El Magazín Cultural

La memoria de los bogotanos hecha arte

Deterioro y poder es una exposición de las artistas Carmen Argote y Mandy El-Sayegh sobre las memorias de sus raíces y experiencias bogotanas traducidas en elementos reciclados.

Sandra Fernández
05 de octubre de 2018 - 05:39 p. m.
Imagen de una de las obras de la artista Mandy El-Sayheg, de la serie ‘Four Seasone’, que se exhibe en la galería Instituto de Visión, de Bogotá.  / Cortesía
Imagen de una de las obras de la artista Mandy El-Sayheg, de la serie ‘Four Seasone’, que se exhibe en la galería Instituto de Visión, de Bogotá. / Cortesía

La construcción identitaria surge de actos que marcan la vida humana y del conocimiento transferido por la familia representando ciertas tradiciones arraigadas al territorio; este aprendizaje se reconoce entonces en un recorrido que en sitios foráneos adquiere otra dimensión, una de nostalgia y de reminiscencia. Los elementos, entonces, que toman lugar en el entorno se desmoronan en pequeñas historias que traen de nuevo a la memoria vivida y transferida, mientras son constituidos en un espacio determinado como esculturas que se transforman y traducen la relación artística con el contexto y experiencia personal.

Es así que tras recorrer la exposición ‘Deterioro y poder’ en la galería Instituto de Visión, los elementos cobran un valor personal, capaz de transmutarse mientras se especifica su cercanía con el territorio colombiano y la noción de paisaje. La artista mexicana Carmen Argote, y la británica de ascendencia palestina, Mandy El-Sayegh, transforman los objetos encontrados en el mercado de Paloquemao, el 7 de agosto y el centro de la ciudad de Bogotá, para evidenciar no solamente el contraste con sus territorios provenientes, sino para exaltar esa hibridación entre lo rural y lo moderno.

“Una de las cosas que unen a los artistas de la galería es que participan, exploran y utilizan elementos poéticos para hablar de algún contexto específico”, dice la curadora de la exposición, Beatriz López, sobre los aspectos que unen a las artistas en la exposición y es que ambas utilizan objetos que ya no se usan para darles un significado específico. Este factor se ve frecuentemente cuando aparecen elementos como ollas y sábanas reconstruyendo un territorio que evidencia la modernidad contrastada con lo rural en la obra de Carmen Argote ‘The processes of Modernization # 1’ y dialogando precisamente sobre el aspecto territorial en la obra de Mandy El-Sayegh de la serie ‘Four Seasone’, inspirada en uno de los monumentos de la ciudad de Bogotá ubicado en el Parque Naciona,l para crear un mapa topográfico de Colombia con sus pisos térmicos.

“Estas tensiones sobre las nacionalidades o sobre los ciudadanos internacionales que ambas comparten, como por ejemplo, su memoria con el territorio de su pasado, ha sido expuesto frente a ellas por parte de sus padres; ellas no tienen una memoria propia sobre la geografía de su pasado; entonces ambas viven de construcciones imaginarias de lo que fueron sus territorios”, explica la curadora, porque precisamente sus no experiencias que se convierten en memorias compartidas por parte de su familia sobre el origen palestino y chino de Mandy El-Sayegh y el origen mexicano de Carmen Argote suelen manifestarse en sus proyectos artísticos, así se configuran dentro de la memoria que constituye un paisaje culturalmente diverso que se traduce en sus experiencias con el paisaje colombiano.

Según Beatriz López: “La exposición se llama ‘Deterioro y poder’, porque para Mandy es interesante cómo los cuerpos deteriorados, los cuerpos en un estado patológico adquieren un poder de la misma manera que el territorio de Palestina (…), y para Carmen, cómo este deterioro desde el aguacate en su momento de putrefacción adquiere una simbología específica, se convierte en pintura y trasciende de su propia materia para convertirse en un elemento estético que adquiere poder.

La serie de Carmen Argote, ‘Embarrado’, representa el estado de un cuerpo ausente, el espacio específico que ocupa el cuerpo de un vendedor en los puestos de mercado es representado en blanco, mientras un aguacate es embarrado dejando las marcas de los dedos en un papel que representa todo un paisaje imaginado a partir de su experiencia en la Plaza de Paloquemao. “Las relaciones geopolíticas y económicas que implican la producción, comercialización y consumo del aguacate, así como la relación entre territorio político y cuerpo, son puntos de partida para esta exposición que surge de la convivencia de las artistas Carmen Argote y Mandy El-Sayegh”, dice el texto curatorial de la exposición. A partir de esta relación se definen tres lineamientos que convergen para trazar un diálogo, mientras se visita la exposición: la experiencia, la memoria y el lenguaje que se manifiesta a través de elementos que juegan un valor importante dentro de las dinámicas de ciudad que se asocian entre lo rural y lo moderno.

 

Por Sandra Fernández

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