El Magazín Cultural

Esculturas mágicas brillaron en la Sala

Un recorrido inusual por la música de cámara nos brindó la programación de la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango en el marco del Año Colombia-Francia. El domingo 23 de abril, la presentación del Ensamble Hope fue una experiencia asombrosa y significativa.

Melissa Vargas
12 de mayo de 2017 - 11:38 p. m.
Marc Antoine Millon, Armelle Marq y Frédéric Bousquet son los integrantes del Ensamble Hope.  / Gabriel Rojas
Marc Antoine Millon, Armelle Marq y Frédéric Bousquet son los integrantes del Ensamble Hope. / Gabriel Rojas

Marc Antoine Millon, Frédéric Bousquet y Armelle Marq son los integrantes de un particular ensamble al que llaman de “geometría variable”. La instrumentación que usaron para este concierto fue un dúo de cristales de Baschet, en dos versiones distintas tanto en registro como en fecha de construcción. Estos instrumentos están inspirados en las estructuras sonoras Lasry–Baschet creadas por la organista Yvonne Lasry, el pianista Jasques Lasry y los hermanos François y Bernard Baschet en la década de los años 50.

La sonoridad de los cristales de Baschet es producida principalmente por el frote de los dedos húmedos sobre unos tubos de cristal que producen vibraciones. Estas, a su vez, hacen vibrar unas varillas y placas de metal que están conectadas a bocinas hechas de láminas metálicas o (en sus versiones más modernas) combinación entre polietileno y silicona. También cuenta con un pedal para darles espacio a las distorsiones al ser accionado. El resultado es un sonido muy cercano a los órganos de tubo, pero con combinaciones de espectro armónico y distorsiones particulares. También es posible tocar estos instrumentos con baquetas, golpeando las láminas metálicas y arcos de cuerda frotada, entre otros.

Como era de esperarse, al ingresar a la Sala, los cristales de Baschet fueron una sensación entre el público; los instrumentos estaban ya en el escenario y todos podíamos verlos. El público comentaba, iba de un lado a otro, tomaba fotos, hacía preguntas, había un aire de descubrimiento y eso me llenó de emoción, trajo al presente la reflexión sobre el oficio del inventor- luthier (constructor de instrumentos) en pleno siglo XXI, quien puede aprovechar al máximo las tecnologías digitales y los numerosos estudios en acústica que se han desarrollado.

El concierto comenzó con la voz de Armelle Marq, interpretando dos de las Sette corte melodie da Michelangelodel compositor italiano Gualtiero Dazzi. La soprano cantó desplazándose desde el centro de la Sala, en medio del público, hasta llegar al escenario. Su voz conmovió, no solo por la delicadeza de las melodías sino también por la especial encarnación de los textos. Luego comenzó, de forma inmediata, la interpretación de dos obras para dúo de cristales Baschet compuestas por el francés Frédréric Bousquet, uno de los intérpretes del ensamble. El carácter hipnótico de las resonancias usadas en estas piezas develó poco a poco el funcionamiento del instrumento y la rareza de su mundo sonoro.

También fueron incluidas en el programa obras de compositores como Georg Friederich Händel, Johann Sebastian Bach, Erik Satie, Manuel de Falla y Samuel Barber, escritas originalmente para otros instrumentos y arregladas para voz y cristales de Baschet. Fue muy lindo escuchar la versión de Meditation de Avant-dernères de Erik Satie, original para piano solo, cuyas resonancias parecían estar diseñadas específicamente para las estructuras Baschet.

La innovación instrumental y la conciencia de la técnica actual, tanto en la interpretación como en la composición, tiene unos retos particulares, sobretodo en términos de repertorio. Para resolver parte de este complejo escenario el ensamble ha venido trabajando con compositores, comisionando obras creadas para sus particulares instrumentos en combinación o no con la voz. Varias de estas piezas fueron presentadas en la parte final del concierto. Por ejemplo, la exquisita obra del británico Roger Steptoe titulada La lune blanche y —dedicada al Ensamble Hope en  2008, nos dejó escuchar la ternura y suavidad vocal de la soprano; o la percusiva y experimental Sternchenlied, compuesta entre 2012 y 2013 por el francés Bruno Giner , enfatizó el uso de percutores y arcos sobre las láminas metálicas.

El concierto cerró con la adaptación para voz y cristales de Baschet de Antigone realizada por Marc Antoine Millon en 2006. En ésta, el también intérprete del ensamble, exploró timbres y registros variados en los instrumentos. No hubo bis pero el público con sus elocuentes aplausos invitó tres veces al Ensamble Hope a regresar al escenario y saludar. Al final, Fréderic Bousquet nos regaló una extensa explicación sobre el funcionamiento e historia tanto de los instrumentos como de las esculturas Baschet. En ella mencionó el importante trabajo de Ernst Friedrich Chladni —inventor del euphone— para la construcción de las mismas y reiteró en la necesidad de incluir nuevas obras escritas para el ensamble dentro de su repertorio. Asimismo, convocó a las nuevas generaciones a interpretar este novedoso instrumento.

Un presente mágico recibió el público asistente al concierto del Ensamble Hope en  la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, la posibilidad de escuchar nuevos sonidos, nuevas máquinas sonoras y conocer a un grupo de intérpretes renovados que con su pasión nos invitaron a experimentar con la vida.

Por Melissa Vargas

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