El Magazín Cultural

Ditirambo: 30 años con telón arriba

Un grupo de teatro que resiste, se mantiene y es fiel a su esencia.

Carolina Guatava R.
05 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.
Rodrigo Rodríguez, actor y director de Ditirambo en la obra “El Ángel de la Culpa”. / Cortesía Ditirambo Teatro
Rodrigo Rodríguez, actor y director de Ditirambo en la obra “El Ángel de la Culpa”. / Cortesía Ditirambo Teatro

“Somos vecinos sensibles a la realidad social” es la descripción de Ditirambo en palabras de su director, Rodrigo Rodríguez, quien ha estado presente treinta años continuos junto a un grupo de teatro que resiste y se mantiene, al punto de convertirse en referente del sector cultural de nuestro país. Cuando Rodríguez pensó la esencia de su forma de narrar historias y la llamó Teatro popular mestizo analógico, jamás imaginó la fuerza que este estilo propio tomaría a largo plazo; al punto que hoy día se sigue madurando y fortaleciendo una propuesta estética que se afianza y se mantiene vigente y sigue el recorrido que le falta.

Dos sedes, tres salas, más de cuatrocientos espectadores por temporada, doce obras de repertorio, más de cincuenta obras teatrales llevadas a escena, hasta siete montajes en estreno de forma simultánea a escala local y nacional, premios nacionales e internacionales, más de 250 funciones al año de obras propias y cerca de 8.000 funciones en toda su trayectoria. Cifras que suman a los treinta años de trabajo constante y que se “convierten en los intangibles que les representan como grupo teatral”, en palabras de la actriz Margarita Rosa Gallardo.

Para hablar de Ditirambo y el trabajo que el grupo ha hecho por el teatro en Bogotá y leer lo que representa este espacio cultural, es más sencillo hacerlo desde la voz de quienes han pasado por allí. Karen García, percusionista de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, conoció a Rodrigo siendo muy pequeña. Asegura que “Ditirambo es un lugar que abre caminos”. Tuvo la oportunidad de estudiar y trabajar con el maestro y su paso por esta escuela le permitió crecer como artista y tener herramientas que hoy día aplica a su oficio; incluso dice que gracias a esta escuela perdió el miedo de hablar en público y aceptó que su voz no era fea y podía trabajarla.

Erika Valeska empacó sus sueños, tres monólogos de la autoría del maestro Rodríguez y se fue a recorrer el mundo. Después de crecer como actriz en la escuela de actuación de Ditirambo y haber pertenecido a ella como colaboradora, hoy la proclama como una familia que le permitió abrir las alas y lanzarse a un camino propio que lleva años andar, agradece a Rodrigo, a Margarita y a todos los que han hecho parte de ese espacio por darle la oportunidad de ser embajadora de este teatro en el mundo.

El director de teatro Ruderico Salazar Alzate, director artístico de El Pequeño Teatro, en Medellín, que tiene más de cuarenta años de trayectoria, habló del maestro Rodrigo como amigo y director. Destacó los lazos que durante años han fortalecido la escena teatral entre grupos que han tenido la posibilidad de presentarse en Ditirambo; asegura que sin estos lazos sería imposible mantener la resistencia que se hace mediante el tipo de teatro que representa este espacio.

La dramaturgia que destacan quienes han pasado por Ditirambo es la escrita por Rodríguez, que se puede considerar como patrimonio cultural de nuestra ciudad. Una dramática única y fuerte que utiliza el teatro como una herramienta de transformación social para denunciar explotación, abuso y corrupción. Es la única sala que ha logrado consolidar la profesionalización de una licenciatura en educación artística y artes escénicas. Ditirambo cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura, Idartes y la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. Un apoyo que se ha ganado al “trabajar por lo que se hace en casa”, como denomina Rodríguez la labor que hace Ditirambo.

Para dar un cierre al mejor estilo de Gilma Tocarruncho, personaje del monólogo Ni mierda pa’l perro, le preguntamos qué era para ella este espacio: “Ditirambo es una casa importante onde yo me he esarrollado. Que he esta’o práticamente esde que yo llegué aquí a Bogotá, con don Rodrigo Rodríguez y doña Margarita y todos los que han venido acá. Pero sinceramente, sinceramente lo único que a mí me gusta de Ditirambo es cuando todo el mundo llega y quiere cogeme a mí, les gusta de mí todo, todo práticamente de mí. Y que la gente cuando viene aquí se sienta y pela la papa conmigo”.

Por Carolina Guatava R.

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