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Joe Sacco, autor de cómics, decidió abandonar el periodismo tradicional para dedicarse a viajar por el mundo y hacer reportajes sobre el conflicto árabe-israelí, el serbio-bosnio, el checheno y la Primera Guerra Mundial. “En cierto modo me decidí a olvidarlo y seguir otra ruta, que fue, básicamente, desarrollar mi afición, que ha sido el dibujo, y ver si podía ganarme la vida con eso”, le dijo Sacco a la BBC.
Sus libros no sólo describen los brutales acontecimientos de las guerras, sino que abordan los conflictos desde la perspectiva de los más desprotegidos, de los olvidados, de los que no tienen voz, aquellos para los que no hay justicia, aquellos que nunca buscaron la guerra: una anciana chechena que no sale de su establo para ir a cobrar su pensión por miedo a ser asesinada o una madre palestina que espera por horas el traslado de su hijo gravemente herido a un hospital en Jerusalén. Al mismo tiempo, los cómics tratan de mostrar la cotidianidad, la vida que continúa en medio de una guerra, lo que sigue sucediendo o lo que de todas maneras surge aún en las situaciones más adversas.
Y al margen de las ilustraciones está Sacco, siempre dibujándose a sí mismo como un testigo silencioso y camuflado que toma fotos, escribe notas, hace entrevistas.
En el Hay también estará presente Irvine Welsh, quien dejó el colegio a los 16 años y cambió muchas veces de trabajo hasta emigrar a Londres con el movimiento punk. A finales de los años ochenta volvió a Escocia para dedicarse a la escritura.
Welsh, quien escribe en su dialecto nativo escocés, es reconocido por la novela Trainspotting, cuya adaptación cinematográfica fue aclamada por la crítica. La novela, plagada de sexo, drogas y rock and roll, que se desarrolla en Edimburgo y Londres y está escrita en el registro bajo y áspero del lenguaje callejero, refleja el mundo de unos desesperanzados jóvenes heroinómanos. Renton, el protagonista, rechaza la sociedad burguesa tradicional, pero su amarga experiencia con la droga lo hace reaccionar y querer salvarse de la autodestrucción.
Por su parte, John Boyne, autor de la exitosa novela El niño con el pijama de rayas, se preocupa por rescatar la perspectiva muchas veces olvidada de los niños en la guerra. Con esa, además de su última novela, Quédense en la trinchera y luego corran, Boyne se adentra en las desgarradoras experiencias de unos niños que tuvieron que estar en la difícil posición de pasar su infancia en medio de las dos guerras mundiales. De nuevo, un autor que le da voz a los que no la tienen.
También el escritor israelí Nir Baram habla en uno de sus libros acerca de un grupo de jóvenes londinenses, unos desilusionados idealistas, unos marginados sociales que tratan de sobrevivir sin tener un hogar ni un trabajo, pero se esfuerzan por hacer algo que le dé un vuelco radical al orden establecido.
Baram también habla en su novela Good People, que ya tiene una traducción al español, de la Segunda Guerra, pero convirtiéndose en el primer escritor israelí que se aproxima al holocausto judío desde una perspectiva inesperada: la de los colaboradores, aquellos que no ven la sangre y la muerte, pero la promueven y la permiten.
Por último, entre muchos otros autores que participarán en el festival, se encuentra Beatriz Preciado, una filósofa feminista española que se ha convertido en los últimos años en una de las principales referencias de la teoría queer en el mundo. En Testo yonqui habla de su propia experiencia con el gel de testosterona. Y en una obra anterior, Manifiesto contrasexual, reflexiona sobre la distorsión del concepto de género a través de los tiempos, la manipulación de la sexualidad y el control del cuerpo por parte de una sociedad contemporánea que vende e impone identidades y que todavía no ha dejado de ser heterocéntrica, excluyente y discriminadora.
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