Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              20 de febrero de 2024 - 07:16 p. m.

                                                                                                                              La esquina delirante (Microrrelatos)

                                                                                                                              La esquina delirante es un espacio para decir la mayor cantidad de cosas en el menor espacio posible. En estas historias, la literatura y la brevedad lideran una carrera en la que todo se vale, excepto extenderse demasiado.

                                                                                                                              Autores varios

                                                                                                                              La literatura de microrrelatos en América Latina se ha enriquecido gracias a la diversidad de voces que han contribuido al género, entre las cuales destacan figuras como Augusto Monterroso, Guillermo Samperio o Ana María Shua. Estos autores, a través de la economía de palabras, han logrado capturar la esencia de la narrativa en fragmentos breves. La literatura de microrrelatos representa un terreno para la creatividad y la exploración narrativa.
                                                                                                                              Foto: Isabella Garzón Alvarado

                                                                                                                              Mi colección

                                                                                                                              Me encanta verlos en la vitrina, se ven maravillosos, son mi tesoro. Cada uno de mis muñecos irradia una personalidad diferente: uno es roquero; otro, rapero; también tengo un bailarín y un cantante.

                                                                                                                              Me gusta sentarme en mi sillón rojo aterciopelado. Siento satisfacción al observarlos. Admirar sus rostros pálidos, demacrados y petrificados. El proceso de embalsamiento produce en mí tanta fascinación, que no puedo evitar mirarlos horas, tras horas.

                                                                                                                              —Por favor, déjame salir. — Gritó el nuevo, moviéndose con desespero, impaciente e inquieto por soltar sus manos, moradas y ensangrentadas, atadas a la camilla.

                                                                                                                              —Silencio, amor mío. Pronto serás parte de mi colección.

                                                                                                                              Isabella Garzón Alvarado*

                                                                                                                              Le puede interesar: Rusia y la historia del Gulag, según la periodista Anne Applebaum

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Feliz Nochebuena

                                                                                                                              Mi abuela detestaba la Navidad; cada diciembre, con su misma expresión neutral, se encargaba de quitar el árbol, que con tanto esmero habíamos armado. Rápidamente nos quejábamos entre gritos.

                                                                                                                              –¡Abuela! No sea tan egoísta. Usted ya está vieja para quitarnos un mísero adorno, déjenos por lo menos tener un arbolito.

                                                                                                                              Ella, implacable, no cedía y guardaba todas las decoraciones en una habitación que tenía la puerta con llave. Según lo que nos habían contado nuestros tíos, esa era la habitación de nuestra madre, quien había fallecido cuando nacimos.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Así pasaba cada diciembre, entre quitar las decoraciones, gritar y ver cómo nuestros compañeros disfrutaban de una festividad que nosotros nunca pudimos gozar. Tan solo éramos unos niños ignorantes de la realidad de un país entero.

                                                                                                                              Sin embargo, no fue hasta muy tarde que nos dimos cuenta de que cada noche llantos y gritos de dolor fusionados con los ritmos de “Los Hispanos” inundaban nuestra pequeña casa. Era ella, nuestra abuelita, quien sufría los estragos del secuestro, desaparición y posterior asesinato de María, su hija menor y nuestra madre, en pleno 24 de diciembre a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y que fue encontrada, años después, en una fosa común en San Vicente del Caguán.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Emanuella De Luca*

                                                                                                                              Le puede interesar: Martin Scorsese reflexiona sobre la tecnología y la voz en el cine durante la Berlinale

                                                                                                                              Cielo

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              En la primera habitación de la casa junto al mar, la mujer recordaba cómo los momentos más importantes de su vida sucedieron sobre esa playa que juntos llamaban hogar. Allí lo conoció, lo amó, y aceptó que él la dejase de conocer, ya que, hace cuarenta años, había empezado una danza de constantes preguntas: “¿Qué es esto? ¿Qué hago en esta casa?”. El punto de no retorno fue: “¿Quién eres tú?”

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              En la habitación contigua ocurría un cambio en las profundidades de la mirada desconectada que, desde hace mucho tiempo, veía todo por primera vez. Como olas que erosionan la costa, el brillo almibarado de su cabello, el juego de su risa y cada detalle de su amor se colaban en su mente. Al comprender que volvía a saber quién era ella, dijo con todas sus fuerzas: “Cielo, ven”.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Atónita, la esposa corrió, y sin dar crédito a lo que había escuchado, le preguntó: “¿Cómo? ¿Por qué?”. Con inmensa claridad él le respondió: “Podré olvidar lo que pasó, pero no como se sintió. Nunca podría olvidar tu amor”.

                                                                                                                              En esa noche de verano, juntos recordaron. Y al amanecer, bajo la ilusión de un nuevo comienzo, ella despertó emocionada por escucharlo pronunciar su nombre una vez más. Pero entonces, él preguntó: “¿Quién eres tú?”.

                                                                                                                              Juana Duarte*

                                                                                                                              Le puede interesar: Campaña en redes para que el Museo Británico regrese escultura moai de Isla de Pascua

                                                                                                                              ¿Me permite usted?

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Homenaje a la película: Pearl

                                                                                                                              Pearl siente cómo las hojas y las tusas de maíz le arañan la cara. Al llegar al claro, se detiene y observa con cuidado su objetivo: un espantapájaros raído y descolorido colgado de una cruz. Escalando con destreza llega arriba, lo rodea con sus brazos y le pregunta:

                                                                                                                              —¿Me permite este baile?

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Tras su cuestionamiento, empuja a su pareja de baile de la cruz donde estaba colgado y ella misma se tira también. Le quita el sombrero que hace parte de la indumentaria propia de un señuelo de ese talante y enseguida empieza su actuación. Revolea al muñeco con fuerza, sus pasos tienen un ritmo desordenado y las cañas de paja vuelan por doquier, mientras dentro de la cabeza de Pearl suena una orquesta acompasada.

                                                                                                                              Al terminar el espectáculo, tira al suelo a su compañero y se le sube encima. Sus labios tocan la sucia sábana que mantiene todo el heno junto; enseguida su lengua empieza a bailotear simulando un beso apasionado, pero solo logra arrastrar el barro y el polvo ya presentes en el arremedo de monstruo.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Cuando se separa ligeramente de su víctima, algo extraño ocurre. En reemplazo de los botones hundidos como ojos y de los hilos cosidos como boca, está la cabeza humana y palpable del proyeccionista del que Pearl había quedado encantada. Lo aparta con fuerza y grita furiosa:

                                                                                                                              —¡Tengo esposo!

                                                                                                                              Laura Rico*

                                                                                                                              Le puede interesar: Justicia chilena ordena reapertura de investigación por muerte de Neruda

                                                                                                                              Amor en cuatro tiempos

                                                                                                                              El invierno, siempre tan solo, silencioso, nostálgico, que trae de nuevo tu recuerdo a mi mente. Es difícil ver alrededor y no encontrar un culpable claro. Creo que nos perdimos en el temor, pero… ¿temor a qué? ¿Al rechazo? ¿Al dolor?

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Aún guardo en mi memoria el día que nos conocimos: tu vestido resplandecía e inundaba todo el lugar con tu luz; tu cabello, decorado con hermosas rosas, hacía juego con tu esencia y formaban la postal perfecta de primavera.

                                                                                                                              El verano llegó y con él toda nuestra pasión; sin embargo, la ola de calor fue mágica y efímera. De repente, junto a cada hoja que caía, nuestro amor se desvanecía.

                                                                                                                              Sin importar la estación, es imposible que no pase un día sin pensar en ti. Tal vez no estábamos destinados el uno al otro, o tal vez sí, nunca lo sabremos y viviremos siempre en ese tal vez.

                                                                                                                              En mi realidad, tú solo eres un recuerdo, y el frío del invierno fue tan fuerte que ya congeló mi corazón.

                                                                                                                              Sebastián Rosas*

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Le puede interesar: “Raíces y visiones”: un diálogo artístico entre Ecuador y Colombia

                                                                                                                              Si está interesado en escribir para La esquina delirante, puede enviar su microrrelato al correo: laesquinadelirante@gmail.com, y seguir la cuenta de Instagram @lacasaliteraria_ (Máximo 200 palabras, con el nombre del autor y la nacionalidad).

                                                                                                                              La literatura de microrrelatos en América Latina se ha enriquecido gracias a la diversidad de voces que han contribuido al género, entre las cuales destacan figuras como Augusto Monterroso, Guillermo Samperio o Ana María Shua. Estos autores, a través de la economía de palabras, han logrado capturar la esencia de la narrativa en fragmentos breves. La literatura de microrrelatos representa un terreno para la creatividad y la exploración narrativa.
                                                                                                                              Foto: Isabella Garzón Alvarado

                                                                                                                              Mi colección

                                                                                                                              Me encanta verlos en la vitrina, se ven maravillosos, son mi tesoro. Cada uno de mis muñecos irradia una personalidad diferente: uno es roquero; otro, rapero; también tengo un bailarín y un cantante.

                                                                                                                              Me gusta sentarme en mi sillón rojo aterciopelado. Siento satisfacción al observarlos. Admirar sus rostros pálidos, demacrados y petrificados. El proceso de embalsamiento produce en mí tanta fascinación, que no puedo evitar mirarlos horas, tras horas.

                                                                                                                              —Por favor, déjame salir. — Gritó el nuevo, moviéndose con desespero, impaciente e inquieto por soltar sus manos, moradas y ensangrentadas, atadas a la camilla.

                                                                                                                              —Silencio, amor mío. Pronto serás parte de mi colección.

                                                                                                                              Isabella Garzón Alvarado*

                                                                                                                              Le puede interesar: Rusia y la historia del Gulag, según la periodista Anne Applebaum

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Feliz Nochebuena

                                                                                                                              Mi abuela detestaba la Navidad; cada diciembre, con su misma expresión neutral, se encargaba de quitar el árbol, que con tanto esmero habíamos armado. Rápidamente nos quejábamos entre gritos.

                                                                                                                              –¡Abuela! No sea tan egoísta. Usted ya está vieja para quitarnos un mísero adorno, déjenos por lo menos tener un arbolito.

                                                                                                                              Ella, implacable, no cedía y guardaba todas las decoraciones en una habitación que tenía la puerta con llave. Según lo que nos habían contado nuestros tíos, esa era la habitación de nuestra madre, quien había fallecido cuando nacimos.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Así pasaba cada diciembre, entre quitar las decoraciones, gritar y ver cómo nuestros compañeros disfrutaban de una festividad que nosotros nunca pudimos gozar. Tan solo éramos unos niños ignorantes de la realidad de un país entero.

                                                                                                                              Sin embargo, no fue hasta muy tarde que nos dimos cuenta de que cada noche llantos y gritos de dolor fusionados con los ritmos de “Los Hispanos” inundaban nuestra pequeña casa. Era ella, nuestra abuelita, quien sufría los estragos del secuestro, desaparición y posterior asesinato de María, su hija menor y nuestra madre, en pleno 24 de diciembre a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y que fue encontrada, años después, en una fosa común en San Vicente del Caguán.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Emanuella De Luca*

                                                                                                                              Le puede interesar: Martin Scorsese reflexiona sobre la tecnología y la voz en el cine durante la Berlinale

                                                                                                                              Cielo

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              En la primera habitación de la casa junto al mar, la mujer recordaba cómo los momentos más importantes de su vida sucedieron sobre esa playa que juntos llamaban hogar. Allí lo conoció, lo amó, y aceptó que él la dejase de conocer, ya que, hace cuarenta años, había empezado una danza de constantes preguntas: “¿Qué es esto? ¿Qué hago en esta casa?”. El punto de no retorno fue: “¿Quién eres tú?”

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              En la habitación contigua ocurría un cambio en las profundidades de la mirada desconectada que, desde hace mucho tiempo, veía todo por primera vez. Como olas que erosionan la costa, el brillo almibarado de su cabello, el juego de su risa y cada detalle de su amor se colaban en su mente. Al comprender que volvía a saber quién era ella, dijo con todas sus fuerzas: “Cielo, ven”.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Atónita, la esposa corrió, y sin dar crédito a lo que había escuchado, le preguntó: “¿Cómo? ¿Por qué?”. Con inmensa claridad él le respondió: “Podré olvidar lo que pasó, pero no como se sintió. Nunca podría olvidar tu amor”.

                                                                                                                              En esa noche de verano, juntos recordaron. Y al amanecer, bajo la ilusión de un nuevo comienzo, ella despertó emocionada por escucharlo pronunciar su nombre una vez más. Pero entonces, él preguntó: “¿Quién eres tú?”.

                                                                                                                              Juana Duarte*

                                                                                                                              Le puede interesar: Campaña en redes para que el Museo Británico regrese escultura moai de Isla de Pascua

                                                                                                                              ¿Me permite usted?

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Homenaje a la película: Pearl

                                                                                                                              Pearl siente cómo las hojas y las tusas de maíz le arañan la cara. Al llegar al claro, se detiene y observa con cuidado su objetivo: un espantapájaros raído y descolorido colgado de una cruz. Escalando con destreza llega arriba, lo rodea con sus brazos y le pregunta:

                                                                                                                              —¿Me permite este baile?

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Tras su cuestionamiento, empuja a su pareja de baile de la cruz donde estaba colgado y ella misma se tira también. Le quita el sombrero que hace parte de la indumentaria propia de un señuelo de ese talante y enseguida empieza su actuación. Revolea al muñeco con fuerza, sus pasos tienen un ritmo desordenado y las cañas de paja vuelan por doquier, mientras dentro de la cabeza de Pearl suena una orquesta acompasada.

                                                                                                                              Al terminar el espectáculo, tira al suelo a su compañero y se le sube encima. Sus labios tocan la sucia sábana que mantiene todo el heno junto; enseguida su lengua empieza a bailotear simulando un beso apasionado, pero solo logra arrastrar el barro y el polvo ya presentes en el arremedo de monstruo.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Cuando se separa ligeramente de su víctima, algo extraño ocurre. En reemplazo de los botones hundidos como ojos y de los hilos cosidos como boca, está la cabeza humana y palpable del proyeccionista del que Pearl había quedado encantada. Lo aparta con fuerza y grita furiosa:

                                                                                                                              —¡Tengo esposo!

                                                                                                                              Laura Rico*

                                                                                                                              Le puede interesar: Justicia chilena ordena reapertura de investigación por muerte de Neruda

                                                                                                                              Amor en cuatro tiempos

                                                                                                                              El invierno, siempre tan solo, silencioso, nostálgico, que trae de nuevo tu recuerdo a mi mente. Es difícil ver alrededor y no encontrar un culpable claro. Creo que nos perdimos en el temor, pero… ¿temor a qué? ¿Al rechazo? ¿Al dolor?

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Aún guardo en mi memoria el día que nos conocimos: tu vestido resplandecía e inundaba todo el lugar con tu luz; tu cabello, decorado con hermosas rosas, hacía juego con tu esencia y formaban la postal perfecta de primavera.

                                                                                                                              El verano llegó y con él toda nuestra pasión; sin embargo, la ola de calor fue mágica y efímera. De repente, junto a cada hoja que caía, nuestro amor se desvanecía.

                                                                                                                              Sin importar la estación, es imposible que no pase un día sin pensar en ti. Tal vez no estábamos destinados el uno al otro, o tal vez sí, nunca lo sabremos y viviremos siempre en ese tal vez.

                                                                                                                              En mi realidad, tú solo eres un recuerdo, y el frío del invierno fue tan fuerte que ya congeló mi corazón.

                                                                                                                              Sebastián Rosas*

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Le puede interesar: “Raíces y visiones”: un diálogo artístico entre Ecuador y Colombia

                                                                                                                              Si está interesado en escribir para La esquina delirante, puede enviar su microrrelato al correo: laesquinadelirante@gmail.com, y seguir la cuenta de Instagram @lacasaliteraria_ (Máximo 200 palabras, con el nombre del autor y la nacionalidad).

                                                                                                                              Por Autores varios

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar