Una apuesta por el campo colombiano

De origen campesino, Mauricio Osorio conocía como pocos las necesidades rurales, por eso creó Crezcamos y ahora le aporta desde el sistema financiero.

Edwin Bohórquez Aya
04 de julio de 2018 - 04:22 p. m.
Una apuesta por el campo colombiano

 

¿Quién es Mauricio Osorio?

Ingeniero industrial de la UIS, de Bucaramanga, de origen campesino, de la provincia de Ocaña, que como emprendedor ha querido salir adelante y por eso se fue a la ciudad a estudiar. Soy un padre de familia, orgulloso de mis hijos y de mi esposa, y muy orgulloso de la organización Crezcamos. Tengo 39 años.

¿Qué es Crezcamos?

Una institución financiera que se ha desarrollado para llevar servicios financieros principalmente a las zonas rurales y poder ayudar a este tipo de familias a mejorar su productividad y su calidad de vida.

Con ejemplos específicos, ¿cómo les ha cambiado la vida a las personas con su modelo microfinanciero?

Atendemos poblaciones principalmente de bajos ingresos y ubicadas en zonas rurales, donde hay grandes necesidades, para poder desarrollar fuentes de ingreso que les permitan a este tipo de familias cambiar su calidad de vida. También hay una necesidad muy grande de mejoramiento de vivienda, de las condiciones en las que viven, por lo tanto Crezcamos se ha enfocado en llevar servicios financieros que sirvan para que estas familias reduzcan la pobreza y tengan una mejor calidad de vida en el futuro. Temas concretos: tener una inversión o un capital rápido y fácil para poder mejorar la productividad de su finca, para poder ampliar el cultivo, para mejorar su casa, para poder crecer su negocio. Ese tipo de iniciativas son las que Crezcamos financia, principalmente en zonas rurales, donde la calidad del acceso a servicios financieros es muy baja.

¿Cómo estructuró el modelo? Y se lo pregunto porque muchas personas, de las que usted habla en el campo, no tienen propiedad para soportar una deuda. ¿Cómo funciona?

El sistema financiero históricamente ha funcionado a través de un esquema de garantías, donde lo más importante siempre ha sido que el sujeto de crédito debe demostrar que tiene lo suficiente, como si no necesitara el dinero. Crezcamos ha desarrollado una metodología basada en la confianza de la gente: creer en la gente más allá de lo que tiene y por lo que es; creer en su proyecto productivo, en que puede salir adelante, en que tiene una oportunidad de desarrollarse económicamente; creer en que tiene un plan de inversión valioso, y, basado en ello, más que un crédito otorgamos la confianza para que esta persona siga adelante, por lo tanto hacemos a un lado las garantías y nos enfocamos en entender ese desarrollo productivo, ese negocio, esa pequeña parcela, esa pequeña unidad productiva, cómo puede generar ingresos en el futuro, esa capacidad microemprendedora que tiene la familia rural para pagar el servicio que le estamos dando. Basados en eso otorgamos miles de créditos a nivel nacional y de manera anual.

¿La gente llega a ustedes o ustedes llegan a la gente?

Con este tipo de población, Edwin, es muy común que la mitad de ella se sienta con la confianza de acceder al servicio financiero, pero la otra mitad se autoexcluye porque cree que no tiene la oportunidad para acceder, porque cree que no es sujeto de crédito. Nos hemos enfocado, a través de nuestra red comercial, en visitar el territorio y hablar con los clientes en su finca, porque nos parece relevante que entiendan la oportunidad que tienen, la manera como tienen que manejar sus obligaciones financieras, para que esta sea una relación a largo plazo, no sólo una relación de acceso que los vaya a perjudicar en el futuro y no dejarlos crecer, para que tengan un crédito más grande o puedan soñar con crecer sus negocios de la mano de Crezcamos.

¿Cuándo nació Crezcamos? ¿A cuánta gente impactan?

Vengo de origen campesino, entiendo todo esto. Desde niño, cuando estaba muy chiquito, siempre estábamos sufriendo, vivimos de una actividad independiente para poder sobrevivir, y siempre teníamos esa gran dificultad: quién nos podía prestar algo de dinero para el negocio, para mejorar la finca. Este proyecto nació hace 12 años, con un concepto que ya había sido desarrollado, el de las microfinanzas, pero principalmente en esa otra Colombia, que la mayoría de la gente no conoce y que con sentido de urgencia necesita recursos para que se puedan desarrollar económicamente. De esa manera, Crezcamos cumple 10 años de haberse desarrollado. Hoy estamos en más de 305 municipios, con más de 107.000 familias atendidas, abriendo en el Meta para hacer presencia en los 29 municipios de ese departamento y poder seguir creciendo junto a nuestros clientes.

 

 

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Mauricio Osorio cuenta con 1.200 colaboradores y su empresa suma más de 80 oficinas. / Edwin Bohórquez

 

Nos contaba que nació en una familia campesina. ¿Ese valor agregado le sirvió para entender las necesidades del campo y buscar, de una u otra forma, las soluciones?

Cuando uno quiere hacer este tipo de cosas más allá de ganar dinero, de la rentabilidad financiera, es muy importante tener ese ADN de la familia rural. Cuando estoy hablando con clientes nuevos, tengo una conexión muy particular, porque tengo ese origen, entiendo los pensamientos, las pasiones, las dificultades, las oportunidades que tiene este tipo de familias, y por eso nos hemos especializado, con más de 1.200 colaboradores y 80 oficinas. Entendemos muy bien las necesidades del cliente, queremos ver cómo mejoramos el servicios financiero, cómo colaborar más allá de dar el acceso al crédito y el servicio financiero. Que una economía capitalista les pueda ayudar a estas familias a mejorar sus condiciones de vida es el objetivo. Eso es lo que nos hace más felices, y eso es parte de mi historia, de lo que he sido, como emprendedor que nació en un corregimiento de 80 casas y ahora es un empresario que vive en Bucaramanga, con unas condiciones de vida muy distintas a las que tenía cuando nací, y eso es gracias al emprendimiento.

Usted trabajó en la incubadora Corporación Bucaramanga Emprendedora. ¿Cómo le nutrió, cómo le aportó en su vocación emprendedora, esa experiencia?

Toda mi vida había querido ser el líder de mi propio negocio, y llegué intentando presentar mi primer proyecto. Trabajé allá, fui el jefe de incubación por un tiempo y aprendí que los colombianos tenemos una gran tenacidad para desarrollar proyectos, vi mucho del emprendimiento, aprendí que tiene que haber instrumentos que le permitan a estos emprendedores poder salir adelante. El emprendedor siempre vive muy solo, hay muchas angustias y preocupaciones, por eso es relevante acompañarlo a que su negocio crezca, en mi caso el acompañamiento que me hace Endeavor es muy importante porque me ayuda a mejorar mis habilidades, a tener mejores conexiones, a ponerle los problemas de la compañía a un grupo de mentores para que ellos me apoyen y Crezcamos se pueda consolidar a nivel nacional. De eso se trata estos instrumentos, de ayudar a los emprendedores a ser grandes empresarios.

Si la gran desigualdad de este país está concentrada en el campo y usted creó un proyecto que busca el desarrollo regional, ¿cómo proyecta su aporte a la Colombia campesina que, se supone, es en la que está enfocada el futuro del país?

La mayoría de esta población, tanto la agrícola como la urbana pero que está en zona rural, siempre ha tenido una dificultad: el acceso al desarrollo. Por lo tanto, Crezcamos y Mauricio como líder, está enfocado en que este tipo de servicio financiero llegue a toda esta Colombia profunda donde los clientes lo necesitan, que todos los productores agrícolas puedan acceder al servicio financiero.

La actividad agrícola es tremendamente riesgosa, siempre se apuesta a pérdidas, riesgos económicos, riesgos sociales, riesgos de precios, por eso el sistema financiero debe poder desarrollar instrumentos que hagan que hacer campo, sembrar y producir alimentos, sea una actividad que permita aumentar el patrimonio del tipo de familias, y yo estoy convencido que través de servicios financieros bien diseñados, podemos lograr cambiar esa actividad para que tenga estimados de ganancias claros y predecibles, y eso se hace a través de un sistema de crédito para hacer mantenimientos de cultivos, muchos no lo hacen porque no tenían la plata para hacer las abonadas, que les toca regalar el producto para pagar una deuda, que hacen cultivos sobre el riesgo sin seguros y no protegen su capital, que tiene un capital pero no saben ahorrar. Entonces en el futuro el sistema financiero se debe desarrollar especializado en esta población, que se adapte, y que se pierda el miedo a una relación a largo plazo, y que puedan, en un futuro concreto, con todo lo que ha pasado en este país, ser un motor para cambiar condiciones de vida y tener un campo para mejorar la productividad en toda la nación.

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Por Edwin Bohórquez Aya

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