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¿Cómo llegar a ser la tercera opción en un tarjetón en el que Jorge Iván Ospina y Roberto Ortiz lideran la intención de voto?
Insisto en algo, quien gana en las encuestas desde hace más de cinco meses es “no sabe”, “no responde” y voto en blanco. Tenemos una dificultad y es el reconocimiento. En estos días, las personas que no hacen parte de las estructuras políticas tradicionales, que es lo que muestran las encuestas que van ganando, deciden en estos útlimos días. Hay que seguir trabajando, mostrando que tenemos una opción distinta en las calles, en las redes, en los medios. Sin duda va haber grandes sorpresas en cada foro y debate. Todavía hay posibilidades porque Cali es la única ciudad de Colombia que no ha tenido fenómenos de opinión o grandes sorpresas electorales. Siempre las estructuras políticas tradicionales han definido quién llega a la Alcaldía. Ha pasado con Jorge Iván Ospina, Rodrigo Guerrero y Maurice Armitage. El escenario está abierto porque hay un 40% de electores que aún no se definen
Dice que en Cali no habido un fenómeno de opinión grande, ¿qué pasa con el electorado que dio su “sí” en el plebiscito, eligió en primera vuelta a Fajardo y en segunda en Petro, así como salieron a votar masivamente en la Consulta Anticorrupción?
Ese electorado es el que está en “no sabe”, “no responde” y voto en blanco, que políticamente en las encuestas es correcto, no te dice lo que piensa y prefiere quedarse en silencio. Lo mismo nos pasó en el plebiscito, en la consulta, en las presidenciales, donde hubo resultados sorprendentes. Hay una madurez política que la ciudad ha venido adquiriendo que espero que se exprese. Ahora, de hecho, no solo tenemos una candidatura, sino una lista cívica al Concejo ante la crisis de coherencia del Verde, ya no es el partido de la anticorrupción con la que esperamos podernos conectar con la gente para decir que somos otra opción. Estoy seguro que esa gente se va a expresar y va a elegir este 27 de octubre.
Bueno, usted perteneció al Partido Verde y ahora su candidatura la hace por la ASI, ¿qué pasó?
El Verde cayó en una profunda crisis y la crisis es coherencia. Tú no puedes ser del partido que recoge 4.5 millones de firmas para impulsar una consulta y lograr que más de 11 millones de colombianos de todas las condiciones, partidos salieran a votar la Consulta Anticorrupción. En Cali salieron más de 600 mil personas, cuando aquí votan 800 mil. No puedes tener dirigiendo a un partido a una persona cuestionada, con múltiples investigaciones e imputación de cargos, con alianzas con personas condenadas. Esa crisis hace que hoy el partido ya no es el partido del “no todo vale”, sino del “todo vale”. Creo que esa crisis la van a castigar los electores este 27 de octubre.
¿Qué ha pasado con las alianzas con otros candidatos para unirse en una tercera opción?
Yo he sentido tres cosas. Una es una profunda frustración al ver la dificultad para construir en equipo entorno a los liderazgos en Valle del Cauca; lo segundo es una especie de permanente ilusión y terquedad de que sí es posible y se necesita. Cali es una ciudad fragmentada y lesionada, una de las formas de comenzarla a retejer es que los liderazgos nos unamos; lo tercero, me queda un fresquito de que hicimos todo lo posible. No es el momento de las alianzas políticas, sino la alianza ciudadana. La sabiduría ciudadana termina superior a la de los líderes. Tla ve los líderes de Cali son inferiores a la gente.
De llegar a ser electo, ¿cuáles son los pilares que llega a atender?
Si tengo que decir por dónde arrancar, creo que el sello de gobierno es que Cali comience a tener un propósito común, donde nos pongamos de acuerdo con temas básicos, como que la vida es un valor supremo. Una revolución educativa, para entender la vida distinta. Generar desarrollo económico, que los héroes no sigan siendo los bandidos, los narcos, el que coronó. Y los temas urgentes para atacar son seguridad, movilidad y desorden. Cali se siente hoy caótica.