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El día que murió la terrible Marta Traba

Uno de los más trágicos siniestros aéreos del mundo ocurrió el 27 de noviembre de 1983 en el municipio Mejorada del Campo, a 20 kilómetros de Madrid (España), cuando el vuelo 011 de la aerolínea Avianca se precipitó a tierra dejando 181 personas fallecidas. Entre ese grupo estaba la escritora colombo argentina Marta Traba.

Edgar Alfonso Aroca Campo, periodista (@Arocavox)
27 de noviembre de 2023 - 11:43 p. m.
Belisario Betancur le otorgó la nacionalidad colombiana a Marta Traba en 1982.
Belisario Betancur le otorgó la nacionalidad colombiana a Marta Traba en 1982.
Foto: Archivo particular

A finales de los años 60, Traba había sido expulsaba de Colombia por el presidente Carlos Lleras Restrepo, porque consideraba comunistas sus críticas, textos e ideas de avanzada; además veían mal que tuviera empatía con la revolución cubana, y que su nueva pareja fuera el escritor uruguayo Ángel Rama, otro comunista.

Su fructífera vida como escritora, crítica de arte, intelectual y ejemplo para nuevas generaciones de mujeres, fue borrado de tajo, obligándola a llevar una vida errante, hasta comienzos de los años 80, cuando el presidente Belisario Betancourt, para enmendar el error de su antecesor, la invitó a un encuentro cultural en noviembre de 1983, donde reuniría a varios de sus amigos y le entregaría la ciudadanía colombiana.

Con esa satisfacción, Marta Traba se embarcó la noche del 26 de noviembre de 1983 en el avión que la llevaría de París a Madrid, y luego de la escala, seguiría el viaje a Colombia. Pero el destino, con su poder de fatalidad, sentó en el mismo avión a la pianista catalana Rosa Sabater, al escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia, al también escritor peruano Manuel Scorza y a su amado Ángel Rama.

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Cuando el avión hacía la aproximación al aeropuerto Barajas de Madrid, ocurren varios hechos que contribuyeron al siniestro, como decisiones erradas de la tripulación, la imposibilidad de entender nuevos instrumentos que alertaban sobre la baja altitud y hasta el cambio de turno en el control aéreo del aeródromo madrileño.

El estruendo que despertó a Mejorada

Para 1983, en Mejorada del Campo habitaban ocho mil habitantes, quienes tuvieron que salir en la madrugada del 27 de noviembre con el frío del invierno, para auxiliar a los pocos que pedían ayuda. Jorge Capa, alcalde de esta población, recordó que los vecinos acudieron en masa, gestándose el movimiento de solidaridad jamás visto, al punto que ese día tomaron la decisión de fundar la Defensa Civil municipal.

Nieves Herrero es una de las más destacadas periodistas radiales de Madrid; ella recordó que ese suceso fue su primera salida periodística. Mientras iba en el taxi al lugar del accidente, reportaba por radioteléfono a la emisora. En el camino vio a una persona con un maletín a quien invitó a subir a su vehículo, y vaya sorpresa, cuando supo que era quien haría el levantamiento de los cuerpos.

La nobel reportera en su primer gran reto frente al micrófono, estuvo al lado del forense todo el tiempo. Hace un par de días, en su visita a la biblioteca municipal Almudena Grandes, de Mejorada del Campo, se aguaron sus ojos cuando recordó el momento, en especial, porque esa mañana vio a una madre abrazada tan fuerte a su hijo, que, debido a las llamas, eran un solo trozo de carbón.

El legado después de 40 años

Para honrar la memoria de las 181 personas muertas y resaltar a esa generación de intelectuales que murió en el accidente, las bibliotecarias Raquel Melero, Susana Adán y Esther Muñoz, con el respaldo de la concejala de Cultura del poblado, Marta Cumbreño, programaron todo el año lecturas de textos, visita al lugar del accidente, conferencias, instalaron altar de muertos y todo terminó este 27 de noviembre con un manifiesto y cinco minutos de silencio ordenados por el alcalde Jorge Capa.

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Para Raquel Melero, es llamativo que en el mismo momento se hayan perdido cinco personas tan representativas para la cultura de Iberoamérica, porque de haber muerto cada una por su lado, habría que recordarlas, pero al estar en el mismo lugar, hace que su recuerdo sea más evidente y se deba profundizar en el legado que nos dejaron.

El doctor en Historia del Arte, Cristian Padilla, además de ser una de las personas que más sabe sobre la obra del maestro Fernando Botero, también estudió a Marta Traba. En su libro La llamada de la tierra: el nacionalismo en la escultura colombiana, revisó las controversias que tuvo Traba con los artistas influenciados por el muralismo mexicano, que la consolidó cómo crítica y la movió a impulsar artistas modernos como Graut, Negret, Ramírez Villamizar, Obregón y Botero.

“Marta Traba venía de Francia, influida por el arte moderno europeo, llegó a Colombia en 1954, donde el movimiento del arte era masculino. Acá no había crítica o controversia, y el papel de los literatos era escribir palabras lindas y poéticas en torno a las obras de los artistas”.

Agregó: “Esta pequeñita argentina, con un sonido dulce de voz, pero con carácter furibundo, no tenía compromiso con artistas, y al desconocerlos, les hace comentarios honestos y sinceros. Eso es lo que no les gustó”.

Padilla comentó que Marta Traba criticaba a quienes estaban inspirados en el muralismo mexicano, porque el arte no debía ser un vehículo de pensamiento político, y el muralismo estaba vinculado a la izquierda, a huelgas, sindicatos, posiciones políticas a favor de los desfavorecidos y era un arte más narrativo.

“Ella apoyaba artistas que trabajan la pintura por sí misma, la expresión por sí misma, el gesto del color, la composición por sí misma, y por eso le da valor al arte abstracto de Obregón, Negret y Ramírez Villamizar, que eran artistas que ponían la plástica por encima del discurso”.

La generación que perdió Iberoamérica

Tanto Manuel Scorza como Jorge Ibargüengoitia, son aún figuras importantes de la literatura de Latinoamérica, con estilos inigualables, afirmó el periodista y escritor Caribe, Juan Carlos Guardela Vásquez. Ambos escritores tuvieron un impacto significativo al abordar temas sociales y políticos de sus respectivos países con estilos geniales.

“Scorza fue conocido por su serie de cinco novelas La guerra silenciosa, donde están Redoble por Rancas, Garabombo, el invisible, Historia de Garabombo, el invisible, Cantar de Agapito Robles y El jinete insomne (Póstuma), donde abordó temas como la explotación de los campesinos en los Andes y la resistencia contra la opresión”.

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También comentó que su trabajo destaca por el estilo poético y el compromiso social: “Su poesía pertenece a una de las tradiciones más fuertes de la poética revolucionaria en la cual están Ernesto Cardenal, Roque Dalton y otros”.

Guardela comentó sobre Ibargüengoitia que tiene una obra de transparencia sin igual en la forma, pero, y al tiempo, de una profundidad sobre el ser humano que es un camino abierto sólo por él, donde tiene de todo, hasta humor y literatura negra.

El mexicano fue también periodista prolífico y dramaturgo. Entre sus obras más destacadas se encuentran Los relámpagos de agosto, que es una novela satírica sobre la Revolución Mexicana; Las muertas, donde su texto está inmerso en la novela policiaca e Instrucciones para vivir en México, que revela a ese país con el humor sin igual que falta en el “seriote” panorama de la literatura.

Además de la narrativa, Ibargüengoitia también incursionó en el teatro y escribió varias obras de éxito. Según su esposa, bromeaba con los aviones y la posibilidad de que cayeran. Murió de esa manera.

Son 40 años en los que vale la pena redescubrir a estos artistas. Hoy el homenaje estuvo a miles de kilómetros de los lugares de origen de cada uno de ellos, salvo Rosa Sabater, la catalana. Por eso, si el destino les da la posibilidad de hojearles, será una positiva coincidencia para alegrar el alma.

Por Edgar Alfonso Aroca Campo, periodista (@Arocavox)

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Usuario(51538)28 de noviembre de 2023 - 01:43 a. m.
Belisario Betancourt, semejante bulto de sal: Palacio de Justicia, Armero y le da la nacionalidad a esa pobre señora para que se montara en un avión que se precipitó a tierra.
  • Usuario(51538)28 de noviembre de 2023 - 01:47 a. m.
    Además, esa bestia renunció a un mundial de fútbol, pero como buen paísorro embarcó a la Nación en el metro de los paisas, en lugar de dárselo primero a la Capital del país. Se murió sin contarles a los colombianos lo que sucedió cuando los milicos le dieron golpe de estado durante la criminal toma del Palacio de Justicia por parte de los terroristas del M-19. Un poetastro cobarde hasta el final.
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