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La Esquina Delirante LXXXV (Microrrelatos)

Este espacio es una dentellada a la monotonía, mediante el ejercicio impulsivo y descarado de la palabra escrita.

Autores varios
28 de agosto de 2021 - 04:49 p. m.
Bienvenidos todos los microrrelatos a laesquinadelirante@gmail.com, máximo 200 palabras.
Bienvenidos todos los microrrelatos a laesquinadelirante@gmail.com, máximo 200 palabras.
Foto: PXFUEL

Depredador

Una frase, otra... Y no muchas más. Escribía minificción para inocular a los lectores convirtiéndolos en ávidas sanguijuelas hambrientas de pequeños bocados de imaginación. Ellos no se percataban de la metamorfosis hasta que él, feliz, las engullía y el ciclo recomenzaba.

Angélica Santa Olaya D.R (México)

La última voluntad

Victoria, hablé con Arturo por teléfono; me contó que la junta médica lo desahució. No quiere que nadie se entere, no quiere que lo lloren, no quiere que le den las “condolencias a un muerto en vida”. Le dije que solo te contaría a ti. “Quiero morir tranquilo”, me insistió. ¿Lo estás?, le pregunté, y me dijo que sí, que estaba tranquilo, que no me preocupara. “Quiero irme de viaje”, empezó a decirme con la voz quebrada, “quiero morir en otro país; viajar a Chile, conocer Magallanes y Santiago; luego cruzar al Brasil y después bajar al Uruguay; si el dinero alcanza, también me gustaría conocer Edimburgo y Londres; o al revés, da igual morir en cualquier parte”. No supe qué decirle. Le pedí que por lo menos telefoneara a despedirse. Qué lástima, Arturo, le dije, lo siento mucho. Bueno, y le sugerí que me parecía muy imprudente viajar en esas condiciones. “No”, me respondió, “me parece muy valiente andar con el cadáver de una parte a otra”.

Juan Sebastián Padilla

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Baile de salón

Él la toca en la frente. Ella cae. Cae como hoja de otoño que, frágil, se deja llevar por el viento, montada en un columpio. Empleando el tiempo justo para no perder la atención del público, llega hasta el suelo; yace allí mientras la expectativa crece, como antesala para el segundo movimiento del espectáculo; esta vez, en contra de la gravedad.

Como bailarina experta en danza contemporánea, expresa con su cuerpo la verdad de la transformación, de la nueva vida deseada por todos los asistentes. La acción ensayada se repite en otros danzantes contagiados, mientras que el resto de concurrentes, conmovidos, levantan sus manos al cielo para que se extienda la energía que libera de todo mal por los siglos de los siglos, mientras que pagues el diezmo. Amén.

Pedro Organista

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Rojo íntimo (antes de la pandemia)

Cualquier día. La mañana aún no despierta. Próximas paradas: Alcalá y Prado. Dos miradas que buscan; solo un espacio libre. Ella da un paso a la izquierda; él, uno a la derecha. Encuentro, sus pies entrelazados, las rodillas se rozan y se evitan. Una parada que desequilibra. Ella busca apoyo, se sostiene en su brazo. Por un instante, las miradas se tocan y huyen. El arranque los junta; casi un abrazo. Ella se sonroja al ver el beso en su camisa blanca. Disculpe, disculpe. No se preocupe, era inevitable.

Laura Cala

Por Autores varios

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