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Historia de la literatura: “Edipo Rey”

En la cuarta entrega de este especial sobre la literatura en Occidente, presentamos Edipo Rey, de Sófocles.

Mónica Acebedo
21 de octubre de 2020 - 02:00 a. m.
Óleo de Edipo y Antígona (1828) de Antoni Brodowski.
Óleo de Edipo y Antígona (1828) de Antoni Brodowski.
Foto: Archivo Particular

«Existe sobre la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y es también trípode. Es el único que cambia su aspecto de cuantos seres se mueven por tierra, por el aire o en el mar. Pero, cuando anda apoyado en más pies, entonces la movilidad en sus miembros es mucho más débil.» Así reza el enigma de la Esfinge (monstruo con rostro de mujer, cuerpo de perro, garras de león, alas de ave y cola de dragón) que tuvo que solucionar Edipo para convertirse en rey de Tebas. Él respondió: «[…] Te has referido al hombre, que cuando se arrastra por tierra, al principio, nace del vientre de la madre como indefenso cuadrúpedo y, al ser viejo, apoya su bastón como un tercer pie, cargando el cuello doblado por la vejez.»

Edipo rey es una de las más conocidas tragedias de Sófocles, tal vez por aquello del «complejo de Edipo», estado al que Freud denominó ciertas actitudes y sentimientos de las personas hacia su madre. El afamado dramaturgo griego nació en Colona en el año 496 a.C. y murió en Atenas en el 406 a. C. Vivió durante el apogeo del teatro clásico griego y fue uno de sus principales representantes; amigo de Pericles, Heródoto y de otras personalidades influyentes en el mundo griego. De acuerdo con historiadores fue autor de una de las más vastas producciones literarias de la época, cuya mayoría se perdió con el paso del tiempo. De hecho, a nuestros días solamente nos han llegado fragmentos de algunas y nada más siete obras trágicas completas: Edipo rey, Antígona, Áyax, Las Tranquinias, Filoctetes, Edipo en Colona y Electra.

Si bien los problemas psicológicos asociados a la mencionada complexión freudiana provienen de una obsesión y relación con la madre, que de alguna manera se presenta en esta compleja tragedia, la trama de la obra de teatro se distancia de los elementos constitutivos que le ha otorgado la psicología moderna, ya que Edipo se une a su madre sin saber que es su progenitora biológica. Recordemos el argumento: Tebas es azotada por una peste que afecta los campos y los animales. Edipo, su rey, desea poner fin a esta terrible calamidad. La única forma de solucionar el problema es descubrir el culpable del asesinato de Layo, el rey anterior. Edipo decide, a toda costa, iniciar la investigación para liberar a la ciudad de los tormentos.

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Edipo se había legitimado como rey de Tebas luego de haber solucionado el mencionado enigma de la Esfinge y de esta forma había podido casarse con Yocasta, la esposa de Layo, el rey precedente que había sido asesinado. Yocasta y Edipo tuvieron dos hijos, dos hijas y su vida como monarca tebano fue normal hasta la llegada de la terrible peste. Lo que no sospechaba Edipo era el desenlace de su investigación: Layo era su padre y él mismo lo había matado sin saber que era su progenitor. Layo, cuando Edipo había nacido había recibido una información del oráculo, según la cual su propio hijo le daría muerte. Por eso había pedido a su criado que lo llevara lejos y le diera muerte. Sin embargo, el hombre no tuvo corazón para asesinar un bebé y lo entregó en adopción a los reyes de Corinto (Pólibo y Merope). Luego, por diferentes circunstancias, el oráculo se cumplió: Edipo partió de Corinto en busca de su pasado y en el camino se vio abocado, sin saberlo, a matar a su padre y a casarse con su propia madre. Al conocer esta terrible verdad se cegó a sí mismo.

La obra de teatro es parte del ciclo tebano (obras literarias que narran acontecimientos de los descendientes de Lábdaco en Tebas). Desde el punto de vista estructural se podría decir que Edipo rey contiene un comienzo de lo que posteriormente será la narración policíaca o detectivesca; también utiliza como aparato narratológico el juego con el tiempo, pues la tragedia se presenta a los espectadores en secuencias no lineales. Maneja varios temas fundamentales para la cultura griega del momento: (I) el destino es ineludible, los humanos no pueden contener su fuerza por más que lo intenten y por lo tanto el ser humano es una víctima de un porvenir prestablecido; (II) de igual manera la obra presenta una idea tabú en las relaciones familiares; (III) así mismo rezuma la necesidad inminente de que prime la verdad y (IV) también actúa como un mecanismo de afirmación del poder de los dioses y diosas.

Precisamente, Aristóteles utiliza esta tragedia en su Poética (335 a.C) para explicar el concepto de «anagnórisis» o «agnición» que es el cambio dramático de la ignorancia a la revelación y al reconocimiento: el momento fatal en el cual Edipo se da cuenta, no solamente de que ha matado a su propio padre, si no que se ha casado con su madre. El desenlace desgraciado resulta de la trama misma, no de un mecanismo externo y esto hace que se trate de una verdadera tragedia. Nietzsche, por su parte, se refiere en El nacimiento de la tragedia (1872) a Edipo rey como una obra trasgresora por presentar una ruptura de las reglas sociales y el orden natural.

En resumen, se trata de uno de los referentes más importantes de la historia de la literatura en general, del teatro en particular, obra cumbre de la tragedia griega y germen de variados estudios sociológicos y psicológicos.

Por Mónica Acebedo

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