital 30 % superior al de aquellas que actualmente prestan el servicio básico de taxi. Asimismo, deberán tener plataformas tecnológicas, propias o subcontratadas, para entrar en contacto con los usuarios y hacerles seguimiento a los trayectos. Por lo mismo, los nuevos vehículos, que deberán ser de alta gama, camionetas o sedanes, no menores a 1.600 centímetros cúbicos, estarán en la obligación de tener GPS, además de airbags, frenos ABS y reposacabezas.

Natalia Abello aclaró que a partir de ahora empieza un régimen de transición de seis meses, en los que los municipios, llamados a implementar la norma, podrán tomarse el tiempo de estudiarla, para determinar por ejemplo si la capacidad transportadora de lujo se obtendrá sólo por reposición (de taxi básico a taxi de lujo) o si se abren nuevos cupos en las ciudades. Lo que está claro por el momento es que los nuevos vehículos tendrán que estar identificados con un distintivo negro, que sólo recibirán pagos por medios electrónicos, que no podrán tener capacidad para menos de cinco pasajeros y que sus tarifas no serán ni iguales ni inferiores a las del servicio actual básico de taxi.

Maritza Díaz, vocera de propietarios, conductores, empresarios, sindicatos y agremiaciones de taxistas, manifestó su satisfacción con el decreto. “Damos nuestro voto de confianza a la iniciativa reglamentaria del nivel de lujo”. Por su parte, Michael Shoemaker, CEO de Uber en Colombia, expresó que analizarán las implicaciones y las oportunidades que se abran con la nueva normatividad. “Vemos con optimismo observar nuevas alternativas”, dijo. Sin embargo, aclaró que este jueves 25 de noviembre acompañarán la radicación de un proyecto de ley que buscaría que el servicio que presta Uber sea aceptado.

Uber llegó al país hace cerca de dos años y generó polémica por emplear vehículos del servicio especial, reconocidos por su placa blanca. El papel de Uber es conectar a un conductor con un pasajero a través de una aplicación móvil, por esa razón la compañía de origen estadounidense ha insistido en que es una empresa de tecnología y no de transporte. Los trayectos sólo se pueden pagar con tarjeta de crédito y las tarifas varían dependiendo de la hora del día. Por esos y otros factores, las autoridades y gremios como el de taxistas habían argumentado que la operación de Uber no se ajusta a las normas colombianas.

Es de recordar, además, que en diciembre pasado, luego de que se lanzó Uber X, que presta el servicio ya no a través de vehículos de servicio especial sino de carros particulares, el Ministerio de Transporte y la Superintendencia de Transporte emitieron una posición oficial en la que declaran ilegales plataformas como Uber y ordenan a la Policía de Tránsito inmovilizar cualquier vehículo que preste servicio a través de esas aplicaciones.

En diálogo con este diario, en un artículo publicado el 5 de noviembre, voceros de Uber aseguraron que habían sido llamados por el Ministerio de Transporte para dialogar y exponer las modalidades bajo las cuales Uber y otros similares, como Cabify, han sido reglamentados en el Distrito Federal de México y otras ciudades del mundo. Si bien la nueva normativa no legaliza con nombre propio la plataforma Uber, ni permite que siga operando bajo su modelo actual, sí es una posibilidad para que esa y otras continúen o surjan en el mercado.

En un encuentro con medios de comunicación, representantes del gremio de los taxistas, como Uldarico Peña, y el CEO de Uber, Michael Shoemaker, pero con ausencias como las de Tappsi y Easy Taxi, el Gobierno Nacional dio a conocer el decreto que crea la categoría de servicio individual de pasajeros de lujo, o taxis de lujo.

La nueva normatividad da vía libre no sólo para que Uber opere de manera legal, sino para que también lo haga cualquier plataforma tecnológica que quiera participar de este segmento del sector transporte. La gran condición es que trabajen de la mano con las empresas que entrarán a prestar el nuevo servicio de lujo.

La medida, que se hizo pública por parte de la ministra de Transporte, Natalia Abello, y el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, se había estado formulando desde el año pasado, en medio de un fuerte debate entre conductores, empresas de transporte y de tecnología. “Hemos cumplido la tarea de concertar con ambas partes, señor presidente”, le dijo Vargas Lleras al presidente de la República, Juan Manuel Santos.

La nueva categoría de lujo tiene exigencias en cuanto a calidad, seguridad, accesibilidad y comodidad. Los conductores que quieran prestar este servicio deberán capacitarse no menos de 50 horas y las empresas de transporte deberán demostrar un capital 30 % superior al de aquellas que actualmente prestan el servicio básico de taxi. Asimismo, deberán tener plataformas tecnológicas, propias o subcontratadas, para entrar en contacto con los usuarios y hacerles seguimiento a los trayectos. Por lo mismo, los nuevos vehículos, que deberán ser de alta gama, camionetas o sedanes, no menores a 1.600 centímetros cúbicos, estarán en la obligación de tener GPS, además de airbags, frenos ABS y reposacabezas.

Natalia Abello aclaró que a partir de ahora empieza un régimen de transición de seis meses, en los que los municipios, llamados a implementar la norma, podrán tomarse el tiempo de estudiarla, para determinar por ejemplo si la capacidad transportadora de lujo se obtendrá sólo por reposición (de taxi básico a taxi de lujo) o si se abren nuevos cupos en las ciudades. Lo que está claro por el momento es que los nuevos vehículos tendrán que estar identificados con un distintivo negro, que sólo recibirán pagos por medios electrónicos, que no podrán tener capacidad para menos de cinco pasajeros y que sus tarifas no serán ni iguales ni inferiores a las del servicio actual básico de taxi.

Maritza Díaz, vocera de propietarios, conductores, empresarios, sindicatos y agremiaciones de taxistas, manifestó su satisfacción con el decreto. “Damos nuestro voto de confianza a la iniciativa reglamentaria del nivel de lujo”. Por su parte, Michael Shoemaker, CEO de Uber en Colombia, expresó que analizarán las implicaciones y las oportunidades que se abran con la nueva normatividad. “Vemos con optimismo observar nuevas alternativas”, dijo. Sin embargo, aclaró que este jueves 25 de noviembre acompañarán la radicación de un proyecto de ley que buscaría que el servicio que presta Uber sea aceptado.

Uber llegó al país hace cerca de dos años y generó polémica por emplear vehículos del servicio especial, reconocidos por su placa blanca. El papel de Uber es conectar a un conductor con un pasajero a través de una aplicación móvil, por esa razón la compañía de origen estadounidense ha insistido en que es una empresa de tecnología y no de transporte. Los trayectos sólo se pueden pagar con tarjeta de crédito y las tarifas varían dependiendo de la hora del día. Por esos y otros factores, las autoridades y gremios como el de taxistas habían argumentado que la operación de Uber no se ajusta a las normas colombianas.

Es de recordar, además, que en diciembre pasado, luego de que se lanzó Uber X, que presta el servicio ya no a través de vehículos de servicio especial sino de carros particulares, el Ministerio de Transporte y la Superintendencia de Transporte emitieron una posición oficial en la que declaran ilegales plataformas como Uber y ordenan a la Policía de Tránsito inmovilizar cualquier vehículo que preste servicio a través de esas aplicaciones.

En diálogo con este diario, en un artículo publicado el 5 de noviembre, voceros de Uber aseguraron que habían sido llamados por el Ministerio de Transporte para dialogar y exponer las modalidades bajo las cuales Uber y otros similares, como Cabify, han sido reglamentados en el Distrito Federal de México y otras ciudades del mundo. Si bien la nueva normativa no legaliza con nombre propio la plataforma Uber, ni permite que siga operando bajo su modelo actual, sí es una posibilidad para que esa y otras continúen o surjan en el mercado.