El Magazín Cultural

“Diccionario salsero”, pa’ que entienda mientras “azota baldosa”

El colectivo Salsa Sin Miseria comenzó difundiendo palabras salseras por redes. Gracias a la acogida de sus seguidores, el proyecto se convirtió en un diccionario de un vocabulario que muchos cantan, pero pocos entienden.

Kelly Rodríguez / krodriguezd@elespectador.com
10 de enero de 2019 - 02:00 a. m.
El colectivo Salsa Sin Miseria lo integran, de izquierda a derecha, Cristhian Rodríguez, Juliana Velasco, Junior Pantoja, Stephanía López, Sergio Valdés. / Cortesía
El colectivo Salsa Sin Miseria lo integran, de izquierda a derecha, Cristhian Rodríguez, Juliana Velasco, Junior Pantoja, Stephanía López, Sergio Valdés. / Cortesía

Si usted se considera salsero y buen sandunguero que echa “saoco” a ritmo de guaguancó escuchando el pregón, el güiro y el “titicó”, pero no entendió la frase anterior, quizá fracasó como “cumbanchero”. Muchos han “castigado baldosa” al ritmo de “Agúzate”, “Aguanilé”, “Químbara”, “Guararé”, y muchos otros himnos de la salsa mundial sin tener la menor idea de lo que significan estas palabras, claves en la semántica salsera.

Por ello, el colectivo caleño Salsa Sin Miseria se dio a la labor, desde hace dos años, de definir estas palabras entre un lenguaje ameno, jocoso y concreto para que los amantes de la salsa, o curiosos, le dieran sentido a esas expresiones que cantan, bailan y tararean. Empezaron por redes sociales, difundiendo definiciones de algunas palabras en Facebook, pero poco a poco los usuarios fueron mostrando gran interés por esta iniciativa que transmutó a producto editorial. Hoy ya se han vendido alrededor de 1.500 ejemplares de un libro de bolsillo llamado Diccionario salsero, que recopila 159 palabras con su respectivo significado y el nombre de una canción que la contiene.

Puede leer: Willie Colón y una época en la que la salsa fue resistencia

“El colectivo se unió por coincidencia. En determinado momento, emprendimos un proyecto que se inició con el fin de publicar lo que nos gustaba de la salsa y poco a poco fue tomando fuerza, entonces lo asumimos como una responsabilidad cultural con el ejercicio de la difusión salsera”, cuenta Júnior Adilson Pantoja Montoya, integrante del colectivo y autor del libro. En el equipo lo acompañan Stephanía López, publicista, encargada del tema de comunicaciones y medios; Juliana Velasco, abogada bogotana responsable de la parte legal y de algunos textos; Sergio Valdés, community manager; y Cristian Rodríguez, diseñador de la página. Ninguno es bailarín, músico ni cantante, lo único que tienen en común es el gusto por la salsa, que les entra por los pies, pues son bailadores empedernidos. No por nada el vínculo entre ellos se fue dando mientras coincidían en las salsotecas de la ciudad.

El fanatismo por la salsa hizo lo suyo. Estos rumberos se unieron no solo para “tirar paso” uno que otro fin de semana, sino para expandir y compartir sus conocimientos y pasión por el género. “En Facebook se abrió una página donde montábamos algunas canciones acompañadas de textos ligeros, cortos y con ese acervo caleño que nos caracteriza. Era algo así como ‘uy esta canción está chévere pa’ castigar baldosa’. Eso gustó mucho”, añadió Pantoja.

Pero quisieron más. Como golpe de campana salsera, les empezó a retumbar en la cabeza la idea de involucrarse con algo que no se hubiese explorado a profundidad en la salsa, pero que fuera posible con los recursos que tenían: diseño, fotografía y escritura. “Sergio me dijo: ‘Por qué no recogemos todos esos términos que están en la salsa que uno no sabe qué son. Vos que le pegás a la escritura, por qué no les creas los significados y empezás a trabajarle a eso’. Y lo hicimos”, recuerda Júnior. Una o dos definiciones por semana alimentaban un álbum en Facebook llamado, como el libro, “Diccionario salsero” y a la gente le encantó, se conectó tanto con la iniciativa que empezaron a recomendarles palabras para que las definieran.

Dos años más tarde, cuando Salsa Sin Miseria ya era popular en la capital del Valle, dieron un paso adelante. Con préstamo en mano y el miedo que produce la incertidumbre de no saber si funcionaría un libro salsero en un país que mucho baila pero poco lee, se echaron al ruedo. El lanzamiento del Diccionario salsero se hizo en junio de 2018 en la Biblioteca del Centenario de Cali. Para empezar, le apostaron a una publicación de 500 ejemplares y les fue como a un “batazo” (canción que ha alcanzado el éxito musical, según el Diccionario salsero). Se agotaron en el primer mes. Hoy ya están planeando el tercer tiraje, esta vez, de mil libros.

“Esto ha sido una sorpresa porque, al ser autogestión, buscamos los recursos económicos y teníamos miedo de si íbamos a recuperar o no ese dinero. Pero desde el lanzamiento, la respuesta del público fue inmediata y eso nos dio tranquilidad. Dicen que la salsa está muriendo, pero no. Además de proyectos musicales, hay otros investigativos y sí se puede”, explica Pantoja.

El libro está a la venta en puntos fijos de las principales ciudades del país (Bogotá, Medellín y Cali) y se hacen envíos gratuitos a escala nacional.

Puede leer: Rubén Blades: “Parte de las cosas que he hecho, las hice porque creía que iba a morir joven”

“Desde que empezamos a publicar estas definiciones vimos conexión con personas que tienen un recorrido en la salsa y que reconocieron este trabajo porque, más allá de recopilar algunas palabras, el documento físico no existía y siempre quisimos hacer un aporte. Creemos que el diccionario, además de ser un buen souvenir, ayuda a detectar, con más claridad, esos universos que confluyen en la salsa y dan cuenta de la idiosincrasia de un pueblo latino que coincidió en un espacio en algún momento y se empezó a masificar. Otra cosa importante es que no quisimos alejarnos de donde somos nativos: las redes sociales, y por eso las canciones referenciadas en cada definición forman una playlist en Spotify que se puede rastrear con el código QR que está en el libro”, afirmó el escritor.

Aunque, por ahora, el colectivo sigue enfocado en la difusión del Diccionario salsero, ya imaginan productos audiovisuales más complejos que contagien de “saoco” a su público en redes sociales y demuestren que la salsa en Cali es mucho más que rumba y “Agüelulo”.

Por Kelly Rodríguez / krodriguezd@elespectador.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar