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Algunos profesores de la U. del Rosario piden la renuncia del rector Alejandro Cheyne

Los docentes de Economía emitieron un comunicado en el que analizan la situación financiera de la universidad y piden tomar acciones “antes de que sea tarde”. En la facultad de Jurisprudencia, los profesores le piden al rector Cheyne que se haga a un lado.

13 de abril de 2024 - 02:37 p. m.
Claustro de la U del Rosario
Claustro de la U del Rosario
Foto: {Alberto Sierra Restrepo}

Un grupo de profesores de la facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario pidió la renuncia del rector de Alejandro Cheyne, luego de que se conociera un análisis de los estados financieros de la universidad realizado por los docentes de Economía.

“Lo que vemos en los indicadores financieros es que la universidad tiene activos suficientes para llevar a cabo su actividad. Los niveles de estos activos anteriores a 2020 constituían la gran oportunidad de crear un endowment (fondos de capital que buscan dar solidez financiera a una entidad) lo suficientemente grande para que la universidad no dependiera de las matrículas para generar ingresos. Por lo menos la semilla de eso”, indican los profesores de Economía. “En lugar de esto, la administración actual transformó esas inversiones en capital físico (compra de edificios). Además, desde 2022 aprovechó la capacidad de endeudamiento para solicitar un préstamo de un monto parecido al total de inversiones en 2023 (este monto es de $130.256 millones).”

El análisis de los profesores de Economía

Como parte del sustento a la solicitud de renuncia del rector de la universidad, un grupo de docentes de la facultad de Economía presentó un análisis de la situación financiera de la institución. “La intención de este informe es ilustrativa y pedagógica, y no pretende ser exhaustiva. Está centrada en cuatro indicadores que nos permitirán plantear una hipótesis al final del documento. Los primeros tres indicadores son los indicadores que distintas entidades del gobierno revisan cuando hacen convocatorias o licitaciones. Estas entidades gubernamentales le piden estos indicadores a los potenciales consultores para revisar qué tan saludables son las finanzas del consultor”, indica los docentes en el documento.

Los profesores analizaron los índices de endeudamiento, liquidez, cobertura de intereses y comportamiento de los intereses.

Para el primero, que es la capacidad que tiene la universidad para endeudarse, “el índice siempre ha estado por debajo de 0,7, lo que indica que la universidad tiene suficiente capacidad de endeudamiento”, indican los docentes.

Para el caso del índice de liquidez, que permite medir qué tan solvente es la universidad (razón entre los activos corrientes y los pasivos corrientes), las entidades del Gobierno Nacional solicitan que si toca pagar las cuentas el día de hoy por cada peso a pagar cuento con 1.2 pesos para hacerlo. “Desde el 2019 no se cumple con este criterio. Esto significa que si la universidad tuviera que pagar sus pasivos corrientes hoy, no lo podría hacer”, concluyen los docentes.

Para abordar el tema de la cobertura de intereses —que es la capacidad que tiene la universidad para pagar los intereses que adeuda— los docentes comentan que los estados financieros de la universidad indican que la universidad empezó a tener obligaciones financieras (deudas) desde 2022 con un préstamo de 67 mil millones de pesos que en 2023 se volvió un préstamo de 120 mil millones de pesos.

La cobertura de los intereses (RCI) se calcula de la siguiente manera: excedente operacional / Gastos financieros. “Las entidades del gobierno piden que esta razón sea mayor o igual a uno. La idea es que los gastos financieros se puedan pagar con los excedentes operacionales. Como dicen los estados financieros 2023, la universidad pagó 17.572 millones de pesos pagados por conceptos de intereses sobre el préstamo mencionado. Recordemos que el excedente operacional de la universidad en 2023 es igual a 17.209 millones de pesos. Asumiendo que esos son los únicos gastos financieros, tendríamos una RCI de -0.97, que significa que la universidad no solamente no puede pagar los intereses adeudados con la operación de la universidad”, indican los docentes.

Finalmente, sobre el comportamiento de las inversiones, lo “que ha hecho la administración actual ha sido reducir estas inversiones para poder adquirir capital físico. Aunque los estados financieros nos muestran las cifras en términos nominales, sin descontar la inflación, consideramos que la mejor manera de verlo es descontándola. Eso nos da una mejor idea de lo que ha pasado con las inversiones de la universidad. Estas inversiones constituyen la semilla de lo que podría ser el verdadero endowment (dotación) de la universidad. Según las cifras, de 2020 en adelante las inversiones de la universidad han disminuido a la mitad”, indican.

El grupo de profesores indican que, en tiempos de crisis, se realizaron préstamos muy arriesgados, y cuando los excedentes disminuyeron, en lugar de corregir la decisión, se decidió apostar más duro por ello, lo que llevó a la universidad a un problema de solvencia y a problemas graves para poder pagar los intereses de la deuda.

“En esta situación, y una vez hecha la apuesta, la administración de la universidad decidió sustituir capital humano por capital físico, y emprendió un proceso de despidos continuos de personal académico y administrativo y de austeridad hacia abajo en otro tipo de gastos”, indican.

Los docentes concluyen que, por el momento, el problema creado es de “corto plazo”. Pero en 2025, cuando se tenga pagar el capital de los préstamos, este se podría volverse un problema “sin salida”.

Aquí el comunicado completo:

La carta de los juristas rosaristas

Por su parte, los docentes de la facultad de Jurisprudencia, una de las más antiguas y prestigiosas del país, emitió un comunicado en el que lamentan la situación de la universidad, apoyan a los estudiantes en sus exigencias a la rectoría y critican la decisión de Cheyne de no responder los repetidos llamados de la prensa y de la comunidad rosarista para que entregue explicaciones sobre las graves denuncias reveladas por El Espectador.

“Para que haya un parte efectivo de tranquilidad y confianza en que la gestión financiera ha sido conducida de manera adecuada y sin crear riesgos de insolvencia o liquidez, como producto de las decisiones estratégicas tomadas por el nivel central en materia de gastos e inversiones, pedimos que se realice un ejercicio de rendición de cuentas y se asuman las responsabilidades a que haya lugar”, manifestaron los profesores.

Sobre la respuesta que dio la universidad a través de un comunicado, manifestaron que “un tardío comunicado institucional limitado a mostrar sintéticamente la robustez de las finanzas de la universidad es insuficiente para despejar las dudas planteadas en distintos escenarios y persuadir a la comunidad rosarista de que no hay nubarrones en el horizonte que se ciernan sobre su futuro y que las denuncias realizadas son infundadas y tan solo obedecen a un problema de comunicación”, dice la carta de los juristas.

“Finalmente, como las situaciones expuestas en el presente comunicado ya han ocasionado daños irreversibles a la universidad, que van mucho más allá de lo crematístico, es necesario que haya un esclarecimiento de la verdad y una asunción directa de responsabilidad por parte del rector, ya que su pérdida de legitimidad no le permite liderar el cambio institucional que reclamamos”.

Lea el comunicado completo:

Nota del editor (16 de abril del 2024): Cambiamos el título de este artículo, pues podría ser confuso.

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Magdalena(45338)14 de abril de 2024 - 12:44 a. m.
Lástima esta universidad que ha sido considerada un semillero de profesionales idóneos e inteligentes (con algunas excepciones) vaya a finalizar en esta deplorable situación .
Eduardo Sáenz Rovner(7668)13 de abril de 2024 - 10:24 p. m.
La Universidad del Rosario ha hecho un esfuerzo importante vinculando profesorado con Ph.D. Espero que ante las opiniones informadas del profesorado no respondan echando gente, como pasó hace unos días. Eso sería no solo antidemocrático sino perfectamente estúpido: una comunidad académica toma años, décadas, construirla, y tan solo unos arranques de soberbia destruirla.
Rocio(21165)13 de abril de 2024 - 03:33 p. m.
Que bueno que exigir los derechos no vengan solo de la Universidad Pública. Entre todos sacamos nuestra democracia adelante.
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