Partido de la U, ¿moribundo o decisivo?

Según el senador Roy Barreras, siguen con la estrategia “Messi”: mes y medio antes de la primera vuelta de la elección presidencial definirán su apoyo, y así, dice, serán los que inclinen la balanza.

-Redacción Política
03 de febrero de 2018 - 02:00 a. m.
Roy Barreras, cabeza de lista al Senado, y el exministro Aurelio Iragorri Valencia (derecha), presidente del Partido de la U, en la inscripción de listas a Congreso el 11 de diciembre pasado. / Cristian Garavito - El Espectador
Roy Barreras, cabeza de lista al Senado, y el exministro Aurelio Iragorri Valencia (derecha), presidente del Partido de la U, en la inscripción de listas a Congreso el 11 de diciembre pasado. / Cristian Garavito - El Espectador

Es el partido del presidente Juan Manuel Santos y el que ha ganado las últimas tres elecciones, tanto a Congreso como a la jefatura del Estado. De hecho, hace cuatro años obtuvo la mayor votación en las legislativas, con 2’268.911 apoyos, que le permitieron ser la primera fuerza en el Senado con 21 curules. Pero hoy no tiene candidato propio a la Presidencia de la República que garantice preservar la obra de gobierno de Santos, cimentada en la paz. Esa es la realidad del Partido de la U, creado en 2005 para defender la labor del entonces primer mandatario, Álvaro Uribe, a partir de la unión de varios políticos que, en su mayoría, pertenecían al Partido Liberal.

En esos vaivenes de la política, las diferencias y el distanciamiento entre Uribe y Santos obligaron a la colectividad a inclinare a favor de este último, pues, al fin y al cabo, es quien ostenta el poder. Ello, sumado al escándalo de dos de sus congresistas más votados en 2014 —Musa Besaile y Ñoño Elías, acusados y detenidos dentro de las investigaciones del cartel de la toga y los sobornos de Odebrecht—, además de las peleas internas, hacen que el panorama actual del Partido de la U sea muy nublado, por no decir que oscuro. Tanto que hay quienes se atreven a afirmar que va camino a su desaparición.

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Vaticinio que ha tenido respuesta en sus líderes, entre ellos el mismo presidente Santos. “Esta colectividad ha continuado haciendo historia desde hace 12 años. No ha perdido una sola elección, ha seguido triunfante, a pesar de que en cada elección le expedían su partida de defunción”, dijo el mandatario durante la asamblea general del partido en octubre del año pasado. “Nos negamos a entregar nuestra colectividad, nos negamos a dejarla a merced de las artimañas de quienes les conviene nuestra división, nuestra separación y la muerte política”, enfatizó, por su parte, Aurelio Iragorri, su presidente.

Ese día, precisamente, se definió la estrategia de concentrarse en la elección legislativa y dejar para después la decisión frente a la candidatura presidencial que se va a apoyar. Según conoció El Espectador, la idea es realizar una asamblea extraordinaria el 15 o 16 de marzo, cuatro días después de los comicios parlamentarios, para definir dicho respaldo. Los críticos dicen que lo que se está esperando es ver cómo se decantan las cosas para subirse al bus ganador y asegurar parte de la torta burocrática en el nuevo gobierno, rumores que ha respondido airadamente Iragorri: “La política es el arte de buscar el poder, estamos buscando llegar al poder, pero apresurarnos sería un gran error”.

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¿Y cómo están las cargas en el interior de la colectividad? Hay un sector claramente inclinado a favor de la candidatura presidencial de Germán Vargas Lleras, que lidera el senador Mauricio Lizcano, quien no aspira a la reelección. De ese lado, estarían los senadores Andrés García Zuccardi, Maritza Martínez, entre otros. Roy Barreras, que es cabeza de lista a Senado, y Armando Benedetti tercian a favor de hacer coalición alrededor de Humberto de la Calle, del Partido Liberal. Se sabe que algunos preferirían tirar para el lado del uribismo, con Iván Duque. Y no falta quien mire con simpatía a Sergio Fajardo, de la Coalición Colombia.

Frente a la prioridad de las elecciones a Congreso, la meta es llegar a las 17 curules en el Senado, que aunque significa perder representación, sería un buen resultado teniendo en cuenta el empuje que trae el Centro Democrático de Uribe, el mayor elector del país, y Cambio Radical, el partido de Vargas Lleras, que, según los expertos, serían los de mayor votación el 11 de marzo. Y hay que tener en cuenta también que los partidos Liberal y Conservador conservan una base fuerte a nivel local y regional, con cacicazgos consolidados que les garantizan votos.

Cacicazgos a los que, por cierto, tampoco piensa renunciar la U. Por algo en sus listas aparecen los hermanos de Musa Besaile y Ñoño Elías —John Moisés Besaile, al Senado, y Julio Elías Vidal, a la Cámara por Córdoba— en un intento por conservar esos 285 mil votos que los hoy detenidos pusieron hace cuatro años. Y buscan la reelección la misma Maritza Martínez, Andrés García Zuccardi, Germán Darío Hoyos, Jimmy Chamorro, José David Name, Eduardo Pulgar, entre otros. Eso sí, en el partido están convencidos de que los dos millones de votos que aspiran a sacar al Senado serán los que inclinarán la balanza en la elección presidencial.

Por -Redacción Política

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