¿Y si convierte su hogar en un hotel?

El Gobierno expidió un decreto que formaliza la práctica de alquilar habitaciones o viviendas a turistas, permitiéndoles a personas naturales sacar el Registro Nacional de Turismo. Gremios hoteleros piden que se garantice la competencia justa.

Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.
26 de noviembre de 2018 - 02:00 a. m.
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Aunque Airbnb y Booking sigan en un terreno regulatorio ambiguo en Colombia, la práctica de economía colaborativa de alquilarle a turistas las habitaciones o viviendas sin usar fue recientemente reglamentada. El decreto 2119 de 2018, que expidió el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) el pasado 15 de noviembre, creó un marco normativo para que esta oferta de alojamiento ahora haga parte sector hotelero formal, pero con ciertas condiciones.

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El decreto ya había sido anunciado desde junio pasado. En su momento la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) le advirtió al Gobierno que eran necesarios crear mecanismos para equilibrar la competencia entre ambos esquemas (viviendas Vs Hoteles). Por ejemplo, el gremio propuso fijar en 30 días al año el límite máximo en los que estos alojamientos (habitaciones y viviendas de particulares) puedan arrendarles a turistas. Sin embargo, esta recomendación no fue acogida. Las modificaciones que sufrió la reglamentación en los últimos meses fueron principalmente para hacer más detallado las características y obligaciones de las nuevas modalidades de alojamiento.

La primera (modalidad) es la de los establecimientos de Alojamiento Turístico: hoteles, centros vacacionales, hostales y campamentos y otros modelos de negocio que puedan ser desarrollados en establecimientos de comercio y que mantengan una oferta habitual. La segunda modalidad es la vivienda turística (inmuebles residenciales, aunque también incluye fincas); Y en la tercera, llamada “otros tipos de alojamientos”, están todos los inmuebles que no se encuentran incluidos en las dos primeras.

El decreto establece que estas normas son aplicables para personas naturales (no solo empresas o sociedades), permitiéndoles sacar el Registro Nacional de Turismo (RNT) para prestar sus servicios de manera formal. Un cambio que le permite al ciudadano de a pie entrar formalmente al sector hotelero con sus propiedades, en cualquiera de las tres modalidades (mientras cumplan con las características).

Las personas que adquieran el RNT deben también cumplir con las obligaciones que esto implica, incluyendo las fiscales. Por ejemplo, si sus ventas anuales son superiores a 50 salarios mínimos deberán aportar al Fondo de Turismo (Fontur): por cada millón que ganen por encima de este umbral (50 salarios mínimos), deberán pagar $2.500.

En la reglamentación no se dice nada sobre Airbnb ni de otra plataforma, pues no fija reglas sobre los canales en los que pueden promocionar sus espacios. Sin embargo, la información que le den a sus huéspedes debe ser real y transparente para no incurrir en publicidad engañosa.

El decreto también simplifica la información de la tarjeta de registro hotelero: mientras se desarrolla una plataforma tecnológica, solo deberá incluir nombre, identificación, nacionalidad, fecha de llegada y fecha de salida del huésped. Una reducción importante frente a los 27 campos obligatorios que antes los hoteles debían llenar por este trámite (la tarjeta de registro).

¿Qué dice el sector?

En los últimos años, Cotelco ha sido reiterativa al denunciar el impacto que tiene la informalidad para el sector, denunciando que en ciudades como Santa Marta y Bogotá se estima que hay más de 6.000 alojamientos ilegales. Y con el decreto los hoteles podrían tener que enfrentar a estos mismos espacios, pero ahora dentro del sector formal. Por esto, el sector pide es que se garantice una justa competencia.

Óscar Restrepo, director general regional Colombia y Ecuador de NH Hotel Group, explicó que “siempre hemos considerado que la competencia sana ayuda a dinamizar el sector. Asimismo, esperamos que las condiciones sean las mismas para todos los actores de la industria. Por esto, como compañía hemos venido apoyando con gran entusiasmo las iniciativas de Cotelco, donde buscamos regularizar la oferta de alojamiento que se comercializa a través de plataformas como AirBnB, garantizando seguridad y servicio a turistas que llegan a Colombia.  Para el sector y la economía es importante que se cumpla con reglamentaciones como el pago de impuestos y tributación, que benefician e impactan positivamente el desarrollo del país”.

Por su parte Paula Cortés Calle, presidente ejecutiva de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), explicó que “nunca hemos estado en desacuerdo con la llegada de nuevas tecnologías que faciliten las herramientas para los viajeros, siempre y cuando éstas compitan en igualdad de condiciones para que exista un equilibrio en el mercado. Por ende, la expedición del Decreto 2119 es positiva para que quienes ofrecen servicio de alojamiento en Colombia de manera esporádica se vinculen a la actividad al menos con un RNT, y de esta manera cumplan con las obligaciones parafiscales como lo hacen los demás prestadores. Sin embargo, es primordial que el MinCIT realice una constante vigilancia y así evitar información que pueda afectar a los usuarios”.

Calle agregó que “teniendo en cuenta que este tipo de alojamiento turístico fue decretado por la cartera como una modalidad que debe legalizarse a través de la inscripción del RNT, consideramos que podría ser una oportunidad para las agencias de viajes, ya que, al estar formalizadas sus ofertas, podrían ser comercializados individualmente o en paquetes turísticos”.

¿El nuevo ecosistema?

El decreto ya no daba espera, pues, aunque no hubiera regulación, el ecosistema de la economía colaborativa en hospedajes creció fuertemente en Colombia en los últimos años. Por ejemplo, El Espectador contó en junio pasado el caso de Korn Constructores: una firma que está invirtiendo más $240.000 millones para construir edificios enteros con apartamentos diseñados para que se alquilen por noches por medio de Airbnb. De hecho, tras conocer la nueva reglamentación, la constructora manifestó el completo interés de hablar y coordinar con los compradores de sus inmuebles para que saquen sus respectivos RNT.

Incluso hay de operadores de Airbnb. Empresas como HostTonight se encargan de la administración y el manejo del alquiler por noche: comunicación con los huéspedes, confirmación de reservas, soporte durante la estadía y limpieza de las propiedades. De esta manera, los propietarios pueden poner a producir sus espacios y conservar la tranquilidad al contratar este servicio.

El Espectador habló con el fundador de HostTonight, Daniel Zammata, para preguntarle sobre el decreto. El empresario respondió que “es una medida que otorga control y vigilancia a las entidades del Gobierno, pero no se acomoda a las necesidades de los alojamientos que usan plataformas como Airbnb. Genera procedimientos adicionales que entorpecen y dificultan la operación de cualquier prestador que ofrece su propiedad para generar ingresos extras, o también afecta a los pequeños emprendedores y empresarios que ven este nuevo modelo de negocio como una manera de monetizar sus inversiones y ofrecer nuevas y mejores experiencias a los viajeros de todo el mundo y locales”.

Frente a la competencia dentro del sector, Zammata indica que “el modelo de cortas estadías nunca ha sido una amenaza para los hoteles; al contrario, hoy en día vemos cómo las grandes marcas (hoteleras) buscan hacer parte del movimiento al listar su inventario a través de marketplaces (Airbnb, HomeAway, VRBO, etc.) para mejorar sus tasas de ocupación. Esto va a profesionalizar el mercado y atraer más turistas que dejan más dinero en el país”.

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El decreto 2119 de 2018 que expidió el MinCIT marca el inicio de una nueva etapa para la industria hotelera y, tal vez, el mayor hito regulatorio que ha tenido la economía colaborativa en Colombia. Pero, sin duda, habrá tanto ganadores como perdedores con este cambio. Acaba de arrancar una fuerte competencia por la lucrativa industria de los hospedajes turísticos.

Por Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.

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