De la utopía literaria a una nueva realidad
La participación de Brasil en la Feria del Libro es una oportunidad de oro para reforzar los intercambios culturales, económicos y políticos con Colombia y América Latina y superar las barreras lingüísticas con los países de la región.
Ana de Hollanda*
Macondo, ciudad mítica del imaginario latinoamericano, entró en el mapa de la literatura universal como un sueño, el de un escritor colombiano que ansiaba encantar personas. Inspirada en la Aracataca natal de Gabriel García Márquez, Macondo se entrelaza en la memoria de los lectores del mundo con la fuerza de una reminiscencia de infancia.
Ese poblado mágico, ficcional, que amplió de forma real la mirada sobre la geografía de Colombia, simboliza el poder de la literatura para establecer lazos duraderos, que nacen de la cultura, territorio de los afectos y de las ideas con potencial transformador. Por lo tanto, el homenaje que Brasil recibe en la 25ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), brinda una oportunidad para estrechar relaciones con Colombia y América Latina.
Durante los 15 días del evento, que comienza hoy, Brasil abrirá las páginas de sus libros para compartir historias, inquietudes y deseos. El gobierno brasileño lleva una comitiva de cerca de 50 escritores que traen consigo la historia literaria del país.
La amplia gama de debates y las actividades culturales realizadas en distintos lugares de la ciudad —espectáculos musicales, exposiciones y muestras de cine— tienen como objetivo ampliar la percepción de un país complejo. El pabellón brasileño en la Filbo, proyectado por escenógrafos de renombre (Daniela Thomas, Felipe Tassara y Álvaro Razuk), exhibirá fotografías de un Brasil que no encuadra en estereotipos.
Así mismo, la participación brasileña en la feria es una oportunidad para que se refuercen los intercambios directos con América Latina. Una vez consolidado el camino hacia el fortalecimiento de estos lazos culturales y el mutuo conocimiento, no será sorpresa constatar la multiplicación de intercambios de otras naturalezas, como los económicos y políticos. Así que podemos decir que es estratégico el homenaje recibido por el país en esta edición del aniversario de la Filbo.
La utopía de un pueblo como Macondo, que inscribió de forma inusitada su nombre en la geografía literaria del imaginario de lectores de todo el mundo, es un sueño posible de realizarse de muchas y creativas maneras.
Ana de Hollanda, ministra de Cultura de Brasil.
Macondo, ciudad mítica del imaginario latinoamericano, entró en el mapa de la literatura universal como un sueño, el de un escritor colombiano que ansiaba encantar personas. Inspirada en la Aracataca natal de Gabriel García Márquez, Macondo se entrelaza en la memoria de los lectores del mundo con la fuerza de una reminiscencia de infancia.
Ese poblado mágico, ficcional, que amplió de forma real la mirada sobre la geografía de Colombia, simboliza el poder de la literatura para establecer lazos duraderos, que nacen de la cultura, territorio de los afectos y de las ideas con potencial transformador. Por lo tanto, el homenaje que Brasil recibe en la 25ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), brinda una oportunidad para estrechar relaciones con Colombia y América Latina.
Durante los 15 días del evento, que comienza hoy, Brasil abrirá las páginas de sus libros para compartir historias, inquietudes y deseos. El gobierno brasileño lleva una comitiva de cerca de 50 escritores que traen consigo la historia literaria del país.
La amplia gama de debates y las actividades culturales realizadas en distintos lugares de la ciudad —espectáculos musicales, exposiciones y muestras de cine— tienen como objetivo ampliar la percepción de un país complejo. El pabellón brasileño en la Filbo, proyectado por escenógrafos de renombre (Daniela Thomas, Felipe Tassara y Álvaro Razuk), exhibirá fotografías de un Brasil que no encuadra en estereotipos.
Así mismo, la participación brasileña en la feria es una oportunidad para que se refuercen los intercambios directos con América Latina. Una vez consolidado el camino hacia el fortalecimiento de estos lazos culturales y el mutuo conocimiento, no será sorpresa constatar la multiplicación de intercambios de otras naturalezas, como los económicos y políticos. Así que podemos decir que es estratégico el homenaje recibido por el país en esta edición del aniversario de la Filbo.
La utopía de un pueblo como Macondo, que inscribió de forma inusitada su nombre en la geografía literaria del imaginario de lectores de todo el mundo, es un sueño posible de realizarse de muchas y creativas maneras.
Ana de Hollanda, ministra de Cultura de Brasil.