El Magazín Cultural

El gurú de la música colombiana

Fue uno de los más importantes investigadores musicales, además de promotor de las manifestaciones tradicionales desde la radio y la prensa, incluido El Espectador. Un perfil del patriarca de la fonografía nacional, escrito por su biógrafo.

Mauricio Restrepo Gil*
11 de noviembre de 2016 - 02:47 a. m.
Hernán Restrepo Duque fue un visionario que vinculó, a las casas grabadoras, a multitud de artistas nacionales. / Archivo
Hernán Restrepo Duque fue un visionario que vinculó, a las casas grabadoras, a multitud de artistas nacionales. / Archivo

En junio de 1991, la Unión de Escritores y Artistas Cubanos invitó a Hernán Restrepo Duque para que dictara unas conferencias sobre la historia del bolero durante el Quinto Festival Boleros de Oro. El auditorio de La Habana estaba colmado por los investigadores más destacados del continente. Cuando Restrepo Duque y su acompañante, el crítico de cine Orlando Mora, hicieron su entrada al recinto, el moderador interrumpió y anunció el arribo de la delegación colombiana. De inmediato, los asistentes se pusieron de pie y saludaron con una ovación emocionada, que Mora siempre recordó.

De esa manera, los colegas investigadores de Latinoamérica hacían manifiesta su admiración y aprecio por alguien a quien siempre consideraron un verdadero genio.

Restrepo Duque fue un autodidacta apasionado por la música. Consagró su vida a los discos, la radio, el periodismo y a la investigación de los géneros populares latinoamericanos. Nació en Medellín el 6 de junio de 1927 y desde sus 19 años ya incursionaba en los medios radiales y escritos.

En 1952 fundó el programa radial Radiolente, donde dignificó al artista popular y comentó profesionalmente el disco. Por ello y por los más de 40 años que le consagró al espacio, fue considerado además el primer discjockey colombiano. Asimismo, fue director artístico de Sonolux –entre 1953 y 1974– y, durante su paso, la música andina y tropical colombiana llegó a su máximo apogeo en gusto y ventas. Hernán Restrepo fue un visionario que vinculó, a las casas grabadoras, a multitud de artistas, especialmente intérpretes de tango y bolero que venían de Argentina y México, y ordenó repertorios para Garzón y Collazos, Jaime Llano González, Helenita Vargas, Olimpo Cárdenas, Julio Jaramillo, Dueto de Antaño, Gabriel Romero, José Barros, Lucho Bermúdez, Matilde Díaz, Rafael Escalona y Leonor González Mina, entre muchos otros.

De la misma manera como su eterno objeto de deseo, la vida de Restrepo “giró” alrededor del disco fonográfico, pues sus primeras incursiones en la radio datan de cuando se estaban fundando Discos Fuentes, en Cartagena; Sonolux, Silver y Codiscos (Zeida), en Medellín; Tropical, en Barranquilla, y Sello Vergara, en Bogotá; y sus comentarios y columnas versaban en torno a esas primeras grabaciones.

Durante su permanencia en Sonolux, fue director de la RCA Víctor en Colombia, lo que le permitió producir inolvidables series de música antigua. La más famosa tal vez haya sido la colección Aquellas canciones, en la que compendió música grabada años atrás en Centro y Suramérica, en voces como las de Margarita Cueto, José Moriche, Juan Pulido, Briceño y Áñez, Agustín Magaldi, Libertad Lamarque, Sarita Herrera, Rafael Hernández, Peronet e Izurieta, los Hermanos Hernández, Benny Moré, el doctor Alfonso Ortiz Tirado y Juan Arvizu. Aquellas canciones no dieron abasto en las discotiendas. En las radios y en los hogares se escuchaban los éxitos de estos artistas desaparecidos hacía más de un cuarto de siglo. Estos discos, además, contenían enjundiosas notas del mismo Restrepo Duque sobre artistas, ritmos y periodos musicales.

Como cronista musical, colaboró en diarios de Medellín, Bogotá, Cali, Manizales, México, Buenos Aires y Madrid. De sus columnas periodísticas de opinión, quizá la más famosa fue la que llevó el nombre de su programa radial, Radiolente, que sostuvo en diarios como El Espectador y El Colombiano. Justamente, en una crónica de este diario, narró así cómo conoció La piragua y la manera como obtuvo la autorización del maestro José Barros para hacer la primera grabación de esa pieza, en Sonolux:

“Es impresionante lo que vive y siente el pueblo vallenato su música. Y lo que quiere a sus intérpretes. Estas cosas tienen que vivirse, sentirse en carne propia, para creer en ellas. Son emocionantes. Ponen la piel de gallina. Y nos parece vivir momentos de leyenda y de poesía, solo presentes en las cuartillas de los viejos cronistas o en los relatos de Gabo, la pasión con que se toman estas cosas, y se hace de los grandes maestros de la canción popular, verdaderos ídolos populares. Llevaremos siempre con nosotros, como imborrable impresión, los ratos en la casa de don Hernando Molina, escuchando las improvisaciones de [Toño] Salas y [Emiliano] Zuleta. La maestría inconcebible de [Andrés] Landeros y su gesticulación elegante y señorial. La alegría de Abel Antonio Villa. Y las parlas históricas de José Barros en los viejos corredores”.

Muchos otros oficios desarrolló Hernán Restrepo Duque. En compañía de Ramón Ospina, fungió como narrador taurino; publicó media docena de libros, entre los que figuran Lo que cuentan las canciones, La gran crónica de Julio Flórez, y A mí cánteme un bambuco. Con el maestro Jaime Llano González fundó la empresa discográfica Producciones Preludio, en 1975. También impulsó asociaciones artísticas tales como La Casa Gardeliana, en Medellín, y los festivales Antioquia le canta a Colombia y Mono Núñez, entre otros.

Hernán Restrepo Duque murió en Medellín en un absurdo accidente automovilístico, el 11 de noviembre de 1991. Demasiado pronto, pues estaba en su etapa más productiva como escritor y conferencista, y apenas comenzaba a recolectar los frutos de su trabajo en la fonografía nacional.

En diciembre de 1992, su colección de música y libros fue adquirida por la Gobernación de Antioquia, para formar la Fonoteca Hernán Restrepo Duque. Una manera de preservar el legado de un baluarte de la música nacional. Alguien a quien el investigador cubano Cristóbal Díaz Ayala llamó “el gurú de la música latinoamericana” y a quien Daniel Samper Pizano, sin asomo de hipérbole, bautizó “nuestra enciclopedia británica en materia de música nacional”.

* Contador y abogado. Miembro de la Academia Antioqueña de Historia y de la Academia de Tango del Uruguay. Autor del libro Hernán Restrepo Duque, una biografía.

Por Mauricio Restrepo Gil*

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