Suspendido diálogo con las dignidades campesinas
El jefe de la cartera de agricultura sostuvo que el Gobierno tiene toda la voluntad para acompañar a los campesinos del país por lo que no se justifican las protestas, ni los bloqueos en las carreteras.
Redacción Negocios
Luego de más de una semana de paro nacional las negociaciones entre el Gobierno y los campesinos se vuelven a suspender por desacuerdos entre las partes. El ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde reconoció que el Gobierno llegó a un acuerdo los campesinos en el tema de créditos pero rechazó la actitud de los manifestantes al continuar “en protestas y los bloqueos de las vías”.
“Continuamos nuestro intenso trabajo y suspendemos la mesa de trabajo con las dignidades porque no se entienden las actuaciones persistentes de sus líderes que no han respetado las normas de honor acordadas para adelantar las conversaciones en relación de los cumplimientos de compromisos y trasmitir la verdad de lo conversado”, dijo el jefe de la cartera.
Los diálogos fueron suspendidos con las dignidades Cafeteras del Huila y Risaralda y Papera de Boyacá.
EL acuerdo logrado el pasado viernes cobija deudas vencidas desde 2011 hasta el 28 de febrero de 2014 y consiste en que “durante cinco años no tendrán que pagar ni un solo peso y solo hasta el quinto año empezarán a cancelar el capital. Esto significa que durante cuatro años no tendrán que pagar ni un solo peso y solo hasta el quinto año empezarán a cancelar el capital”, dijo el jefe de la cartera.
Según él, otro beneficio es que a los pequeños productores del campo no se les cobrarán gastos de cobranza ni intereses de mora hasta hoy causados.
“Los 85.500 campesinos no solo recibirán un oxígeno financiero de 10 años, cuatro de ellos muertos, sino que una vez los bancos le vendan la cartera vencida al Fondo Nacional de Solidaridad Agropecuaria (FONSA), éstos pequeños productores quedan habilitados para acceder a nuevos créditos financieros”, sostuvo Lizarralde.
El ministro aseguró que los beneficiarios serán quienes tengan deudas hasta por 20 millones de capital o saldo de capital y quienes además se hayan visto afectados por caída severa en los precios o los ingresos, problemas sanitarios o fitosanitarios, orden público y desastres naturales.
Luego de más de una semana de paro nacional las negociaciones entre el Gobierno y los campesinos se vuelven a suspender por desacuerdos entre las partes. El ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde reconoció que el Gobierno llegó a un acuerdo los campesinos en el tema de créditos pero rechazó la actitud de los manifestantes al continuar “en protestas y los bloqueos de las vías”.
“Continuamos nuestro intenso trabajo y suspendemos la mesa de trabajo con las dignidades porque no se entienden las actuaciones persistentes de sus líderes que no han respetado las normas de honor acordadas para adelantar las conversaciones en relación de los cumplimientos de compromisos y trasmitir la verdad de lo conversado”, dijo el jefe de la cartera.
Los diálogos fueron suspendidos con las dignidades Cafeteras del Huila y Risaralda y Papera de Boyacá.
EL acuerdo logrado el pasado viernes cobija deudas vencidas desde 2011 hasta el 28 de febrero de 2014 y consiste en que “durante cinco años no tendrán que pagar ni un solo peso y solo hasta el quinto año empezarán a cancelar el capital. Esto significa que durante cuatro años no tendrán que pagar ni un solo peso y solo hasta el quinto año empezarán a cancelar el capital”, dijo el jefe de la cartera.
Según él, otro beneficio es que a los pequeños productores del campo no se les cobrarán gastos de cobranza ni intereses de mora hasta hoy causados.
“Los 85.500 campesinos no solo recibirán un oxígeno financiero de 10 años, cuatro de ellos muertos, sino que una vez los bancos le vendan la cartera vencida al Fondo Nacional de Solidaridad Agropecuaria (FONSA), éstos pequeños productores quedan habilitados para acceder a nuevos créditos financieros”, sostuvo Lizarralde.
El ministro aseguró que los beneficiarios serán quienes tengan deudas hasta por 20 millones de capital o saldo de capital y quienes además se hayan visto afectados por caída severa en los precios o los ingresos, problemas sanitarios o fitosanitarios, orden público y desastres naturales.